Cuando el miércoles 15 al mediodía Carlos Regazzoni (49) fue a visitar al presidente Mauricio Macri ya sabía que no seguiría al frente del PAMI. No había trascendido en los medios, pero la noticia le llegó el martes a la noche, cuando se reunió en un restaurante de Palermo con el vicejefe de Gobierno, Gustavo Lopetegui. “Hiciste una buena gestión, no es personal”, le dijo. Y completó: “Pero necesitamos profundizar el ajuste en el presupuesto. Y para eso tenés que dar un paso al costado”.
La noticia le cayó como un balde de hielo a Regazzoni, que creía estar cumpliendo bien su trabajo. Aunque sabía que el binomio de funcionarios que responden a Marcos Peña lo estaba acechando para dictarle una condena.
Encontraron la debilidad por el lado del ajuste. Le dijeron que no estaba cumpliendo con las metas presupuestarias: “Los números son malos”, adujeron. Y en simultáneo le presentaron a Macri a su reemplazante: Sergio Cassinoti. “En el IOMA tuvo un superávit de $ 1.500 millones de pesos”, le dijeron al Presidente. Caso cerrado.
Negocios
La disputa entre Regazzoni y los vicejefes de Gobierno no es nueva. Si bien ninguno de los dos lo quería, el principal enemigo era Mario Quintana, relacionado a la cadena de farmacias Farmacity, de la que aún hoy es accionista. Según el entorno del ex titular del PAMI, en diciembre, cuando él debía renegociar con la industria farmacéutica el precio de los remedios para el 2017, los vicejefes le dijeron que iban a hacerlo ellos. “Tuvieron un fuerte cruce. Regazzoni habló con Macri y el Presidente aceptó que él negociara solo. Quintana y Lopetegui quedaron muy enojados, esperando la oportunidad para sacarlo”, explican.
Fuentes de confianza del ex funcionario aseguran que, más allá de la sorpresa, fue tanta la presión que recibía para ajustar que, tras la reunión con Lopetegui, sintió un alivio: “Le pedían algo que no podía hacer. Era muy duro ajustar de esa manera”, aseguran.
Cuando el miércoles se encontró con Macri, con la renuncia consumada en secreto, el Presidente le pidió que fuera a caminar la provincia de Buenos Aires. “Te necesitamos como candidato”, le propuso. ¿Premio consuelo? “Él lo tomó bien, es muy positivo”, dicen desde su entorno.
El comunicado oficial aseguró que la renuncia fue “acordada” entre las partes. La realidad estuvo lejos de eso. Hubo una primera versión blanca que versaba sobre la necesidad de que Regazzoni se sume a la campaña. Una segunda, gris, que tenía que ver con el ajuste que no quiso realizar en el PAMI. Y una tercera, negra (de la que sólo se habla en off the récord), que tiene que ver con la interferencia en los negocios personales. Otra vez.
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