"Te diría que vos estás sentada ahí hoy conmigo de casualidad”, dice la actriz, inmiscuyéndose en los insondables caminos del destino y lo que es peor, en las vigorosas intenciones paternas. “Mi papá tenia sesenta años cuando nací. Con mi mamá no me buscaron pero se ve que...” y no termina la frase porque gana la risa entre dos que aceptamos la convención del chiste. Porque nada es casualidad con Paula Kohan. Quizá fue su padre el que, desde la misma anécdota, le legó el gusto por la perseverancia, la voluntad de que se cumpla y que suceda lo que el corazón ordena que debe suceder.
Hija de médicos, Samuel y Lía Daichman (reconocida gerontóloga), la filiación teatral pudo haberse filtrado con el eco de un nombre, el de la primera esposa y mamá de sus hermanos mayores, la actriz y directora Inda Ledesma (fallecida en el 2010): “La vi varias veces. Recuerdo cuando le pedí a mi papá si podía ir a su casa, porque ella no salía mucho, para recitarle unos textos de Shakespeare. Me pasé todo un día jugando con ella. Me acuerdo que tenía como un camisón muy lindo y el pelo más bien blanco, estaba en una etapa donde no salía tanto; me acuerdo que me vio actuar y me dijo 'voy a hablar con Helena Tritek' que en ese momento estaba dirigiendo “Venecia”... No sé, me veía con esa hambre”.
Noticias: El hambre de actuar.
Paula Kohan: Sí, desde muy chica. Pero mi papá me decía: “Si querés ser actriz, estudiá”.
Y Paula Kohan estudió. Antes de su papel en la tira “Guapas” –donde es Flavia, otra de las que compiten por el cirujano plástico histérico que compone Mike Amigorena–. Antes de “El elegido” por Telefe, donde su personaje, Gigí, levantó la intensidad promedio de la tele en las escenas con su novia abogada (Mónica Antonópulos) y por el que ganó el Martín Fierro Revelación 2010. Y antes todavía del éxito de “Baraka”, la obra dirigida por Javier Daulte en la que se destacó entre Hugo Arana, Darío Grandinetti, Juan Leyrado y Jorge Marrale arremetiendo con un streaptease que no fulminó a su papá en la platea: “No hay nada más lindo que provocar el deseo en los hombres”, le dijo.
Noticias: Es que Samuel no podía negar que usted había hecho todos los deberes.
Kohan: ¡Les pedía llorando que me llevaran a las clases de teatro! Arranqué con Hugo Midón, hice toda la escuela con él y en tercer año ya estaba decidida de que eso era lo que deseaba. Me encanta entrenar, hacer talleres, me gustó siempre. Como quería estudiar canto con una profesora de Ramos Mejía, Mirta Arrúa Lichi (cantante lírica y maestra de Elena Roger, entre otros) y mi vieja no iba a dejarme ir tan lejos, me escapaba una vez por semana en tren a tomar las clases sin que se diera cuenta. Y después busqué en Páginas amarillas una fotógrafa para hacerme el book, armé el curriculum sola, todo, sin que se enteraran porque no querían, lo imprimí y lo fui llevando a diferentes lugares y tuve algunas experiencias pero no tan buenas. Yo quería actuar. Si me pedían plata para el casting, me iba. O si era con ropa interior me iba. Tenía quince años pero no me faltaba esa intuición de saber que la cosa no iba por ese lado, y así la fui surfeando.
Noticias: ¿Y sus padres nunca se enteraron de esos intentos?
Kohan: No, porque ellos no avalaban lo de los casting, querían que estudiara. Cuando terminé el secundario me metí en la UBA para la licenciatura en Arte pero al año dije “basta, no, no, no”, quería actuar y que la teoría viniera, precisamente, de agarrar un texto y entender cómo abordarlo para representarlo. Fue una decisión que padecí porque tenía la sensación de que iba a ser difícil vivir de la profesión de actriz pero, por otro lado, no podía hacerme la tonta con ese deseo. Con ninguna profesión podía asegurarme nada, tenía que arriesgarme en lo que amo. Me metí a estudiar actuación en el IUNA y a participar en obras de teatro en el off.
Noticias: Del teatro off al comercial, después la tele y ahora el cine.
Kohan: Sí, se estrena “Boca de pozo”, de Simón Franco, con Pablo Cedrón, un minero que trabaja con el petróleo y yo hago de su mujer, le hago planteos todo el tiempo, por qué no está en la casa, esas cosas. La filmamos el año pasado en Comodoro Rivadavia, yo no la conocía, es rara, misteriosa, con, de repente, barrios de mucho dinero y otros de muy pocos recursos. Y este año filmé “Tenemos un problema Ernesto”, escrita y dirigida por el periodista Diego Recalde, nos conocimos hace muchos años, pegamos muy buena onda, quería que hiciera el protagónico femenino y nos divertimos mucho. Es la historia de un hombre que un día se levanta y se da cuenta de que perdió su pene. Yo soy la novia y como no quiere decirme lo que pasó, me deja, sin explicar nada. Espero que llegue a estrenarse este año.
La televisión y el cine no le impidió ensayar dos obras. Una, de Vicente Battista y dirección de Walter Velázquez, “Dos almas que en el mundo” que se estrena en un mes en el Centro Cultural de la Cooperación, con Mariana Jaccazio. “Es sobre una relación muy neurótica entre madre e hija. Un texto muy difícil, realmente, cruel te diría”, asegura. La otra es de una de las obras más prometedoras para el 2014: “Almas ardientes”, de Santiago Loza, con dirección de Alejandro Tantanián, en el teatro San Martín, y los protagónicos de Analía Couceyro, Eugenia Alonso, Gaby Ferrero, María Onetto, Stella Galazzi, Maricel Álvarez, Mirta Busnelli, María Inés Sancerni y una más, que canta.
“Tantanián tenía la decisión de tomar una cantante porque pensó que ninguna cantaba. Yo levanté la mano, dije 'yo canto', me probó y voy a cantar”, cuenta sobre esta historia de mujeres en un taller literario, que se verá a partir de fines de agosto: “Me produce una emoción muy particular que sea en el San Martín y que mi papá pueda verme, me da mucho orgullo”.
Noticias: ¿Siente que le costó mucho?
Kohan: La verdad que sí. Fui aprendiendo sola, quizás no daba con los castings adecuados, hasta que entendí que necesitaba un representante. Recién lo pude tener cuando hice “Baraka”. Yo no sabía, empecé en esto sin tener un puto contacto. Es un recorrido, entiendo que así sea y está bien.
Tres años de casada y siete en pareja, Kohan comparte la vida con gato, perro y Ariel Stolier, el marido y el director de producción del complejo teatral La Plaza, con quien empezó a salir cuando estudiaba en el IUNA. “Fue a través suyo que me enteré de la audición para 'Baraka'. Cuando me preguntó si me gustaría ir, le dije 'sí y no: sí, por el laburo pero no, por vos'. Estuvo de acuerdo y me presenté pero sin que nadie supiera que yo era la chica que salía con Ariel. Termino mi audición y Javier Daulte me felicita.
Lo discutieron entre ellos porque les había gustado mi trabajo pero se preguntaban quién era Paula Kohan, quién la conocía, si podría o no sostener una equis cantidad de funciones... y ahí Ariel dijo: 'Bueno a esta altura, puedo decirles que yo la conozco y que de hecho estamos juntos'. No podían creer, pensaron que les estaba haciendo una joda. Después nunca más volví a trabajar en La Plaza, para no mezclar los ámbitos”, cuenta.
Noticias: Se ha preparado en comedia musical. ¿Participaría en el “Bailando...”?
Kohan: ¡Ay, todos me lo preguntan! No creo que sea divertida para el “Bailando...”. Soy actriz, podría hacer humor, algo por ese lado, pero bailando no rendiría.
Noticias: ¿Le gusta el programa, lo ve?
Kohan: Sí, lo veo a veces y me divierte, me hace reír mucho Marcelo, es el motor de la risa, tiene un remate siempre, es muy rápido mentalmente. No entiendo a la gente que lo critica y lo mira igual.
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Fotos: César Casco. Producción: Esteban Vedia.
por Leni González
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