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NOTICIAS URUGUAY | 08-08-2019 11:53

Un siglo del Tabaré

Fue almacén y mostrador de pescadores. Compartía barrio con el Penal de Punta Carretas, la casa de Zorrilla y el faro. Hoy sigue vivo.

Hay riquezas en Montevideo y tesoros que, de hecho, ni están enterrados. El café bar Tabaré celebra sus 100 años de vida, plagados de anécdotas y curiosidades que trascienden el tiempo.

Parece que el tiempo no ha pasado en el emblemático establecimiento de Punta Carretas desde su fundación en 1919. Lo que en principio fue la residencia de la familia González, aquellos inmigrantes españoles que fueron de los primeros en poblar la zona, fue además su negocio de bar y almacén. La señora atendía el almacén y el esposo se dedicaba al bar, representando fielmente la clásica estructura familiar de la sociedad machista de la época.

Por supuesto que, desde su concepción hasta la fecha, han pasado varios dueños. Casualmente hubo otros González que no tenían ninguna vinculación con los primeros y algunos propietarios más hasta que llegó Eladio Rial, quien fue el último que mantuvo la modalidad de almacén y bar en la década de los 90 y sostuvo el negocio como fue concebido originalmente. A finales de los 90, el negocio entró en cierta decadencia por el concepto de estos almacenes que como en todo Montevideo fue superado por nuevas modalidades como el supermercadismo, hasta que “Pepe” Álvarez y David Pérez (que estaban más avocados al trabajo de la noche y de los bares) visualizaron la oportunidad de darle continuidad al boliche, pero cambiando el perfil. Dieron un quiebre con una propuesta que implicaba sostener, mantener y preservar toda la estructura del lugar -que es la que se mantiene hasta el día de hoy- pero haciendo desaparecer al almacén como tal, siendo sustituído por un restorán-bar. Tuvo épocas de muchísimo éxito en sus primeros años, hasta llegar a posicionarse como un lugar referente en la noche montevideana. Luego atravesó diferentes etapas, a veces con un perfil más “gourmet”, a veces más bar, y así sucesivamente. Luego de “Pepe” y David estuvo Alejandro Flores y algún otro participante por períodos cortos de tiempo. En el año 2011 llegó Santiago Gómez, que invitó a Germán Guardado a participar en la propuesta que actualmente está vigente.

100 años de historias. Los primeros clientes del bar eran, básicamente, pescadores. La zona del faro era un lugar referente en Montevideo para los pescadores artesanales, que iban a tomar su café, su caña o su grapa al bar. Se cuenta que era habitual ver las mesas con las cañas apoyadas al costado. “Pepe Corvina” es un personaje que surge de todas esas historias asociadas a las vivencias de los pescadores. Es parte de una historia de varias décadas atrás, que el escritor Enrique Estrázulas capturó en una célebre novela. El barrio también está muy marcado por toda la historia de la familia Zorrilla de San Martín, de hecho está la casa - museo, su influencia en el nombre de las calles y hasta en el de este bar, que surge de una de las obras literarias de Zorrilla de San Martín llamada Tabaré. Hay mucha historia, mucha cultura y personajes de todo tipo: de los más sofisticados escultores y escritores, hasta las visitas de, entre otros, Obdulio Varela, Jaime Roos, Danilo Astori y Raúl Castro. Hay anécdotas que sólo la historia sabrá que tanto tienen de realidad. Se dice que hasta llegó a estar Gardel acodado en la barra del establecimiento, cantando alguna de sus magistrales piezas.

Muchos vecinos que son clientes y amigos del bar son los que van alimentando estas historias. El lugar mantiene una mística, una magia, que según Guardado ha sido sostenida y protegida por todos los dueños que han pasado por el Tabaré. “Es intangible, por lo que resulta difícil de explicar racionalmente, pero la conservación de la estructura (mostrador, carpintería y el grueso de todo lo que se ve) despierta una atracción y un respeto por el lugar. Hay una energía que es difícil aterrizar en un concepto” destacó el socio propietario en entrevista con NOTICIAS. Agregó que “es como un viaje a la historia, un lugar lleno de recuerdos, anécdotas y muchas cosas que uno, lejos de ignorarlo, trata de seguir alimentando, viviendo y disfrutando”.

Reactivación y festejos. Cuando los propietarios actuales llegaron al bar, los shows en la cava del establecimiento estaban discontinuados. “Tuvo su historia previo a nuestra llegada, pero nosotros comenzamos a reflotarlo” afirma Guardado, que destaca una dinámica espectacular de artistas más anónimos, más famosos, con públicos muy diversos, donde “te encontrás con un Washington Carrasco y una Cristina Fernández haciendo un show y en el público tenés, por ejemplo, a Eduardo Larbanois, que de repente se sube y toca una canción con ellos. Suceden muchas cosas interesantes también por ese lado”.

En el marco de la celebración centenaria, se vienen 4 cosas concretas para este segundo semestre del año. Música hay constantemente, pero ya están desarrollándose algunos ciclos asociados a la historia de los 100 años. El 6 de agosto a las 19:30 horas se llevará a cabo el lanzamiento de una muestra fotográfica cuyo contenido remite a personas y personajes (anónimos y reconocidos) que, de una u otra manera, hayan tenido que ver con la historia más reciente del bar. Estos fueron retratados en distintos rincones del bar por el fotógrafo Ari Dunski, que también se suma al proyecto de forma honoraria. Hay mucho contenido que va más allá de lo estrictamente comercial o de la rentabilidad, sino que se apuesta a cosas que van por otro carril, que engloba la idea de compartir y darle valor a todas las vivencias que atestiguó el legendario bar. Por ejemplo, el expresidente Dr. Julio María Sanguinetti (quien vive a 50 metros del establecimiento) visita asiduamente los shows de jazz, pero además manifiesta que era cliente del viejo almacén, por lo que eligió que su foto (parte de la muestra) fuera allí porque era el lugar que él asocia con sus recuerdos de cuando era un poco más joven, algunas décadas atrás.

En setiembre habrá una muestra plástica de pinturas del taller de Laura Morás, que en conjunto con sus alumnos generarán piezas alineadas al mismo concepto del centenario del Bar Tabaré. El hilo conductor es el mismo, pero desde las artes plásticas. La celebración continúa en octubre con una muestra de otro taller artístico, inspirada desde otros lugares. Uno enfocado a los rincones y los detalles interiores del bar y otro basado en lo que es el barrio y la zona.

Además, el socio propietario reveló que desde hace varios años están trabajando en conjunto con la bodega Toscanini en una edición de un vino de alta calidad, conmemorativo y de una cosecha muy especial, que consistirá en 100 botellas coleccionables y numeradas que sean simbólicamente representativas. Ese lanzamiento se hará en el marco de una cena de maridaje y alta gastronomía.

Por otro lado, sobre noviembre, está en los planes la realización de un festejo grande, en la calle y abierto al vecindario, con shows musicales y aspectos más ambiciosos que requieren de una preparación un poco más compleja, por lo que todavía no está definida la fecha concreta.

De cara al futuro. Es un momento de celebración de la historia, pero también de seguir construyéndola. El tener un bar de 100 años tiene un valor y un capital, pero también tiene la dificultad de sostener los embates de tanta novedad que predomina en el entorno. Para Guardado, su trabajo estratégico es sostener la esencia que tiene el lugar y proteger toda la infraestructura, pero siempre ir dándole toques de actualización ya sea desde lo gastronómico, lo artístico o desde las actividades que allí se desarrollan. El empresario asegura que, en las próximas dos semanas, se inaugurará un rincón cervecero, aprovechando el auge de la cerveza artesanal y la cerveza de tirada. “Es una señal de actualización y de seguir ciertas tendencias, protegiendo la esencia del bar pero no descuidando la innovación y la actualización de la propuesta” concluyó.

por Daniel Castro Veiga

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