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MUNDO | 01-07-2019 11:58

Triunfo del feminismo: la manada y un caso testigo en Europa

El Supremo español elevó la pena al grupo que violó a una joven durante San Fermín.

El caso de la manada ha trascendido las fronteras de España para convertirse en un verdadero caso testigo sobre el tratamiento mediático-judicial de los delitos sexuales y la administración de justicia en tiempos donde la violencia contra las mujeres ha alcanzado su máximo histórico de intolerancia. Luego de tres años, dos fallos -de la Audiencia Provincial de Navarra primero y del Tribunal Superior de Justicia de Navarra después-; dos masivas manifestaciones feministas y una feroz exposición mediática, las mujeres lograron que el Tribunal Supremo ratifique que lo que hizo esa patota en 2016 no fue un abuso sexual sino una violación.

“Tanto el proceso judicial como las sentencias anteriores y el fallo del Supremo marcarán sin duda un hito en la historia de los derechos de las mujeres en nuestro país”, sostuvo en declaraciones ante la prensa española Arantxa Elizondo, presidenta de la Asociación Española de Ciencia Política y de la Administración, una reconocida politóloga e incansable luchadora por la igualdad de las mujeres en el ámbito político.

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La sentencia final contra la manada incluye dos puntos centrales: el concepto de “intimidación ambiental”, al considerar que el hecho se produce de noche, en un lugar “aislado y angosto” y en una ciudad que era “desconocida” para la joven, oriunda de Madrid; y la señalización de la “innecesaridad de que la víctima muestre resistencia física, sobre todo cuando está en una clara desigualdad de condiciones, como la la desigualdad numérica y la complexión física”, lo que supondría suficiente intimidación para vencer la resistencia de la víctima.

“En el ámbito judicial facilitará una más adecuada interpretación de la actitud de la víctima en casos de agresión sexual, sin que sea necesario que haya habido una resistencia arriesgada para su propia integridad. En el ámbito político, el fallo y su impacto pueden contribuir a que se impulse la modificación del Código Penal, agilizando las propuestas realizadas por expertos en los delitos de agresión sexual”, sostuvo la especialista. Elizondo se refiere al hecho que en las dos instancias anteriores y tras el análisis de los siete videos realizados por los propios atacantes en el momento de la violación, los jueces interpretaron que la actitud pasiva de la joven, daba consentimiento a lo que estaba pasando.

Abuso festivo. Las agresiones sexuales, abusos y acosos contra las mujeres durante las Fiestas de San Fermín ya eran una preocupación para las autoridades y las agrupaciones feministas, mucho antes del caso de la manada. En este contexto de naturalización de la violencia contra las mujeres, justificadas por la fiesta, el alcohol y una gran multitud enardecida, es que se produce la violación grupal a la joven madrileña, que por entonces tenía 18 años.

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La primera noche de los Sanfermines del 2016, la joven caminaba rumbo a su auto cuando fue interceptada por los cinco hombres, quienes la invitan a fumar un porro. La chica admite que no fue obligada a ingresar al portal de la calle Paulino Caballero Nº5, pero al darse cuenta de las verdaderas intenciones de los hombres, entró en “estado de shock”. Según declaró, solamente cerró los ojos y esperó a que todo terminara cuanto antes. Durante 18 minutos, la joven sufrió 10 violaciones -como lo determinaría el Supremo Tribunal-, trato vejatorio, filmación del hecho, burlas, y hasta el robo de su teléfono.

“Llevábamos años gritándolo en las calles, pero los jueces vieron un jolgorio o unos abusos sexuales”, declaró Julia Santos, representante del Movimiento Feminista de Madrid, sobre las dos primeras sentencias, que además otorgaron la libertad condicional a los acusados. “Esto es un punto de partida para hablar de lo que es el consentimiento”, asegura la militante feminista.

Durante todo este tiempo, el caso de la manada trascendió lo judicial y saltó a la calle, siendo uno de los disparadores de la movilización feminista más grande de la historia de España. Los constantes cuestionamientos a la actitud de la muchacha, las filtraciones malintencionadas de los videos a la prensa y el acoso mediático tuvieron su contrapeso con las defensas del colectivo feminista, cuya consigna #YoSiTeCreo inundó la opinión pública toda. Sin dudas, este fallo es un triunfo del feminismo español, que modifica un escenario adverso, volviéndolo más fértil para la introducción de nuevas leyes.

Nuevas reformas. El caso de la manada ha provocado que se metan en discusión los conceptos de abuso y violación, y desde el Ministerio de Justicia español se empieza a delinear la creación de un nuevo tipo penal específico para la violación, hasta ahora considerado una de las modalidades de la agresión sexual. Esta reforma de los delitos contra la libertad sexual necesita un nuevo Código Penal que delimite que si no se dice “si”, todo lo demás es “no”.

Con esta sentencia, el Tribunal Supremo, compuesto por 2 mujeres y 3 hombres, de los cuales 3 miembros son expertos en violencia de género, lanza un mensaje para los poco capacitados magistrados españoles, una ruptura en el status quo y una esperanza para una justicia más inclusiva con las mujeres.

José Ángel Prenda, Ángel Boza, Antonio Manuel Guerrero, Alfonso Jesús Cabezuelo y Jesús Escudero fueron detenidos apenas se dio a conocer la sentencia. El nombre de la manada fue tomado del grupo de WhatsApp de los condenados, espacio virtual en el cual compartían todas sus “hazañas sexuales” .

Según el Forum Feminista de Madrid, desde el 2016 hasta la fecha, se habrían cometido unas 89 violaciones múltiples en España. Desde la manada de Bilbao, la de Cullera, la de Sabadell, la de Villalba, la de Alicante; un efecto dominó que llegó incluso a Chile, con el ataque de hinchas a una chica argentina, o a Entre Ríos, con la violación a una menor durante la noche de año nuevo.

Estos hechos de violencia y salvajismo no pueden ser banalizados por un sistema judicial incapaz de llamar a las cosas por su nombre, donde se pone en discusión la libertad de decidir de las mujeres. Donde un grupo de agresores, de lo único que se arrepienten, es del robo de un celular.

por Carla Oller

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