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SOCIEDAD | 16-03-2017 00:00

El hijo de un diplomático es el nexo del PRO en las villas

Máximo Giusto es el coordinador de un programa del Gobierno para llegar a los barrios más humildes. El fantasma de la Cámpora.

Nació en una familia diplomática, se educó en el Primer Mundo y su apellido materno está ligado a la aristocracia nacional. El coordinador del programa con el que el Gobierno quiere llegar a los barrios más pobres, Máximo Giusto, rechaza el mote de “nene bien”. Recibido de abogado y con una carrera maratónica en la función pública, este joven de 26 años se esfuerza por mantener el perfil bajo y se resiste a que lo describan como el “líder de la Cámpora PRO”.

En el organigrama del Ministerio de Desarrollo Social, Giusto está a cargo de la Coordinación de Articulación de Proyectos Juveniles y su jefe directo es Pedro Robledo, subsecretario nacional de Juventud. A pesar de no ser de los jóvenes más mediáticos del PRO y de haber ingresado a la función pública apenas hace un año, en el Gobierno le tienen confianza. Tanto que lo pusieron a cargo de “Acá estamos”, el programa a través del cual Cambiemos pretende marcar presencia en las zonas más vulnerables de Buenos Aires, Rosario y Córdoba.

Giusto tiene a su cargo a 225 jóvenes que relevan comedores escolares, clubes de barrio y organizaciones sociales. A fines de enero, él y 70 miembros de su equipo desembarcaron en la localidad de La Emilia, cerca de San Nicolás, para atender las urgencias surgidas por las inundaciones. Se pusieron las pecheras azules, guantes y comenzaron a trabajar. Llevaron alimentos, kits de limpieza, removieron escombros y juntaron basura. Las similitudes con La Cámpora en el modo de llegar al territorio fueron tales que hasta la propia Cristina Fernández tuiteó: “Te acordás los que te machacaron la cabeza con 'militancia rentada'? Cuánta mentira y cinismo!”.

Robledo fue el encargado de responderle a la ex presidenta: “No es militancia rentada. Ni militancia, sino empleados estatales. ¿Cuál es la gran diferencia con lo que pasaba antes? Nosotros, Cristina, usamos pecheras para identificarnos como integrantes del Gobierno porque alcanzamos a los vecinos los recursos del Estado”.

Giusto, a pesar de ser el líder de programa, prefirió mantenerse al margen de la polémica y no hizo ninguna declaración. Quienes lo conocen aseguran que, por lo menos por ahora, no quiere levantar el perfil.

De Bruselas al conurbano

El padre del joven PRO, Marcelo Martín Giusto, es diplomático y en la actualidad se desempeña como cónsul general y director del Centro para la Promoción Argentina en Miami. Esta circunstancia significó que, a pesar de haber nacido en Argentina, pasó casi toda su vida fuera del país.

De hecho, cursó sus estudios secundarios en un colegio de Bruselas ya que durante su adolescencia su padre había sido trasladado a la Embajada Argentina en Bélgica. “Eso no lo hace un ‘nene bien’. Ningún chico decide dónde vivir a los 10 años”, insisten los colaboradores de Giusto, quienes subrayan que ese tipo de descripciones sólo intentan deslegitimar el trabajo social que lleva adelante. “De los cinco días de la semana, Máximo pasa cuatro recorriendo comedores, organizaciones, hablando con los vecinos. Eso es lo más importante”, agregan.

Por parte de madre, Giusto es Bullrich, uno de los apellidos más tradicionales y ligados a la aristocracia nacional. Sin embargo, sus allegados insisten en que para él esto no significa nada. “Su mamá es prima lejana del ministro Esteban Bullrich. Nada más que eso”, dicen.

Ya instalado en la Argentina, después de haber finalizado sus estudios secundarios, Giusto se inscribió en Abogacía en la Universidad Católica y una vez recibido trabajó en dos estudios jurídicos por períodos muy breves. En el 2014 estuvo durante unos meses en el estudio Moltedo y al año siguiente en el O’Farrell, los dos de Capital Federal.

“Siempre se hace hincapié en lo mismo, pero las personas que trabajan acá no necesariamente fueron a universidades privadas. Hay personas que estudiaron en la Católica, sí, pero también otras que fueron a la UBA”, insisten sus colaboradores. De hecho, advierten que tanto Giusto como otros jóvenes PRO vienen siendo víctimas de publicaciones falsas y maliciosas en sitios de internet que actualmente son manejados por gente despedida del área de Juventud. “Fueron desplazados por no cumplir el horario y cosas por el estilo”, explican.

A pesar de tener una trayectoria absolutamente alejada de lo social, los compañeros de Giusto subrayan la seriedad y el compromiso con el que encara los proyectos. De hecho, en relativamente muy poco tiempo logró ganarse la confianza de sus pares. Su primer contrato con el Ministerio de Desarrollo Social lo firmó en marzo del 2016 y en la cartera lo ven como un joven en pleno ascenso.

Militancia online

“Bajamos a todos los barrios por igual, no hay intencionalidad política. Al principio la gente se muestra descreída pero después ven que estamos trabajando en serio”, aseguran desde “Acá estamos”.

Bien al estilo PRO, tanto Giusto como todos los participantes del programa se encargan de publicar cada recorrida en las redes sociales. Siempre con la pechera azul, charlando con vecinos, entregando alimentos o materiales deportivos, jugando al fútbol en clubes barriales o limpiando calles. Según explican desde el ministerio, los jóvenes que hacen las recorridas fueron seleccionados luego de meses de trabajo en los barrios y aclaran que no son militantes del PRO necesariamente sino que son empleados del Estado. “En cualquiera de los lugares donde estuvimos se puede confirmar que acá no se le pide nada a cambio a la gente. Solamente se cumplen las funciones que se deben cumplir”, insisten.

Por ahora, el referente máximo del programa con el que Cambiemos pretende ganar territorio, sigue sin levantar el perfil y sus allegados insisten en que prefiere hacer las recorridas antes que encerrarse en una oficina. Este joven PRO criado en Europa y con ascendencia aristócrata pretender ser algo más que un cheto en la villa.

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