Cuando se reúnen en un concierto un solista de la talla de Horacio Lavandera y una agrupación de los quilates de la Camerata Bariloche, los buenos resultados están garantizados de antemano. La presentación que realizaron el pianista y el ensamble en el Auditorio de Belgrano fue la primera de una serie de actuaciones que los llevará, próximamente, a diferentes escenarios en Gualeguaychú, La Rioja y San Miguel de Tucumán.
Sin dudas, uno de los loables objetivos de esta gira es llegar a nuevos públicos, con artistas excepcionales y con un repertorio ameno. No resultó sorprendente, entonces, que las cuerdas de la Camerata abrieran el concierto con la “Pequeña música nocturna”, de Mozart, en una lectura impecable. La música del genio de Salzburgo ocupó la mayor parte del programa, que continuó con dos de sus conciertos para piano y orquesta.
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por Margarita Zelarayán
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