La inauguración de la Feria del Libro no estuvo exenta de su habitual cuota de polémica. Esta vez, los beligerantes fueron el ministro de Cultura de la Nación Pablo Avelluto, y el director de la Fundación El Libro, Martín Gremmelspacher, quien luego de mencionar el programa de este año para la Feria y enumerar a los escritores extranjeros invitados, señaló la situación crítica de la industria editorial: “En un año se dejaron de producir 20 millones de ejemplares. La verdad, señor Ministro, los problemas que teníamos no solo continúan sino que se han agravado”.
Gremmelspacher también advirtió: "Estamos muy preocupados por la posibilidad de que se aplique una reforma impositiva que recupere el IVA para el libro y que el gravamen alcance el 19 por ciento, eso significaría el tiro de gracia para el libro argentino".
Cuando llegó el turno de Avelluto, éste contestó con vehemencia: “Durante mis veinte años en el sector editorial viví muchas crisis económicas, financieras, viví la de 1989, el efecto Tequila, las hiperinflaciones, la crisis de 2001, y en cada una de ellas vi cómo el sector editorial, a través de su talento, se las ingenió para salir adelante”. Luego remató: “Parafraseando a una querida amiga escritora, Beatriz Sarlo: conmigo no, Martín”.
“Ésta no es la peor crisis de la industria editorial, no hay ningún tiro de gracia y en muchas situaciones peores logró salir adelante”, continuó Avelluto, para luego contar las inversiones del ministerio de Cultura en bibliotecas de todo el país, el rescate de las bibliotecas de personales de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo (unos 17 mil libros en total), así como el concurso público para “editoriales independientes que no tuvieran stand en la Feria y que sin costo alguno venderán sus libros en el stand del fondo”.
Tras el discurso de Avelluto, que dejó un clima tenso, la escritora Luisa Valenzuela fue invitada al escenario. Se expresó contra la “posverdad” y “la lengua de madera” del discurso del poder, además de manifestar su preocupación por la situación de las escritoras mujeres, en especial por la memoria de Elvira Orpheé y María Granata. También abundó en juegos de palabras como: “Pido hoy que pongamos en juego la imaginación. Pero no hablo de la imaginación en el poder, sino del poder de la imaginación”. Al finalizar, Valenzuela recordó que se cumplen cuarenta años de la primera ronda de las Madres de Plaza de Mayo en reclamo por sus hijos.
También hubo discursos de John Szabo, director de la Biblioteca Pública de Los Ángeles, ciudad norteamericana invitada especial a la Feria en esta 43ª edición, y Ángel Mahler, ministro de Cultura porteño.
por Pablo Nardi
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