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SOCIEDAD | 06-05-2019 11:58

Eco-familias: ¿tener hijos contamina?

Promueven el control de la natalidad contra la emergencia climática. Polémica abierta.

El cambio climático mantiene en alerta a toda la comunidad científica y genera iniciativas para controlarlo. La más insólita la está impulsando una corriente de filósofos y ambientalistas para quienes el problema para el planeta está en tener demasiados hijos. Uno de los investigadores que llevó esta controversial medida a la tapa de medios como “The New York Times” es el investigador de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), Seth Wynes.

En su estudio "La brecha en la mitigación del clima", el experto en cambio climático indica que tener un sólo bebé por pareja sería la acción de mayor impacto para disminuir la huella de dióxido de carbono de cada individuo, y permitiría reducir las emisiones casi en 60 toneladas anuales. Este cálculo se basa en las emisiones futuras que provocará ese hijo y sus descendientes. Muy por detrás está la medida de vivir sin coche (que genera unas 2,5 toneladas de contaminación.

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En la Argentina, y en la realidad, la cultura Gink, -green inclinations, no kids-, (con inclinaciones verdes, sin hijos), ya tiene sus adeptos. Incluso, sus divulgadores. El obstetra argentino Mario Sebastiani, de la División de Tocoginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires, acaba de publicar su libro “La ética y la antiética de tener hijos”, en el que no sólo reflexiona sobre por qué ser padres, sino además, el impacto que esta decisión podría tener en el medio ambiente. El también presidente del Comité de Bioética del Hospital Italiano recomienda “pensar la procreación” por sus consecuencias colectivas. Para decir esto se sostiene en Wynes.

“Si bien hasta ahora se defiende la libertad reproductiva, en términos que cada uno pueda tener todos los hijos que desea, deberíamos reformular esta libertad en una visión no sólo personal o familiar, sino necesariamente en una dimensión planetaria. Se estima que una familia de los Estados Unidos que haya decidido tener sólo un hijo logra un mismo nivel de reducción de emisiones que 684 adolescentes que deciden reciclar sus desechos durante el resto de sus vidas”, escribe.

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Sebastiani, que curiosamente trabaja como obstetra trayendo niños al mundo, dice que no intenta ser fatalista, y que para incentivar estas decisiones, se deben dar mensajes menos idílicos sobre la paternidad

Alternativa oficial. A pesar del crecimiento de estas posturas polémicas, las organizaciones oficiales como la ONU no mencionan esta práctica antinatalista. “No es una opción en el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, presentado a fines del 2018 para limitar el calentamiento a 1,5 grados centígrados”, explica Inés Camilloni, meteoróloga y miembro del Comité Científico del Programa Interdisciplinario sobre Cambio Climático (Piubacc).

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La experta, que en dos ocasiones estuvo a cargo de este estudio de Naciones Unidas, explica que la ciencia muestra otras alternativas. “Los caminos son a través de más energías renovables; eficiencia energética, cambios en la dieta y preservar y generar sumideros de carbono. Lo del control de la natalidad es controversial. Creo que en todo caso puede salir de decisiones personales, pero no como política pública”, indica Camilloni. De esta forma, le pone paños fríos a esta posición extrema. Una visión que por ahora, sólo podrá desarrollarse en libros y en el cine de Hollywood.

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