El periodista Jorge Raventos recibió una llamada por WhatsApp y reconoció el logo de la app oficial Cuidar. Cuando atendió, del otro lado de la línea un hombre amable le ofreció un turno para darse la quinta dosis de la vacuna contra el Covid. Él dijo que no, pero consultó por la vacuna contra la neumonía. “Espere un segundo”, le respondió. Un momento después, volvió a hablar. “Listo. Ahora va a recibir un código de seis dígitos en su celular. ¿Me lo repite?”. Apenas Raventos le dictó el número supo que lo habían estafado. El hombre amable empezó a tratarlo mal y a los pocos minutos su hija le escribió un mensaje a su esposa: “Ya transferí los $ 70 mil que me pidió papá”, avisó.
Raventos sufrió una estafa cada vez más frecuente. Se trata de una especie de phishing: los delincuentes toman posesión de la cuenta de WhatsApp de su víctima para comunicarse con sus contactos y pedirles dinero.
En su caso, su hija no sospechó nada cuando recibió un mensaje desde el número de su padre pidiendo que transfiriera esa suma a una cuenta determinada. Creyó que era un pago que el hombre debía hacer. “Se hace una cadena. Llegaron a una amiga a través de mis contactos y varios amigos y familiares le enviaron dinero. En total se hicieron entre 300 y 400 mil pesos”, contó Raventos.
Cómo funcionan las estafas por WhatsApp
Daniel Monastersky es abogado especializado en ciberseguridad. Cuando escuchó la historia de Raventos no se sorprendió: “Es muy frecuente. Ahora aparece la excusa de los turnos de vacunas, pero te pueden decir cualquier cosa. El asunto es convencerte de que le repitas qué código te llegó”, explicó.
Los delincuentes se comunican con su víctima a través de un celular y, en paralelo, con otro dispositivo intentan acceder a su cuenta de WhatsApp. Descargan la aplicación y cuando quieren asociarla con el número del titular, tienen que ingresar un código para validar la identidad, que es el número que la persona recibe en su teléfono. En el caso de Raventos, la excusa para pedirle que les diga el código fue resolver el trámite de la vacuna.
Con el código, pasan a tener control de la cuenta de WhatsApp de su víctima y se comunican con sus contactos pidiéndoles dinero. Más todavía: en el último tiempo se registró que este tipo de delincuentes suelen alquilarles cuentas bancarias a personas en situación vulnerable. “En la comisaría me dijeron que la fiscalía se va a comunicar. Pero me contaron que ese es el motivo por el cual cuesta rastrear el dinero para dar con los estafadores”, contó Raventos.
Monastersky coincidió en las dificultades para dar con los autores de estos delitos y recordó algunos consejos clave para evitar caer en estas trampas: “Está bueno tener la doble verificación. Pero también se puede vincular la cuenta de WhatsApp a un correo electrónico y ponerle una contraseña. Ese es otro obstáculo para dar el alta en otro dispositivo”, finalizó.
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