José Bianco siempre tuvo pasión por las ciencias exactas, sobre todo por la física y la matemática. Matías Bertolotti cuando era adolescente tenía una fascinación increíble por las tormentas, tanto que si un sábado a la noche había un temporal, prefería no salir a bailar para quedarse mirando el cielo. Ambos compartían la misma curiosidad por los fenómenos meteorológicos y se inscribieron en una de las carreras menos elegidas de la Universidad de Buenos Aires: Ciencias de la Atmósfera. Ninguno de los dos se imaginó que, años más tarde, iban a ser compañeros de trabajo ni tampoco que iban a ser la cara visible de un fenómeno televisivo que no para de crecer y que tuvo su momento cúlmine con la cobertura mediática del huracán Irma: el show de los meteorólogos.
Atrás quedó el tiempo en que su función se reducía a anunciar, de forma meramente informativa, si iba a hacer frío o calor o si se venía un granizo. En la actualidad, despliegan una inusitada cantidad de habilidades que los convirtieron en las nuevas celebrities de los noticieros. Cada uno desde su lugar y con el personaje televisivo que creó. Chicas lindas que cuentan cómo va a estar el día, como Mina Bonino (A24) o Sol Pérez (TyC Sports); hombres que detallan las temperaturas con chistes y picardía, como Diego Angeli (C5N), o universitarios que combinan conocimientos técnicos con espontaneidad, como Bianco y Bertolotti (TN y El Trece).
“Las personas cuando se despiertan, lo que realmente quieren saber es cómo va a estar el día, si a la noche pueden salir o si el fin de semana se va a poder hacer el asado. Las gerencias de los canales fueron comprendiendo que, junto con el estado del tránsito, el servicio meteorológico es una información valiosa”, explicó Angeli a NOTICIAS.
El proceso de cambio requirió varias décadas. Telenoche fue el primer programa en incorporar un segmento meteorológico al ciclo, a mediados de los años ‘60. Dalmacio Mazzola fue el pionero, que frente a cámara y sobre un mapa estático, contó el clima. Su llegada a la tevé fue la punta de lanza para que una camada de personajes marcaran la pantalla con un puntero. Nadia Zyncenko, que ahora está en la TV Pública, tuvo su primera aparición televisiva en 1980 y se convirtió en un ícono gracias a su acento ruso-argentino. Fernando Confessore y Mauricio Saldívar fueron los primeros en animarse a hacer bromas y a opinar por fuera del guión meteorológico.
Todos allanaron el camino para que esta nueva camada de jóvenes gozara de reconocimiento y mayor espacio. La importancia que adquirieron se demostró con el huracán Irma, que acaba de pasar por el Caribe y el sur de Estados Unidos y que, en los días previos a que pisara tierra, se estimaba que podía llegar a la categoría 5 (la más alta en la medición de huracanes). Los expertos habían afirmado que este iba a ser un evento histórico, razón por la cual TN decidió enviar un equipo a Miami, encabezado por Bianco. El canal cubrió el huracán minuto a minuto, algo que nunca se había hecho en Argentina con un fenómeno climático, y los resultados demostraron que la audiencia los acompañó: los relatos en primera persona del meteorólogo, al estilo reality show, le dieron al canal números impensados, con marcas que superaron a las de la TV abierta. TN, ese fin de semana, tuvo un pico de 10,2 puntos, mientras que El Trece obtenía 1,8 y Telefe, 2,7.
“Lo que pasa con estas coberturas muy realistas, es que hablan de cuestiones a las que todos estamos muy expuestos. Vemos que la realidad supera a la ficción, a esas películas apocalípticas de Hollywood que describen súper catástrofes”, sostiene Adriana Amado, analista de medios de NOTICIAS.
La interna
Como suele suceder en los grupos que crecen y adquieren importancia, entre estos personajes de la televisión también hay rivalidades y competencias. Aunque siempre en tono de broma, todos marcan la diferencia entre los que estudiaron en la universidad y los que llegaron a presentar el clima de forma fortuita que, en general, son mujeres despampanantes. Académicos vs. sexys.
En la Argentina, la meteorología y el pronóstico del tiempo es una de las ramas de Ciencias de la Atmósfera, una carrera que se dicta en la Universidad de Buenos Aires y que tiene apenas 15 egresados por año. La falta de información y el miedo que genera entre los jóvenes la inmensa cantidad de horas de matemática y física son algunos de los factores que la convirtieron en una de las profesiones menos elegidas. Por eso, el Ministerio de Ciencia junto con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) y la UBA incorporaron un programa de becas (que rondan los 10.000 pesos) para quienes deciden inscribirse.
“De a poco se ve mayor interés hacia la profesión. Yo me recibí hace 15 años y noto que hoy se sabe más o me hacen más preguntas”, contó Bertolotti. Para él, la enemistad entre universitarios y presentadores del clima es parte de otra generación aunque le gustaría, al igual que a Bianco, que se supiera más sobre el enorme esfuerzo que hacen quienes eligen esta carrera.
A la hora de trabajar, la diferencia entre unos y otros también es grande. Mientras que los presentadores suelen leer y repetir el pronóstico, los meteorólogos cuentan que ellos mismos elaboran el suyo. Miran los mapas que ofrecen el Servicio Meteorológico y agencias especializadas de Estados Unidos y Europa, al tiempo que tienen herramientas tecnológicas para observar los cambios. “La diferencia es que si el conductor del programa nos pregunta por qué pasa lo que pasa o nos pide una opinión, nosotros tenemos la formación para decirlo”, agrega Bianco.
Evento mundial
La cobertura del huracán Irma fue, sin dudas, uno de los mayores desafíos para estos profesionales. Expertos de todo el mundo habían anunciado que este fenómeno iba a tener características descomunales. “Si hubiera alcanzado la categoría 5 en tierra, realmente hubiera sido un desastre y nuestra responsabilidad hubiera sido mucho mayor. Para los que estudiamos estos fenómenos, estar ahí era como jugar una final de fútbol, aunque suene contradictorio en relación con el miedo y a la posibilidad de que se perdieran más cantidad de vidas”, contó Bianco.
Para él, como para el resto de los expertos, la “explosión” del servicio meteorológico en la televisión responde a varios factores. Por un lado, hoy existen herramientas tecnológicas para transmitir en directo eventos que, en otros tiempos, eran imposible de registrar.
Sin embargo, el rol que decidió ocupar el hombre con respecto a la naturaleza es clave para comprender este fenómeno: “Por un lado, en la historia de la Tierra hubo momentos con más fenómenos meteorológicos y momentos con menos. Hay mucha gente estudiando las razones de esto. Pero, por el otro, el hombre está haciendo todo al revés a la hora de planificar ciudades, de diagramar el uso del espacio. Se está haciendo todo para que los daños sean cada vez mayores y, quizás, las lluvias que antes no generaban problemas en una ciudad, ahora sí los generan. Si esto sigue así los desastres van a ser cada vez más grandes y por ende van a requerir mayor cobertura periodística”, describió Bianco.
Amado afirma que la tendencia de incorporar este tipo de informaciones en la televisión está en aumento, tanto en la Argentina como en el mundo. Y asegura que buena parte de los motivos radican en el interés de los expertos de salir de sus laboratorios: “La ciencia se dedica más que antes a la divulgación y los científicos tienen un mayor interés por ser figuras televisivas. Aunque el periodismo le sigue dando poca importancia a los especialistas, ellos se logran imponer con sus conocimientos y con las lógicas de show, como vimos en la cobertura de Irma”, explicó Amado.
Estos personajes que ingresaron con perfil bajo a la televisión se impusieron y su presencia en la pantalla no es una moda pasajera. Bianco, por lo pronto, pisó la Argentina y recibió un llamado impensado: “Soy la productora de Mirtha Legrand. Quiere invitarte al programa”, le dijeron del otro lado.
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