Luis Caputo (CEDOC)
El efecto post voto: señales de corrida y crisis política en cadena
La campaña eterna, la yerba dolarizada, la soja perdida y el dólar inquieto: las piezas de una crisis que empieza a tomar forma real.
A una semana de las legislativas, hay un dato evidente: no se puede someter a la población a cuatro meses consecutivos de campaña permanente. Se agota. Se satura. Y cuando la saturación es máxima, se vota sin razonar.
En abril de 2024 advertí que liberar el precio de la yerba mate iba a detonar una crisis. Pasó: un medio kilo que estaba en $700 hoy cuesta cerca de $4.000. Eso es un aumento del 570% cuando la inflación del período fue del 200%. No fue magia: fue la liberación para exportar y buscar precio internacional, premiando al principal jugador del sector —que terminó alineado políticamente con LLA en Misiones— y luego derivó en un candidato improvisado del deporte cuando estallaron los problemas penales en ese entorno.
Tras la elección, se conoció cuánto ganó Estados Unidos con la compra de pesos y bonos argentinos: unos US$ 290 millones. Y como los bonos subieron 10% post comicios, se terminó de confirmar la cifra de intervención que veníamos señalando: US$ 2.853 millones del Tesoro norteamericano.
La semana tuvo tres hechos clave desde el 29 de octubre:
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El presunto acuerdo arancelario entre Estados Unidos y China. Traducción práctica: EE.UU. terminó colocando 180 barcos de soja inmediata al sacar del medio a la Argentina. Pérdida potencial mínima: US$ 20 millones. Y encima nos ofrecen un crédito internacional por ese mismo monto. Resultado: nos sacan del mercado y luego nos endeudan por el faltante.
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El mismo miércoles, la Secretaría de Finanzas decidió renovar solo $6,1 billones de $11,4 billones de letras internas. Liberó $5 billones a los bancos para “crédito barato” que —ya lo sabemos— puede terminar yendo al dólar. Potencial impacto: US$ 3.300 millones.
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Entre jueves y viernes el mercado cambiario operó deprimido —con volúmenes negativos de US$ 150 millones diarios— y aun así el dólar subió $5 el jueves y $10 el viernes. Es el típico tanteo previo a una corrida a partir del lunes, cuando Scott Bessent podría empezar a vender parte de los $4 billones que compró entre el 9 y el 24 de octubre. Como anticipamos hace un mes, y como ratificó Morgan Stanley, el tipo de cambio puede ir a $1.800 sin obstáculos. Eso es inflación futura asegurada.
Y el viernes se activó la segunda placa de esta película: el jefe de Gabinete renunció. Se enciende la crisis política en el Gobierno. Milei volvió a desairar a quien podría ser su principal socio, Mauricio Macri, envalentonado por una victoria que fue, en el fondo, pírrica.
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