Francisco Oneto. (Cedoc.)

Los otros clientes polémicos del abogado de Milei y "Fred" Machado

Francisco Oneto no solo defiende al Presidente y al supuesto narco. Cositorto, el rugbier Máximo Thomsen y el médico Leopoldo Luque figuran en su cartera de clientes.

Francisco Oneto tiene una especialidad que no figura en los títulos universitarios pero sí en su agenda: tomar causas que incomodan. Su currículum como defensor penal incluye un desfile de personajes difíciles de defender. Estafadores, asesinos, abusadores, femicidas e incluso pilotos iraníes bajo investigación internacional.

Uno de los puntos altos (o bajos, según se mire) fue el caso Generación Zoe, la red de estafa piramidal liderada por Leonardo Cositorto, quien prometía libertad financiera, espiritualidad y rendimientos imposibles. A Oneto no le tembló la voz cuando, en un debate en Twitter Spaces, soltó: “Sí, me contrataron para defender una estafa”. Cositorto terminó condenado a 11 años de prisión por asociación ilícita y estafas reiteradas. El sincericidio lo dejó trending topic por horas.

También se sentó del lado menos empático en uno de los casos más conmocionantes de la última década: el asesinato de Fernando Báez Sosa en enero de 2020 en Villa Gesell. Oneto fue parte del equipo legal de Máximo Thomsen, uno de los rugbiers condenados a prisión perpetua. Participó del juicio de altísima exposición mediática en 2023, y su sola presencia en la defensa terminó convirtiéndolo en una cara visible de un crimen que sigue generando repudio colectivo.

No fue la única vez. En el caso Érica Soriano, Oneto integró la defensa de Daniel Lagostena, pareja de la joven desaparecida en 2010. El cuerpo de Érica nunca apareció, pero la Justicia condenó a Lagostena a 22 años de prisión como autor del femicidio. Oneto intervino en las primeras etapas del expediente, que terminó convirtiéndose en un emblema de la lucha contra la violencia de género.

La lista no termina ahí. Según reveló el periodista Carlos Pagni, también habría sido abogado de los tripulantes iraníes del vuelo de Emtrasur, el avión venezolano retenido en Ezeiza en 2022 bajo sospechas de espionaje y vínculos con organizaciones terroristas. Oneto habría intervenido en la defensa legal de algunos de los pilotos, hasta que se les permitió salir del país.

El patrón es claro. Oneto no elige causas fáciles, ni clientes cómodos. Tampoco pretende agradar. Y en ese camino, logró lo que muchos buscan sin éxito: hacerse notar. Aunque eso implique estar, otra vez, del lado menos popular de la historia.

 

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