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MUNDO | 22-09-2019 12:15

Yemen: nafta al fuego

Trastienda del ataque a la empresa petrolera Saudi Aramco. ¿Fue Irán? Las hipótesis.

¿Por qué sabotearía Irán la negociación que había buscado con Trump y que dejó en suspenso el ataque contra Arabia Saudita?

Una pregunta clave para develar quién ordenó el bombardeo que devastó Saudi Aramco, la empresa petrolera sobre la que se funda la alianza norteamericano-saudí.

Si el peor ataque sufrido por el reino en toda su historia no fue ejecutado por quienes se lo adjudicaron, los huthíes, es lógico sospechar de Irán, la potencia chiita que desde la revolución del ayatola Khomeini proclama que deben caer las monarquías sunitas y los regímenes laicos en los países árabes. Pero aun tratándose de un ataque iraní, no necesariamente habría sido ordenado por el gobierno moderado de Hassan Rohani, quien buscó negociar con Trump para que cesen las sanciones económicas y se restablezca el acuerdo nuclear.

No sería la primera vez que facciones ultrafanáticas de la teocracia persa sabotean esfuerzos negociadores. De hecho, la toma de la embajada norteamericana por turbas khomeinistas, en 1979, frustró los contactos entre el primer ministro iraní Mehdi Barzagan con el consejero norteamericano Zbigniew Brzezinski.

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No se puede descartar que, por ejemplo, la Guardia Revolucionaria, cuerpo que responde exclusivamente al líder religioso y siempre cuestionó el acuerdo nuclear que firmó el presidente Rohani, lanzara el ataque sin el conocimiento del gobierno.

Tampoco se puede descartar que hayan sido los huthíes, tal como ellos plantearon desde el primer momento. En ese caso, la milicia yemení habrá causado al reino saudí el ataque más devastador y humillante de su historia. Un golpe que ridiculiza al arrogante príncipe que impera en Riad.

Historia. Yemen, el país más pobre de la Península Arábiga, atravesó la historia divido. Al siglo 20 entró partido por el Imperio Otomano y el colonialismo británico. Después lo dividió la Guerra Fría, con un Estado comunista al sur y otro anticomunista en el norte.  Con la unificación, en la década del 90, quedó la división entre facciones étnicas identificadas con las dos principales ramas del Islam: sunismo y chiismo.

En Yemen, la comunidad Shafi aglutina a los sunitas, mientras que los chiitas pertenecen a la comunidad Sayidi. También en los años 90, surgió la milicia huthi en el clan sayidi más poderoso. La creó Bedredin al Houti para luchar contra el gobierno despótico de Alí Abdulá Salé, a quien derrocó y más tarde asesinó.

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Beredrin fue abatido en el 2004, quedando al frente su hermano Abdul Malik. Más tarde, la lucha fue contra el régimen pro saudita de Mansur Hadi, quien, acorralado, tuvo que abandonar Yemen.

Mohamed Bin Salmán hizo que Arabia Saudita interviniera directamente en el conflicto, junto con Emiratos Árabes Unidos. El reino entró a la guerra en el 2015, pero sus masivos bombardeos y sus implacables bloqueos han causado exterminios y otros desastres humanitarios, aunque no lograron recuperar la capital, Saná, ni el estratégico puerto de Hodeida, en poder de los huthíes.

Agravando el desastre saudí, la milicia lanza un enjambre de drones que paraliza la mitad de su producción petrolera. Semejante ataque sólo pudo realizarse con tecnología iraní, pero no necesariamente por orden del gobierno de Irán.

Lo único seguro es la humillación militar que implicó para el poderoso reino y su polémico príncipe.

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Claudio Fantini

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