Friday 19 de April, 2024

MúSICA | 07-03-2019 15:22

Mariano Loiácono: la trompeta de Córdoba

El músico sostiene su propio quinteto y viene siendo protagonista de los grandes festivales de la Argentina.

* * * * La Argentina tiene una larga tradición de muy grandes trompetistas de jazz. El “Fats” Roberto Fernández, Gustavo Bergalli, Américo Belloto, Miguel Ángel Tallarita, Gillespi, Juan Cruz de Urquiza, Diego Urcola o Richard Nant son apenas algunos de los muchos que vienen animando la escena jazzera en las últimas décadas. Y en esa línea, hay un músico cordobés de Alta Gracia, que todavía no llega a los 40 años, pero que ya está dejando su huella profunda.

Mariano Loiácono hizo todo el recorrido. Tocó piano y música clásica antes de pasar a la trompeta jazzera. Se formó fundamentalmente en Rosario, donde también trabajó en orquestas sinfónicas, y en Buenos Aires. Fue discípulo de Julio Kobryn y De Urquiza. Tocó con cuanto músico argentino de su generación o anterior uno pueda imaginar. Tiene varios discos, en asociaciones con otros colegas o al frente de sus grupos. Sostiene su propio quinteto. Viene siendo protagonista de los principales festivales de nuestro país. Y hace años empezó a viajar a Nueva York para escuchar, estudiar y relacionarse.

Producto de todo esto, llegó finalmente un álbum grabado en los Estados Unidos con músicos de por allá, con su amigo el saxofonista tenor George Garzone, el pianista Anthony Wonsey, el contrabajista David Williams y el baterista Rudy Royston. Y después de haber sido una figura destacada en el reciente Uco Jazz Festival en Mendoza, llegó al Bebop Club para presentar “Vibrations” con pequeños cambios en la formación.

Desde sus comienzos, y mucho más cuando pudo expresarse con sus propias propuestas, Loiácono ha mostrado un interés por el jazz clásico, en sus variantes del bebop y del hardbop. Tanto es así, que reniega del concepto de “jazz argentino” como algo diferente y hasta llegó a decir, en una entrevista reciente para Ámbito Financiero, que “mezclar chacarera con improvisación no es jazz”, por cierto a contrapelo de lo que hacen muchos de sus coetáneos.

En estos cuatro conciertos porteños, Antonio Hart fue su ladero desde el saxo alto en lugar de Garzone y el argentino Jerónimo Carmona tuvo la responsabilidad del contrabajo. Y lo que se escuchó fue una fiesta de ese modo de concebir el jazz. Con standards o con sus temas –es particularmente interesante la pieza que da nombre al CD–. Haciendo exhibición de su enorme virtuosismo y su talento para el repentismo pero a la vez brindando espacio para los brillantes solos de Hart, Wonsey o Royston. Así, Loiácono mostró una vez que el entusiasmo que generaba cuando se hablaba de “joven promesa”, hace mucho que pasó a convertirse en una plena realidad.

Mariano Loiácono presentó su último disco, “Vibrations”, grabado en Nueva Jersey con músicos norteamericanos.

por Ricardo Salton

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