Monday 18 de March, 2024

MúSICA | 14-08-2019 16:05

Tucumano y cosmopolita

Manu Sija se formó con el violín, pero en el mundo del folklore en el que se crió, siempre tocó además bombo y guitarra.

* * * * Manu Sija nació en Rinconada, cerca de Simoca. Se formó con el violín, pero en el mundo del folklore en el que se crió, siempre tocó además bombo y guitarra. Pasó así por montones de peñas y festivales. Admirador de Pat Metheny y Jean-Luc Ponty, curioso, atrevido en sus búsquedas, saltó a la ciudad capital de su provincia y a Buenos Aires, donde finalmente se instaló.

Se mezcló con distintos artistas; Carlos Vives, Liliana Herrero, León Gieco o Divididos son apenas algunos de ellos. Y en Nueva York, donde la competencia es fuerte y el jazz y el rock parecen terminar de redondearlo todo, Sija terminó también de entender su visión artística. Tiene un disco flamante, “Creación” que se publicará en pocos días, en el que hay clásicos del folklore, temas más actuales de artistas menos conocidos (Rubén Cruz, Quique Sinesi, Yuyo Montes, Leocadio Torres, etc.) y también un par de composiciones suyas.

Este nuevo, álbum, que viene después de otro en trío y en vivo y de su plenamente individual “Chango solo”, fue grabado precisamente en Nueva York con la contrabajista malasia Linda Mayu Han Ob y el baterista tucumano Franco Pinna, ambos habitantes de esa ciudad.

Para esta presentación en Buenos Aires, convocó a los integrantes de su anterior grupo: Guido Martínez para el bajo de seis cuerdas y el contrabajo y Juanjo Bravo para la batería, dos grandes músicos con los que se conoce muy bien. Y lo que resulta de todo esto es un folklore moderno, que avanza sobre las tradiciones con osadía pero sin abandonarla. Sija canta y toca violín, guitarras y bandoneón, y se aprovecha de sus conocimientos de la tecnología con una consola que es parte de su equipamiento.

Va de una hermosa versión acústica con él mismo al piano de “Por seguir” de Raúl Carnota al vértigo, entre celta y rockero/bailantero, de su guaracha “Rinconada”. Evoca por igual a sus ídolos Metheny, Lucho Hoyos o Violeta Parra. Y comparte una muy improvisada “Chacarera de las piedras” con Snajer, en dúo de violín y guitarra, mirando adelante pero sin olvidarse de Yupanqui. Tucumano, argentino y cosmopolita; y con mucho aún por decir.

por Ricardo Salton

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