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ECONOMíA | 17-06-2015 10:47

Poder con vistas al 2019

Los aumentos de todas las asignaciones. La AUH institucionalizada por ley. La estrategia para el 10 de diciembre y después.

La presidenta Cristina Fernández no solo anunció el lunes 15 el sexto aumento de la llamada Asignación Universal por Hijo (AUH) desde el 2009 -creció 365%-, sino que enviará al Congreso un proyecto de ley para institucionalizarla, incluido un ajuste dos veces al año, tal como ocurre con los haberes de los jubilados. La medida persigue un obvio impacto electoral y, de hecho, condiciona también al próximo gobierno, del signo que sea, a continuar con la misma política. ¿Quién se atrevería a desandar lo andado en materia social con una herencia económica que dejará 10 millones de pobres, 30% de trabajadores en negro y 1.500.000 de jovenes que no estudian ni trabajan?  Cristina, mientras tanto, no se privó del gesto de autoexaltación política: «Esto es un logro, no debe estar sujeto a que alguien quiera licuar el beneficio y que pase a ser un recuerdo con el paso del tiempo. Es un sistema que en serio funciona. Cuídenlo y manténganlo”.

La Presidenta, otra vez, hizo gala de un poder que, a seis meses del fin del mandato, no parece tan débil y rengo como se pronosticaba desde el establishment y buena parte de la oposición política. La movilidad automática de la AUH, la asignación por embarazo y las asignaciones familiares para trabajadores en relación de dependencia marcará así, en el futuro, la continuidad del esquema discrecional y clientelista de aumentos que rigió hasta ahora. Un avance, pese a todas las críticas que merece el gasto público y el déficit fiscal K. El último aumento discrecional será del 30% para todas las asignaciones familiares. Y del 60%, «diferencial», para los residentes en la Patagonia, donde el costo de vida es más alto que en el resto del país. Las asignaciones por nacimiento, adopción, matrimonio y cónyuge y el subsidio de Contención Familiar también tendrán un incremento desde el 30% hasta el 100%. De un modo u otro, 8 millones de argentinos se verán «protegidos» por esta política asistencialista que tanto réditos electorales le aportó al oficialismo. Y tal vez, esté indicando el «piso» de una verdadera política pública de inclusión sin demagogia.

Según el ministro Axel Kicillof, los casi 20.000 millones de pesos que se invertirá en este mejoramiento social de último momento, agregaría una suba del 0,4 punto porcentual de aumento del PBI y 0,5 punto porcentual en el consumo agregado. Sobre todo si ese cálculo se combina con otros datos del Indec oficialista: la inflación de mayo habría descendido al 1% mensual y la construcción se habría reactivado 1,2%. Quizás tenga razón: Cristina sigue pensando en el 2019.

por José Antonio Díaz

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