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POLíTICA | 28-05-2019 14:56

Cristina Kirchner, al filo de la impunidad

Lo que dejó el comienzo del juicio contra la ex presidenta. Las nulidades podrían hacer tambalear el caso. El favoritismo por las empresas de Lázaro Báez.

El martes 21 de mayo comenzó el primer juicio oral contra la ex presidenta Cristina Kirchner y el pasado lunes 27 de mayo tuvo su segunda jornada. Es por la causa que se había iniciado luego de una auditoría de Vialidad Nacional sobre las obras que se adjudicaron en la provincia de Santa Cruz y que favorecieron al empresario Lázaro Báez, entonces amigo de la familia presidencial y ex administrador de los hoteles de CFK. También están acusados Julio De Vido, José López, Nelson Periotti, Carlos Kirchner, Abel Fatala y otros seis funcionarios.

La expectativa del primer día quedó apagada casi de inmediato por la burocracia judicial, porque antes de arrancar había que leerle a los acusados los motivos por los cuales estaban ahí. Se trata de un escrito de 584 páginas que lo iban leyendo entre tres empleados del tribunal que se intercalaban a medida que necesitaban tomar agua o ir al baño. La audiencia se cortó a las tres de la tarde, cuando recién iban por la página 94.  Luego de la jornada de ayer, aún restan leer 380 páginas, por lo que se espera que los próximos dos o tres lunes solo se dediquen a completar esa lectura.

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La antesala del comienzo del juicio se colmó de militantes y dirigentes K. Entre quienes acompañaron a CFK estuvieron las dirigentes de Derechos Humanos Estela de Carlotto, Hebe de Bonafini y Taty Almeida; el ex ministro de Economía, Axel Kicillof; el diputado, Eduardo “Wado” De Pedro; el ex ministro de Trabajo, Carlos Tomada; el ex Canciller Jorge Taiana; el ex secretario de Seguridad, Sergio Berni; el ex gobernador de Entre Ríos, Sergio Uribarri, entre otros. También la acompañó, el ex director de la AFI, Oscar Parrilli, quien se sentó junto al periodista Horacio Verbitsky.

Adelanto. Antes de comenzar, el juicio ya presentó señales sobre un futuro que podría ser favorable para la ex presidenta. En la previa, la Corte Suprema había solicitado el expediente para analizar una serie de quejas que los abogados de CFK habían presentado ante el máximo tribunal. Los pedidos estaban dormidos, pero una semana antes, la Corte decidió reactivarlos. A esto se le suma un tema no menor y es que Cristina llega a este debate oral empoderada por el lanzamiento de la fórmula Fernández - Fernández y en el Poder Judicial la fortaleza política de los actores suele inclinar la balanza.

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El recurso de queja ante la Corte será clave en el devenir del expediente, porque además suena como un llamado de atención sobre los jueces del TOF 2 a los que les toca este caso. Ellos son Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso.

La defensa de CFK basará su estrategia en esa queja presentada a la Corte. Cristina había pedido que se haga un peritaje sobre la obra pública por la que se denuncia para establecer la cantidad de obras que se hicieron, cuántas fueron para las empresas de Lázaro Báez, cuánto costaron y de cuánto habría sido el sobreprecio. Este peritaje ahora deberá hacerse por un error de cálculo del Gobierno.

Envalentonados con las denuncias contra Cristina también iniciaron una demanda civil contra ella y los otros imputados. Es decir que ahora hay una causa penal y otra civil por el mismo hecho. La diferencia entre un expediente penal y uno civil es que en el primero, se busca castigar el delito, mientras que el segundo busca resarcir el daño y para esto será necesario un peritaje que establezca la magnitud del perjuicio. Sobre la demanda civil también hay otro asunto: habría sido presentada fuera de tiempo. Picardías legales.

Favoritismo. Otro aspecto que se analizará en el juicio será la rapidez con la que Vialidad Nacional pagaba las obras a las empresas de Lázaro Báez. En su elevación a juicio, el fiscal Gerardo Pollicita escribió: “El análisis de los distintos casos estudiados, permitió conocer que cuando las empresas de Lázaro Báez resultaron oferentes en licitaciones abiertas por obra vial en Santa Cruz, los plazos se acotaron sensiblemente, en contraposición a los que usualmente y respecto de cualquier otra firma interesada, se manejaban en la administración”. Es decir: cobraba antes que sus colegas. Este sería uno de los puntos más fuertes del juicio, pero es un delito menor comparado con el de administración fraudulenta en contra de los dineros públicos.

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Sobre esto último existe un correlato en la causa de los cuadernos del chofer Oscar Centeno. Allí declaró el ex gerente de contabilidad y finanzas de Vialidad, Sergio Passacantando, quien afirmó que José López era el que decidía a quién pagarle y a quién no. “Todos cobraban todos los meses una suma, nunca el total de lo que se les debía, salvo que López indicara lo contrario. El me llamaba a la oficina o al celular y me indicaba a quien había que pagarle de un día para el otro. No había forma de llevarle la contra a lo que él indicaba. Era mejor no decirle nada por que ante ello él respondía con gritos e insultos, amargándote la existencia”, declaró el ex funcionario.

¿No vuelve más? La presencia de Cristina Kirchner en las próximas audiencias del juicio es una incógnita. Si bien se hizo presente en las dos jornadas como acusada está obligada a asistir para escuchar los cargos que hay en su contra, pero sus abogados estarían por pedir que se la exima de ir. El Tribunal espera con ansias este pedido para poder decirle que sí. Sucede que la presencia de CFK demanda un complejo operativo de seguridad. Es menos problemático que falte a tener que cuidarla.

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Rodis Recalt

Rodis Recalt

Periodista de política y columnista de Radio Perfil.

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