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PERSONAJES | 28-06-2019 16:14

Lino Patalano: “Los artistas deben quedar en el altar”

Productor prolífico y ecléctico, es un testigo privilegiado y protagonista de las últimas cinco décadas del espectáculo argentino.

La puerta de entrada del edificio es teatral. Ni bien se la cruza, hay una escalera de mármol que desemboca en un ascensor antiguo. La jaula sube hasta el último piso, el quinto. Lino Patalano abre la puerta de su mundo. Vive en este departamento de Montserrat desde los ´80. El ala derecha es la de Facundo Cabral; la izquierda, de Julio Bocca. Así las presenta y lo explica: pudo comprar el departamento “A” cuando era el representante del autor de “Vuele bajo”. Deseó que pusieran en venta el otro de ese piso pero cuando ocurrió, estaba en la lona.

En 1986, Julio Bocca le dijo que quería ser un bailarín popular y se hicieron socios. Justo el “B” volvió a la venta y estampó su firma en la escritura. Ahora es un mismo espacio, ecléctico, cargado de objetos con historias. Aquel piano es el que le regaló Bocca y que tocó Liza Minnelli, ese cenicero y aquella alfombra son obsequios de Niní Marshall, en el mismo sillón en el que nos sentamos se recostó Eladia Blázquez. La escalera que conecta el living con su dormitorio está hecha con la pinotea original del departamento y tiene los herrajes del baúl con el que los Patalano bajaron del barco. La casa habla y Patalano también. Es un convencido de que nadie muere, con lo cual se refiere a su familia y amigos en presente, tanto a los que están como a quienes “cambiaron de estado”. “Como decía Catita: 'Se puede morir el cuerpo humano, pero la energía está'”.

Noticias: Acaba de cumplir 73 años. Llegó al doble de vida de cuando quebró con el teatro Bambalinas, a los 36, y pensó que estaba arruinado.

Lino Patalano: En 2019 se dio una cosa especial: nací un domingo de Pascua y los 73 cayeron, por primera vez, en un domingo de Pascua. Digo: “¡No me tocarán otros 36!”.

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Patalano suelta la carcajada, convida café, habla tumbado hacia su derecha. Provoca y evoca. Dice que lleva la edad livianamente, que la siente pero que empezó de tan joven y trabajó codo a codo con gente tan grande (en todos los sentidos) que nunca se dio cuenta de si los otros tenían 80 o 20. Tampoco lo nota en él, pero celebra especialmente los cambios de décadas. Cuando cumplió 70, llevó a amigos y familiares al mar de Gaeta, su tierra italiana natal, y Sandra Mihanovich y Marilina Ross le cantaron “Honrar la vida”, un emblema de su amiga Eladia. Habla de ella y busca una foto en la que están en esta sala con Liza Minnelli, Julio Bocca, Eleonora Cassano, Marikena Monti, Violeta Rivas y Néstor Fabián.

Noticias: ¿Se sintió anestesiado o siempre tuvo esa conciencia despierta de honrar la vida?

Patalano: Nunca supe eso, pero me sentí en modo automático cuando fue lo del Bambalinas. Estaba hundido, sumergido en alcohol (se ríe).

Noticias: Lo de los excesos es interesante: ha dicho que sería un misionero pecador.

Patalano: Los excesos son gozar al mango. Después te arrepentís porque te agarra dolor de cabeza, pero es hacer lo que a uno se le canta hasta el punto que se le canta.

Noticias: ¿Tuvo la cintura para entrar y salir de eso?

Patalano: Todavía no entiendo cómo dejé de fumar en 2008. Fumaba cinco paquetes por día, pero me hacían sentir asesino, “vos fumás y yo me muero”. E iba a ver un espectáculo, me agarraban ganas de fumar y me empezó a joder. Antes fumaba igual, a escondidas. Cuando hice “Los Kuryaki” en el Maipo (1999), me asomé fumando a ver la función y un pendejo me dice: “¡Gordo, dejá de fumar que no van a dejar que actúen más los Kuryaki acá adentro”, ¡me descompuse de la risa!

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No se enreda en el dilema de qué le gustará al público. Él hace lo que le place y, cuando eso coincide con la aprobación de los otros, grita ¡bingo! Sin fórmulas, ha sabido ser co-constructor de las trayectorias de Enrique Pinti, Julio Bocca, Les Luthiers, Niní Marshall, Facundo Cabral, entre otros; ser productor de innumerables éxitos; manejar los hilos del teatro Maipo desde el ´94 y dirigir el Centro de Arte MDQ, compuesto por las salas Radio City, Roxy y Melany de Mar del Plata.

Noticias: A esta altura, es un prócer del espectáculo argentino.

Patalano: Lamentablemente sí (carcajada) y pensar que era el más joven.

Noticias: ¿Cómo se cuida del bronce?

Patalano: Siempre jodo con que tengo tantas placas para el cementerio que no me tengo que enterrar. Tengo cajas llenas de premios, no podés ponerlos todos. Las premiaciones son buenas porque hacen visible lo que hacés, pero los objetos…

Noticias: ¿Cómo repercuten los reconocimientos en su ego?

Patalano: Me cagan la vida, no gozo cuando voy a recibirlos, sufro, creo que eso está hecho para los artistas. Ser artista y subir a un escenario es como una ceremonia. Cuando (Carlos) Rottermberg les alquiló el Tabarís a los evangelistas, decían que había renegado del teatro y no, cambió de repertorio: de una obra dramática a una eclesiástica. La vida es una puesta en escena.

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Noticias: Cuando todos buscan protagonismo, es un hacedor desde atrás.

Patalano: No me cuesta. Vivo de los artistas y de mi actividad, entonces cuanto más se hable de ellos y de mi actividad, es mejor. Es lo mismo que cuando me dicen que tengo que escribir un libro, ¡ni que me maten!

Noticias: ¿Por qué no?

Patalano: Sería tan largo que no lo leería ni yo. Y habría que contar todo. No me jodería hacerlo respecto de lo mío sino por lo que debería contar de los artistas. A ellos hay que mantenerlos en el altar, tienen que tener el aura de lo sagrado y no las miserias humanas, que las hay.

Sus padres eran terratenientes, pero tras la Segunda Guerra Mundial se quedaron sin nada. También sufrieron la muerte de su hijo varón. La gente decía que al bebé lo había envenenado la leche angustiada de su madre por la mala sangre que se había hecho cuando su marido se fue a la guerra. Pero después parió a Lino, un domingo de Pascua y en una habitación empapelada con billetes que ya no servían. A los dos años, el jefe de familia vino a la Argentina y el resto recién volvió a verlo tres años más tarde, cuando bajaron del barco con el baúl de los herrajes que ahora cosen la escalera que lo lleva a su cielo.

Noticias: ¿Qué recuerda de ese nene que fue?

Patalano: Que jugaba con los pastores y los santos porque no había juguetes; o con mi hermana. Estábamos frente al mar, en un lugar maravilloso, en la costa de Ulises, La Odisea. Recuerdo que salimos de Gaeta en invierno, íbamos en tren y estaba fascinado porque había agua blanca cuando cruzamos el Po. Llegamos a Pisa y cuando vi la torre, le dije a mamá que se me iba a caer encima. Después el barco, estábamos en tercera clase, subí tres pisos para vomitar y mi hermana me vomitó en la cabeza (se ríe).

Noticias: ¿Por qué dice que lo mejor que le pasó es que lo trajeran a la Argentina?

Patalano: Porque en Italia hubiese sido un padre de familia aburrido y triste jugando a las cartas, viven de una manera distinta. Los argentinos no saben lo que tenemos, se olvidan de que acá todos hicimos lo que se nos cantó y ahora hay que pagarlo. No tuvimos una guerra de verdad. Cuando se armó la Guerra de Malvinas, tenía una campera militar de descarte y le puse el escudo inglés.

Noticias: En medio del fervor patriótico, ¿salía con esa campera?

Patalano: Salía y decía que íbamos a ser colonia, si todos decíamos que íbamos a invadir EE.UU. e Inglaterra, en qué mentalidad cabe

Noticias: ¿Cómo ve hoy a la Argentina?

Patalano: Triste. Nos cansamos de que siempre nos pase lo mismo, bajamos los brazos. Además nadie dice qué va a hacer si gana.

Noticias: ¿Se conecta con lo terrenal o, al estar rodeado de tanto espectáculo y artistas, le cuesta?

Patalano: Ese microclima no existe, es mentira; los artistas sufren como cualquier otro, no están exentos, estamos todos involucrados.

Noticias: ¿Logró un contacto humano con esas famas?

Patalano: Sí, claro, de otra manera no lo haría. El día de la foto que te mostré, Eladia me dice: “Pobre mujer, está de compromiso acá” (por Liza Minnelli). A las 4 de la mañana, cuando Liza se puso a cantar “The Lino´s House”, le dije: “¿Viste, Eladia? Está de compromiso acá… ¡Ahora vas a tener que cantar vos!” (risas). Marikena le cantó “Ne me quittes pas” y Liza se emocionó hasta la médula porque se la cantaba su madre. Esas experiencias no las tenés de otra manera.

Noticias: ¿Ha llorado o no se da permiso?

Patalano: Me doy todos los permisos. Las emociones no se tienen que frenar desde ningún punto de vista porque eso es lo que te pudre.

Es una especie de guardaespaldas del aura de las celebridades y confiesa sentir odio y asco cuando la sociedad las olvida. “Perdemos la memoria de nuestro país y recordamos lo malo, pero para crecer tenés que recordar lo bueno y ponerlo en práctica en el futuro”.

Noticias: Dice que su madre se reía incluso inmediatamente después de la tragedia.

Patalano: La tragedia ya no la vas a cambiar. O te reís o te quedás ahí.

De fondo, se escucha un susurro que parece ser de Eladia: “Eso de durar y transcurrir, no nos da derecho a presumir, porque no es lo mismo que vivir honrar la vida”.

Valeria García Testa

@valgarciatesta

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Valeria García Testa

Valeria García Testa

Periodista.

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