Cirugía estética (CEDOC)
Cirugías estéticas: el lado oculto de un boom global
Argentina figura entre los 15 países con más operaciones estéticas del mundo. El auge global crece, pero especialistas advierten: lo barato puede salir muy caro.
La cirugía estética atraviesa un auge sin precedentes: en 2024 se realizaron más de 17 millones de procedimientos en todo el mundo, según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS). Argentina, que se ubica entre los 15 países con mayor actividad en este rubro, también es parte de esa ola. Sin embargo, detrás de los números récord aparece una advertencia ineludible: la seguridad no siempre acompaña al crecimiento.
El espejismo del “low cost”
Uno de los grandes motores de esta industria es la promesa de tratamientos accesibles. Pero lo que parece una oportunidad puede convertirse en riesgo. Cuando un precio resulta demasiado bajo, la reducción no se da en lo superficial, sino en aspectos críticos: materiales de menor calidad, instalaciones sin habilitación o profesionales sin la formación adecuada. Lo barato, en este caso, puede terminar muy caro. En muchos países ya se multiplican los casos de cirugías mal practicadas que derivan en secuelas permanentes o en la necesidad de costosas reconstrucciones.
Argentina y la región en el mapa global
Brasil encabeza el ranking mundial en aumento de mamas, con el 14% de las operaciones globales; Estados Unidos lo sigue de cerca con el 13%. Argentina, con más de 28.000 intervenciones anuales, se consolidó como un destino elegido tanto por pacientes locales como extranjeros. La llamada “turismo estético” aporta visibilidad y divisas, pero también incrementa la presión sobre un sistema donde no siempre se cumplen los protocolos más estrictos.
En paralelo, un dato ilustra la transformación del mercado: por primera vez, en 2024 la blefaroplastia —la cirugía de párpados— superó a la liposucción y al aumento mamario como procedimiento más realizado en el planeta, con 2,1 millones de intervenciones. Este giro hacia técnicas que prometen resultados rápidos y discretos refuerza la necesidad de controles.
Seguridad: los tres filtros clave
Más allá de las modas, los especialistas coinciden en que la seguridad descansa sobre tres ejes básicos:
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Profesionales acreditados: la pertenencia a sociedades científicas no es un detalle burocrático, sino una garantía de formación continua y protocolos claros.
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Centros habilitados: un sanatorio con terapia intensiva, laboratorio y guardia disponible 24 horas marca la diferencia entre una cirugía segura y una apuesta riesgosa.
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Evaluación previa: toda intervención debe ser programada y depender de estudios clínicos sin irregularidades. El entusiasmo del paciente no puede pesar más que su estado de salud real.
El valor del “no”
No todos los pacientes deben ser operados, aunque tengan el dinero y la decisión tomada. Casos de obsesión estética o trastornos vinculados a la autoimagen exigen acompañamiento psicológico, no bisturí. El verdadero profesional no mide su éxito por la cantidad de cirugías realizadas, sino por su capacidad de identificar cuándo la respuesta debe ser negativa.
Redes sociales y falsas expectativas
Instagram, TikTok o YouTube transformaron la relación entre pacientes y cirujanos. Si antes el contacto era directo y limitado al consultorio, hoy los influencers promocionan procedimientos como si fueran productos de consumo masivo. Esa visibilidad democratiza la información, pero también difunde ejemplos peligrosos: tratamientos en lugares no habilitados, promociones imposibles de sostener o resultados irreales que generan expectativas frustradas.
La advertencia central
El mensaje que se repite entre los profesionales más experimentados es sencillo: la seguridad no tiene precio. Antes de decidirse, cada paciente debería tomarse el tiempo de verificar credenciales, chequear la habilitación del centro y desconfiar de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser ciertas.
La cirugía estética puede mejorar la autoestima y la calidad de vida, pero solo cuando se practica bajo estándares serios. En un mercado que no deja de crecer, la mejor inversión sigue siendo la información. Porque en este terreno, un descuento puede costar demasiado caro.
Juan Manuel Seren (MN 107.174) es pionero en la implementación de protocolos de rápida recuperación mamaria y creador del innovador protocolo ERABAS de cirugía mamaria que permite una recuperación rápida.
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