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NOTICIAS URUGUAY | 10-08-2019 15:12

Salir de copas, una tendencia creciente

Los “wine bars” son tendencia y se consolidan en la capital como centros de reunión y encuentro para expertos y aficionados.

El misterio que encierra cada botella de vino despierta pasiones y adeptos. Mientras las estadísticas nacionales revelan un descenso gradual en el consumo, algunos expertos hablan de un florecimiento de la curiosidad. Hoy el consumidor tiene más apertura para salirse de su zona de confort, prueba y pregunta más. Los bares de vinos, un negocio en auge en la capital, revierten la clásica ecuación gastronómica donde el papel del vino es, comúnmente, acompañar. Los “wine bars” reposicionan el líquido elemento, otorgándole un papel capital. El ofrecimiento de vinos a copeo -una gran ventaja para el consumidor experimental-, y la venta de botellas, tanto para consumo en el local como para llevar, son algunos de los rasgos que definen este tipo de negocio. Para este número NOTICIAS hace una selección de seis destacados bares de vinos de la ciudad.

Maridaje. Santiago Pérez y Valentina Bolaña lo tuvieron claro. Querían tener un fantástico bar de vinos como aquellos que vieron en el recorrido europeo que disfrutaron durante su luna de miel. La reconversión de Sinergia Design hacia una impronta más gastronómica, apuntaló la oportunidad de un local acorde. El estudio Toro se ocupó del excelente interiorismo y el “sommelier” Pablo Rodríguez, de asesorar a los emprendedores en la concreción de la propuesta y la selección de vinos. El resultado del proyecto desembocó en un elegante establecimiento de diseño con toques retro, cuyo altillo atesora una sala privada disponible para catas y eventos.

El foco de Maridaje está puesto en la buena relación calidad-precio. Cien es el número aproximado de etiquetas rotativas con las que cuenta el local, de las cuales un 60% son uruguayas y el 40% que resta, de regiones vitivinícolas emblemáticas como Nueva Zelanda, Francia, Portugal o España. No faltan las rarezas como el Cullerot, un blanco valenciano del Celler del Roure, fermentado en tinajas de barro con más de 300 años de historia. Para el vino por copa disponen en simultáneo de 4 etiquetas distintas por semana. Generalmente se trata de dos tintos, un blanco y un rosado. Para acompañar, Maridaje cuenta con empanadas artesanales, “foundues” y tablas de quesos orgánicos y artesanales. Los propietarios, en conjunto con Rodríguez, están proyectando la generación de un club de vinos vinculado a Maridaje.

Baco. Baco es la primera franquicia de la exitosa empresa chilena ubicada en Santiago. El franco-argentino Matías Fasolo y la francesa Sophie Le Baux, eligieron Montevideo para instalar el primer bar-restaurant de vinos abierto los 365 días del año. Ambos se licenciaron en la reputada Universidad suiza Les Roches -ubicada en Bluche-, y cuentan con sólida experiencia en destinos como Arabia Saudí, París, Suiza y Chile.

La propuesta de vinos integra 150 etiquetas seleccionadas en una cata a ciegas de carácter anual que garantiza la objetividad en la selección. El propósito es seguir la estela de Baco Chile, conocido por tener la mejor selección de vinos de todo el país. Con las salvedades del champagne y el jerez, la carta está netamente conformada por vinos sudamericanos -con un 50% de etiquetas uruguayas-. Clasificada por cepas, para fortuna del consumidor incluye las añadas, un dato comúnmente ausente en las cartas de vinos uruguayas.

La propuesta gastronómica, con una carta estable de platos de origen francés e influencia mediterránea, merece un punto y aparte por la notable calidad de la propuesta, que invita a compartir platos al centro de la mesa. El edificio, de dos plantas, fue totalmente reformado generando un ambiente cálido y agradable donde el vino se manifiesta como incuestionable protagonista.

Montevideo wine experience. Nicolás Cappelinni es el responsable del “wine bar” más desestructurado de la ciudad. El mundo del vino le acompaña desde que tiene uso de razón. Su familia fue propietaria de la bodega Bruzzone y Sciutto, y él mismo se aventuró con su propio viñedo en Durazno años ha. Aquello no marchó y se fue a Bolivia, a vender vino. Tras su retorno a Uruguay abrió “Montevideo Wine Experience” en el Mercado del Puerto. Hace apenas un año trasladó el negocio a un local más amplio, con una planta extra para eventos, sobre la calle Piedras. La propuesta de Cappelinni pone en valor lo local, lo distinto y lo difícil de encontrar, apostando por las añadas antiguas. En su haber cuenta con algunos Pisano Gran Reserva Oculta y algún que otro Chardonnay de 2011. A pesar del tannat, Cappelinni asegura que Uruguay es un país de blancos. Montevideo Wine Experience es el único local en el que todas las etiquetas -50 aproximadamente-, están disponibles para copeo, salvando un par de excepciones. El personal a cargo procura explicar el vino desde el lado más humano y personal, evitando los descriptores técnicos que, generalmente, no aportan valor al consumidor medio. Además de contar con distintos tipos de degustaciones, la música es un elemento presente en el encantador local, desde jazz hasta sesiones de vinilos clásicos del rock.

Ernesto Tabares, músico y cocinero, es el responsable de preparar las cazuelas (que siempre integran vino en su elaboración) y la tortilla de papas. La oferta gastronómica se complementa con picadas de productos selectos y “bruschettas”.

Barolo. El bar de vinos integrado al complejo Fellini-Ohm en Carrasco, refleja el amor de su propietario, David Castiglioni, hacia el mundo del vino. Su padre fue enólogo y propietario de la bodega Castiglioni en la zona de Pajas Blancas. El pequeño local es un permanente homenaje al universo vitivinícola integrando artículos y mobiliario de época, como las lámparas industriales recuperadas del Club Atenas o la puerta de acceso, original de la cárcel de Punta Carretas.

Al gobierno del local se encuentra el “head sommelier” Walter Fernández en compañía de la “sommelier” Paola Brandl. En carta, Barolo cuenta con 180 etiquetas, de las cuales 110 pertenecen a vinos nacionales. El local posee el ingenioso e innovador sistema Coravin, que permite servir vinos a copeo sin descorchar la botella. El corcho recibe un pinchazo minúsculo que permite servir una copa e inyecta gas noble presurizando el vino, garantizando así su perfecto estado de conservación. El sistema permite que cualquier vino con corcho natural pueda servirse a copeo sin riesgo de que el resto del contenido de la botella se oxide.

La propuesta gastronómica integra, además de las tapas del día, las cartas completas de Fellini y Ohm.

Bocanegra. Patricio Mateos franquició su antiguo local en Punta Carretas y se instaló sobre la peatonal Pérez Castellano en Ciudad Vieja. Con el sistema de dispensadores de tecnología italiana Wine Emotion, Bocanegra mantiene 24 botellas abiertas en óptimas condiciones. Los vinos en conservación pueden ser disfrutados por el cliente en tres medidas posibles: cata, media copa y copa. El catador, a través de una tarjeta que ingresa en el dispensador, elige el vino y la medida deseada. El importe se va cargando sistemáticamente en la tarjeta que se entrega a cada cliente al comienzo de la experiencia.

El foco principal del emprendimiento son los vinos nacionales, que conforman el 90% de la selección. Entre el 10% de vinos del exterior, hay etiquetas regionales y europeas.

Bocanegra está concebido como almacén de vinos y lugar de encuentro, contando con un amplio programa de actividades que incluye toques en vivo (fundamentalmente tango y jazz), talleres, catas guiadas, espectáculos y maridajes con chefs invitados. Actualmente están implementando la venta de vinos online y un club de vinos. La propuesta gastronómica ha ido modificando su esencia en función de la demanda del mercado. Recientemente apostaron por la especialización en carnes al hierro.

Madirán. Lucas Pérez y Diego Reino son los actuales socios al frente de Madirán, el bar de vinos de Mercado Ferrando, que lleva el nombre de la región del “Midi-Pyrénées” francés, a la que se atribuye el origen del tannat, la cepa emblema del país. El local, recientemente ampliado, destaca por su diseño con duelas de roble decorando el bajo techo, una hermosa barra rústica de ciprés macizo y cálidas y cómodas sillas en cuero, importadas desde Bélgica.

Con un promedio de 60 etiquetas en simultáneo, Madirán se centra en cubrir las regiones vitivinícolas de Uruguay con vinos representativos y emblemáticos, como el tannat de maceración carbónica de Pizzorno o el Zinfandel de Artesana, tal y como asegura Pérez. A la oferta de vinos, íntegramente compuesta por productos nacionales, se sumaron sidras, grapas y vermús del país. Madirán cuenta con una media de 8 vinos a copeo en simultáneo y ofrece para acompañar quesos artesanales -pecorino, Jersey, tres leches y cabra-, aceitunas marinadas y pan de masa madre de la vecina panadería Atelier Cataleya.

Buenos vinos a copeo o en botella; una picada, tapas o una oferta gastronómica diversa; amigos; música; y un ambiente grato: una combinación irresistible y una buena costumbre que se extiende por Montevideo.

por Alva Sueiras

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