Encuesta: la autoestima de los argentinos en baja

Hay en la Argentina una serie de frases profundamente negativas sobre nosotros mismos: “País inviable”,” “este país no tiene salida”, “País bananero”, “El problema de la Argentina son los argentinos”, “país que no tiene arreglo”, e incluso “país de M¿#?&#”; pasando por las frases de conformismo e impotencia como: “así es Argentina”, “es lo que hay”, “Sólo en Argentina”, “estamos en Argentina”; y, por supuesto, también están las irónicas del estilo: “¡Qué país generoso!”, “no estamos en Suiza” y tantas otras expresiones de esta naturaleza que parecieran de un odio tremendo a nuestro país. Si algún extranjero llegara a decir estas cosas, sí lo consideraríamos una fuerte afrenta, una ofensa grave.

Parece un signo ezquizoide, pero en realidad se trata de manifestaciones de queja que ayudan a descargar lo que nos molesta. Es por eso que casi nadie es consciente de haber dicho en alguna oportunidad algo negativo sobre nuestra tierra. Se naturalizaron tanto estas expresiones que pasan desapercibidas.

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En la mayor parte de países, ocurren cosas y la verdad es que somos normales, seres humanos con virtudes y con problemas, pero esta dramatización con este léxico diario en nuestras conversaciones que ocurre consciente o inconscientemente denigra nuestras circunstancias y potencialidades. En ocasiones a manera de broma y en otras como frustración e insatisfacción por algo que nos ocurrió, nos hemos llenado tanto de negatividad que vulneramos nuestra autoestima. Por ello, realizamos una encuesta en algunas de las zonas del país para verificar cuánto nos damos cuenta de ello.

Ya sea por responder de manera políticamente correcta o por engañarnos a nosotros mismos, la mayor parte dice que nunca habló mal de la Argentina. El 68% en el ámbito nacional, el 84% en la Provincia de Buenos Aires y el 75% en la Capital Federal dicen que nunca hablaron mal de nuestro país. En la Ciudad de Buenos Aires es donde mayor cantidad de gente admite que en alguna oportunidad lo hizo. En el conjunto del país y en la Provincia, solamente el 17% y el 15%, respectivamente, admiten haberlo hecho. Mientras más joven es el encuestado, mayor es el porcentaje que dice que alguna vez cometió el exabrupto de agraviar la nación.

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Por otro lado, consultamos si la gente considera que los argentinos que están fuera del país hablan de manera negativa sobre su tierra y nos encontramos con la otra cara de este mismo fenómeno: consideramos que los demás sí lo hacen, mientras nosotros no. La gente que vive en la Capital y en la Provincia de Buenos Aires dice en un porcentaje más elevado que los compatriotas cuando se encuentran fuera del terruño, hablan bien de la Argentina (38%, respectivamente), mientras en el ámbito nacional son más escépticos con que aquello ocurra. En el interior del país un porcentaje importante (38%) considera que nuestros coterrános se expresan mal del país cuando viajan fuera de nuestras fronteras. En este caso, mientras menor es el encuestado, mayor desconfianza tiene con relación a nuestros viajantes con respecto a su trato con nuestra cuna.

Pareciera que todas las expresiones de orgullo que se manifiestan fuera tampoco son tan registradas por parte de nosotros mismos y tampoco nos damos cuenta cuántas veces mencionamos entre nosotros frases ofensivas hacia nuestro país. Es que nos debe parecer que son expresiones tan comunes en nuestra conversación que hemos dejado de prestarles atención. En otros países nos ha maravillado que la gente prefiere mencionar lo mejor de su país cada vez que tiene oportunidad de hacerlo frente a propios y extraños.