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SOCIEDAD | 11-11-2017 00:00

Quién es la "Cheta de Nordelta"

Cinthia Solange Dhers tiene 53 años y es monotributista. Se convirtió en "la cheta de Nordelta" tras el audio donde criticaba a sus vecinos que se viralizó.

Mate, reposeras, perros y poca “estética visual”. La escena que Cinthia Solange Dhers (53) presenciaba en Nordelta no le agradó y decidió comunicarse con Michelle, su agente inmobiliaria, para hacérselo saber. “Me molesta ver a un grupo de gente que lleva al perro a la pileta como si estuviéramos en la Bristol de Mar del Plata”, soltó en un momento del largo audio de Whatsapp la mujer que se referenció como cirujana y que aseguró ser amiga de gente del Gobierno y conocer al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.

Sin saberlo, su monólogo la volvería famosa. Es que en tiempos de viralización virtual, el mensaje de Dhers comenzó a replicarse en todos los teléfonos del país y generó todo tipo de reacciones. Nadie quedó indiferente ante el soliloquio de la mujer que aseguró que no le “divertía” estar en Nordelta mirando el lago “viendo gente en una reposera de Mar del Plata en el muelle tomando mate” y que para presenciar ese panorama no hubiera invertido 200.000 dólares en un departamento y se hubiera quedado en su propio campo o se compraba una casa. Además, Dhers esgrimió un extraño argumento cuando explicó que ella tenía “determinados códigos de estética visual y de estética moral”, que sus vecinos no y remató: “La gente no se ve mala, pero se ve que es gente que viene de barrios visualmente no muy buenos”.

Convertida en el blanco de las redes sociales donde hasta provocó que los propios vecinos de Nordelta organicen mateadas en su contra, ella optó por recluirse. Sin quererlo, Cinthia Dhers se convirtió en el personaje del momento, y aunque fue su discurso polémico lo que le dio fama, lo cierto es que no es su primer acercamiento al mundo mediático.

Ínfulas

Tan pronto como el audio de Dhers comenzó a difundirse, también lo hizo su pasado. Bautizada como la “cirujana cheta”, la doctora se apuró en cerrar sus redes sociales e incluso no atendió ningún requerimiento telefónico. Tanto la línea fija de su consultorio como su celular personal no eran respondidos. Tampoco el teléfono de Michelle, la destinataria del audio. Pero a pesar de las intenciones de Dhers de ocultarse, la misma web 2.0 que la convirtió en fenómeno viral se encargó de dejarla al descubierto. Las fotos con Jacobo Winograd y la socialité Marina Dodero fueron lo primero en trascender, para luego dar paso al resto de su pasado.

Aparentando formar parte del glamoroso mundo al que dice pertenecer en el audio, Dhers tomó parte en varias acciones del jet set. Desde acudir a las “fiestas de blanco” en Punta del Este hasta ir a los “Six o'clock tea” solidarios en la embajada de Brasil, la doctora se codeaba con los ricos y famosos. Incluso, auspició con su nombre un torneo internacional de polo femenino que se disputó en el país.

Pero fue el propio Jacobo Winograd, su ex pareja, como el propio mediático reconoció, quien deschavó a Dhers. “Es tan millonaria como el Gigoló, les toma la leche a los gatos”, fue la metáfora del ex de Silvia Süller, quien agregó: “Es una mujer mitómana. No hay casa ni 200.000 dólares”.

La doctora es monotributista y según su constancia de AFIP no registra ningún impuesto activo. Pero a pesar de esta realidad impositiva, Dhers cuenta con una cuenta off shore radicada en Florida, EE.UU, llamada “Absolute RE Investments Inc”. La firma se encuentra activa, aunque no se informa cuál es su capital actual ni cuál fue la inversión inicial.

Sin embargo, las revelaciones no terminaron ahí, sino que a raíz de su repentina fama, otro viejo episodio del pasado de Dhers salió a la luz. En agosto de 2010, la médica recibió la confirmación de una condena por mala praxis que la embargaba por el monto de 15.000 pesos. La denuncia fue presentada por Mirta Beatriz Fernández, quien se había sometido en marzo de 2007 a un tratamiento de mesoterapia en la Clínica de Revitalización y Estética de Dhers. Fernández fue inyectada con ácido azelaico y ácido fítico que se encontraba contaminado y le causaron “lesiones papulopustulosas secretantes”.

Ella se referencia a sí misma como cirujana, sin embargo, ninguna de las tres asociaciones que reúnen ese tipo de profesionales en la ciudad la tienen en sus padrones. “Es tan médica cirujana como Gisele Rímolo”, aseguró Winograd.

Hoy, en Nordelta aseguran que desde que su audio tomó estado público no la han vuelto a ver. Y mientras todo el país habla de sus infortunadas declaraciones y se mofa de sus dichos, los propios habitantes del barrio privado organizan mateadas para mostrarle su descontento. “Si no quiere estar acá que se vaya”, dicen las vecinas indignadas.

Una mala estrategia para hacerse de amigos en el barrio.

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