“No se puede probar lo que nunca existió, no hay nada oculto, ni cláusulas secretas. Actuamos con la mejor de las intenciones”, dice el ex canciller Héctor Timerman en el escrito que presentó ante el juez Claudio Bonadio, en su declaración indagatoria por el Pacto con Irán. En el texto, que consta de casi 300 páginas, el antiguo canciller hace una detallada revisión del caso AMIA, desde el ataque en 1994 hasta el avance de las negociaciones con Irán, que culminó con el acuerdo rubricado en el 2013 y al que se acusa de entorpecer el avance de la investigación. Sin embargo, la parte más jugosa del escrito es cuando asegura -y muestra documentos que sostienen su versión- que Alberto Nisman, a cargo de la investigación del atentado, estaba al tanto de todo lo que ocurría y que “expresamente respaldó que se avanzara en las gestiones”. La polémica sobre el accionar del fallecido fiscal está lejos de terminar.
“Toda medida que implique una cooperación que tenga por objeto materializar y dar respuesta a la Justicia argentina, esta Unidad la recibe con beneplácito y la encuentra altamente constructiva”, es lo que habría dicho Nisman -a cargo de la causa AMIA desde el 2004 hasta su muerte- en uno de los archivos que presentó Timerman. Según los documentos, el fiscal sabía desde el día uno, y avaló las medidas que luego tomó el gobierno K, e incluso hizo caso omiso de las críticas que iban surgiendo desde la DAIA y la AMIA al acercamiento entre Argentina e Irán.
Además, según cita el ex canciller, el fallecido fiscal habría asegurado que “el responsable de todas las relaciones externas de la Nación es el Poder Ejecutivo”. Este es uno de los puntos claves: la causa gira en torno a la potestad que tenía o no el gobierno K para establecer el acuerdo con Irán, que luego fue refrendado por las dos cámaras del Congreso. Según revela Timerman, en ese momento Nisman estaba de acuerdo con lo que hicieron los K. “Es judicializable si se puede establecer que el Estado causó un agravio adrede”, aclara el abogado Hugo López Carribero, director del Instituto de Derecho Penal.
En el escrito que Timerman redactó junto a sus abogados Graciela Peñafort y Alejandro Rúa -quien también defiende a CFK-, el ex canciller expone los pormenores que llevaron al gobierno anterior a cerrar el polémico acuerdo -“durante años fue unos de los temas de conversación con Cristina, que era la persona que más conocía la causa”-, niega cualquier acuerdo por debajo de la mesa, critica duramente a las organizaciones judías DAIA y AMIA, y rechaza la existencia de una reunión secreta en Aleppo con enviados de Teherán. “Si los sospechosos eran iraníes, ¿con qué otro gobierno podíamos resolver la controversia?”, aseguró Timerman en su defensa.
“Pensé que esta misión era la más importante de mi vida y que una vez finalizada podía retirarme satisfecho de haber cumplido con mis ideales como persona y mi deber como canciller”, concluye Timerman, y en el último renglón le tira un dardo a Bonadio: “Mientras usted siga a cargo del caso no, pero alguna vez será Justicia”. Días después, sacó un comunicado donde asegura que por el “delicado estado de salud quizás no vea la finalización” de las causas. Pareció una despedida.
por R.N.
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