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PERSONAJES | 24-06-2019 15:17

Ximena Caminos: “No estoy cómoda con límites marcados”

Gestora de desarrollos creativos, fue la pata artística de proyectos de su ex pareja, Alan Faena. Endogamia argentina y nuevas amores.

El comedor de Narda estalla de gente. Es media tarde de un feriado. En una ubicación sin privilegios, pero compartiendo espacio con la dueña, con su sombrero de ala ancha y su campera dorada, Ximena Caminos se hace ver, sin encandilar. Pero a no confundirse con su aparente docilidad, porque aunque haya sido una pintora renegada o un alter-ego creativo, nadie eligió por ella.

Siempre supo dónde estaba parada, aunque la cabeza volara. Como cuando se subió a la fantasía de Alan Faena, su pareja por quince años y padre de su hijo Noa, para acompañarlo en la creación de un universo inmobiliario y cultural en dos ciudades exigentes. El Art Center, en Buenos Aires, fue el primer proyecto; el Forum en Miami, el segundo. Cuatro páginas en Vogue en un número que compartió con Michelle Obama y figurita repetida en los medios de la movida cultural anglosajona, la nominaron como una de las creativas menos convencionales de su generación. Salirse del foco la ayudó a encarar este nuevo capítulo en donde ahora juega sola. Separada de Faena y con nueva pareja y proyectos, Ximena no se inquieta ni se aquieta.

En honor a su apellido, con menos prisa, pero igual rumbo, aborda múltiples senderos. Ya sea para sacar el arte a la calle, como curadora del Underline; para cuidar los océanos desde su fundación; o para desarrollar una colmena cultural. Paso al frente, para quien nunca estuvo a la sombra.

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Noticias: ¿Cómo empezó su conexión con el arte?

Ximena Caminos: Corre en la sangre de mi familia: mi abuela era pintora, mi bisabuela, escultora; y mis viejos son literatos y melómanos. Cuando volvimos de vivir en Washington, tenía quince y me la pasaba pintando, haciendo collage, escribiendo y dibujando. Una amiga de mamá le dijo que me mandara a estudiar pintura. Lo llamó a Yuyo (Felipe) Noé, estuve en su taller dos años y cuando sentí que no aprendía más, le pedí que me eligiera otro maestro. Hacía cuadros lindos, pero nada más; esa fue mi crisis. Cuando trabajé con Miguel Briante en el Recoleta, nos encargan una Bienal del Mercosur. Con dos pesos, hicimos una muestra gigante y me di cuenta de que tenía talento para la producción de equipos, pensar formatos nuevos y que mis ideas tenían más fuerza que en un cuadro.

Noticias: ¿Dejó de pintar?

Caminos: Empecé a pintar sólo para mí y trabajé en instituciones culturales. Trabajé 15 años con Teresa Anchorena, que fue como mi segunda madre, y en Malba con Eduardito Costantini. En 2004 lo conozco a Alan (Faena). Me propone hacer un distrito artístico en su desarrollo inmobiliario y me da un espacio cultural que podía ser un laboratorio. Éxtasis total.

Noticias: Estuvo en la última arteBA. ¿Le pareció raro tantas ventas caras en un país en crisis?

Caminos: Hace un año que no venía así que mi respuesta es parcial. La vi más chica y les costó achicarse. El Barrio Joven, una de las cosas más copadas, no estaba. Hace dos años compré buena obra a buen precio, esta vez sentí que había menos y cara. En Art Basel sentís que hay una curaduría que trasciende las galerías. Acá no me pareció ver un ojo detrás. Lo veo endogámico. Pero me pasa con la Argentina. Veo gente con mucho talento que no tiene oportunidades. La Argentina está como desconectada del afuera. Cuando salimos al mundo somos tremendos, me da pena vernos tan metidos para adentro.

Noticias: ¿Cuando se juntó con Alan, pensó que iba a crear este “Imperio Faena”?

Caminos: No, pero él siempre lo supo. ¡Yo pensaba que estaba delirando! (Risas). Jugar en Miami fue otra cosa. Cuando me lo propuso, estaba en Punta del Este dándole la teta a Noa y no quería. Me convenció de que iban a ser tres años, fueron seis, pero fue genial. Teníamos la escuela de haber hecho Faena acá ¡y con la escuela argentina podés manejar un presupuesto en cualquier lugar! Alan es muy cojonudo. Tiene una idea y va con los tacones de punta. Parece muy zen, pero cuando quiere algo es radical. Hicimos un gran equipo.

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Noticias: En Miami era una extraña, ¿cómo vivió su aterrizaje en el mundo cultural?

Caminos: Tuve la ayuda de Carlos Basualdo, curador del Museo de Arte Moderno de Filadelfia. Me dijo que primero había que hacer una asociación sin fines de lucro porque donan billones de dólares para cultura. Quería hacer una gestión cultural y darle a Miami lo que le faltaba. Me interesaba traspasar los límites de las disciplinas artísticas. Para la apertura del Forum cortamos la calle Collins e invitamos a 80 instituciones locales. Estuve tres años hasta que me fui.

Noticias: ¿Le costó dejarlo?

Caminos: Tengo emociones encontradas. Siento que hay una fiesta a la que me invitan por formalidades, pero de la que ya no soy parte y con la que ya no me siento muy identificada. Lo tenía que hacer por mi salud. Preferí bajar diez escalones y empezar de nuevo desde el llano. Preferí ser más chiquita y libre que estar en una estructura enorme con las manos atadas. No estoy cómoda con los límites muy marcados. Crecí de otra manera.

Noticias: ¿Cuando se separó de Alan, también dejó de trabajar con él?

Caminos: Laboralmente me fui hace un año. Terminé de ser socia/empleada y me quedé un año más como consultora. Fue difícil. Estuve en Faena quince años. ¡Es como un hijo! Me fui sin plan; necesité un año sabático.

Noticias: Cuando se cortó la relación laboral y tuvo que salir sola al mundo, ¿le costó?

Caminos: Me costó un huevo. Tai, yoga, meditación, viajar. Ese año sabático me sirvió para reconectar conmigo porque en ese tiempo le había dado toda mi energía al Faena y cuando lo saqué, estaba vaciada.

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Noticias: ¿Quedó en buena relación a pesar de terminar la pareja?

Caminos: Me gusta ser autosuficiente porque me fuerza, justamente como me siento fuerte, puedo trabajar con él. Cuando Alan y yo empezamos, eramos amigos desde mucho tiempo antes. Ahora tenemos un hijo y seguimos siendo amigos.

Noticias: Los dos tienen nuevas parejas.

Caminos: Luciano Ferreyra es mi pareja desde hace dos años. Mis hijos lo aman. Al principio a Alan le molestó pero ahora lo quiere porque está en otra frecuencia, no le compite y es una buena influencia. Ahora Alan está con Luna (Paiva).

Noticias: ¿Fue duro que fuera alguien cercano?

Caminos: Sí y no. Fue duro, pero como Luna es casi como una hermana... Además es la madrina de Noa.

Noticias: ¿Cómo se enteró?

Caminos: Me enteré hace poco. Alan me contó. Me quedé helada, pero aunque me duela entiendo que esté con alguien. La llamé porque soy de armas llevar y pienso que hay que hablar las cosas porque si te quedan adentro, te enfermás. Prefiero que nos tomemos un tequila y nos digamos todo y por ahí en dos meses somos amigas otra vez.

Noticias: ¿Le molesta que Luna sea una artista, alguien que pueda meterse en sus espacios?

Caminos: Que sea otra artista no me jode, me cuesta la cercanía. Todavía lo estoy procesando. En el fondo, prefiero que esté con alguien como Luna, con la que tengo mucho en común, que con una actriz rumana que lo único que quiere es estar en la red carpet de Cannes. ¿Me dolió? Y... el tiempo hará lo suyo.

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Noticias: ¿No sería buen momento para cambiar de escenografía?

Caminos: Lo pienso. Me vinieron a buscar con proyectos para Buenos Aires y Miami. Me quedé sólo con tres que me interesaban. Me eligieron como curadora del proyecto del Underline, de las obras que se colocarán en el paseo debajo del Metroline. El otro es una idea que tengo desde hace años y voy a hacer con mi socia, Carolina García Jayaram (CEO de Young Arts, asociación norteamericana que más artistas sponsorea). Es Honey Lab, un híbrido entre espacio cultural y club de barrio donde podés hacer desde talleres de diseño con Naeem Khan o filosofía, habrá muestras de arte, algo gastronómico con Narda Lepes, happenings o un experimento culinario con Alex Atala. Además estoy involucrada con Blue Lab, fundación que creé para la preservación de los océanos. Y estoy desarrollando “Hotel Freak”, miniserie sobre  hoteles diferentes en el mundo.

Noticias: Estabilizada pero hiperactiva. ¿Dónde se ve en diez años?

Caminos: Bordando vinchas en Costa Careyes. ¡Soy un desastre! Quiero vivir la otra mitad de mi vida de una manera más inteligente y calmada. Ya no necesito el reconocimiento o que me palmeen el ego.

 

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Gabriela Picasso

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