Arq. José F. Correa: nuevas formas de habitar

Si me preguntan como fueron mis inicios, tendría que hablarles de mis estudios y graduación en la UNT (Universidad de Arquitectura y Urbanismo de Tucumán) para después mudarme a mi ciudad natal, Santiago del Estero, en la cual trabajé y trabajo en la actualidad, siendo el lugar que me abriga desde entonces.

Pero, también podría decirles que todavía me siento en la etapa de “los inicios”, a pesar de los 25 años de profesión. Son dos razones las que me llevan a esa conclusión: una, porque todavía siento esa energía al mirar el papel en blanco, listo para recibir los trazos, rayones, garabatos y todos los elementos que me ayudan a gestar una idea.

De todas las pasiones que me dio la vida, creo que diseñar ocupa el primer lugar. La otra, es que en la cosmovisión del santiagueño no esta incorporada la arquitectura.

Por eso, mi trabajo es una lucha diaria, como la del primer día, como cuando era un joven profesional, tratando de imponer una idea diferente en cada paso, sabiendo que se encuentran clientes que no están abiertos a la innovación, y hacen difícil el asiento, la escalada y la concreción de la arquitectura.

Si me preguntan por que la gente me elige, tendríamos que hablar de mi forma de ver la arquitectura, con sus elementos característicos y predominantes.

Entonces, les mostraría dos ejemplos en donde las condicionantes – llámese entorno, función del edificio o simbología a representar - abren la puerta del libre albedrio al carácter plástico, y aparece una arquitectura que pone de manifiesto el “juego sabio, correcto y magnifico de los volúmenes bajo la luz”*.

Es ahí donde las formas cobran vida y se trata de hipnotizar al espectador con combinaciones morfológicas, con transparencias, con reflejos y un sinfín de recursos escenográficos; como si habláramos de una escultura, y ya todo no es exacto, preciso y ordenado.

Empieza a dibujarse el equilibrio interno del proyectista, cambiando alturas, modificando espesores, mezclando colores y texturas. Es entonces cuando, en la mesa ya no esta sentada la razón , sino los sentimientos.

Es el arte en su pleno esplendor, donde hace presencia para que algunos se enamoren hasta las lágrimas… y otros se desilusionen hasta la apatía.

Es justamente esta puerta, que la arquitectura me abre, en donde me define con mejor claridad. Uno de estos ejemplos es La Escuela de Especialización en el Campus de la Escuela de Policía de la Provincia de Santiago del Estero. La otra, es la Residencia de un Campus Deportivo en El Zanjón, Santiago del Estero. *Arq. Le Corbusier