★★★★ J. Edgar Hoover fue, durante décadas, uno de los villanos favoritos de los Estados Unidos. Todopoderoso creador del FBI, resultó no sólo un persecutor de criminales, sino la sombra negra detrás de famosos y políticos, así como un rabioso anticomunista y homofóbico. Eastwood lo pinta entero gracias a un extraordinario Di Caprio y demuestra que un hombre es mucho más que lo que los medios pintan de él. Por cierto, el realizador no expresa simpatía por el personaje sino empatía: trata de entenderlo en su época y su contexto, desde su historia y sus prejuicios. Y así logra un relato que le cede la posibilidad de juicio al espectador. La reconstrucción de esos Estados Unidos que se veía en la cima del Universo, y a la vez como una sociedad amenazada, queda reflejada en el personaje. Mucho más que un film biográfico: una verdadera radiografía social que no evita la emoción, a veces contradictoria.
por Leonardo D’Espósito
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