Haber, hay de todo. Desde ceremonias antiquísimas que incluyen quemar carpetas o identificaciones hasta festejos más recientes y alocados en los que se espera que los nuevos profesionales se vistan a su gusto. ¿Qué?¿Retirar el título disfrazado de Pikachú?¿Y por qué no? Después de todo, terminar una carrera universitaria no es poca cosa y cada quien lo celebra – si puede- como mejor le parezca.
Por eso, por ejemplo, en la antigua universidad de Coimbra, en Portugal, el festejo por haber terminado incluye una gran fiesta pero también una tradición más alocada llamada “la quema de las cintas” (o, en el idioma original, “a queima das fintas”). Se trata de quemar cintas con el color de la carrera que se esté concluyendo (Derecho, Arquitectura, Diseño) en un día específico de mayo y, como para ponerle más emoción, de noche. Con ese ritual se da por terminado el ciclo académico y comienzan los festejos por la graduación. Esta ceremonia tuvo tanta aceptación que hoy se la celebra en muchas otras universidades del país.
A kilómetros de allí, en Japón, otra casa de altos estudios subió la apuesta y permite que los egresados de la carrera de Diseño se vistan tan creativamente como puedan para la entrega de sus títulos. Se trata de la Facultad de Artes de la Universidad de Kanazawa y por lo colorido y gracioso del desfile de nuevos egresados las fotos de sus graduaciones no tardaron en volverse virales. Después de todo, tampoco es tan común ver al honguito de Mario Bros recibiendo un diploma.

En Noruega, en cambio, la originalidad no es tanto de los universitarios como de los estudiantes secundarios, que cuando terminan esa parte del ciclo educativo organizan una especie de UPD (Ultimo Primer Día) con mezcla de carnaval. El detalles que dura todo un mes (arranca en abril y termina en mayo) y para eso alquilan y decoran buses que los llevan de paseo por todo el país. El plan es pasear, tomar mucha cerveza, bailar todo lo que se pueda y, desde luego, tener tanto sexo como se pueda. A lo largo de esas cuatro semanas van parando de pueblo en pueblo y de rave en rave (rave se lo denomina a las fiestas electronicas), por lo que al frente del autobús va un chofer no sólo adulto sino también sobrio.

Mucho más tranquila –un poco hippie, incluso- es la celebración de graduación de los estudiantes del Warren Wilson College, en Estados Unidos. Como esa casa de altos estudios está fuertemente orientada a las carreras vinculadas a la ecología y al cuidado del medio ambiente (entre otras cosas, reciclan toda la basura generada por el campus y sólo le compran a proveedores locales) en la ceremonia de egreso se le regala a cada nuevo profesional un abeto. ¿La idea? Que lo acompañe –y sea plantado- en el próximo lugar al que la vida lo lleve.

Pero los que definitivamente se pasan de creativos son los arquitectos y arquitectas egresados de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, Estados Unidos. La tradición allí indica que, sobre el birrete que suelen llevar todos los universitarios en los Estados Unidos, chicos y chicas pueden usar edificios, puentes, monumentos y hasta catedrales hechas en cartón, como para que se sepa a simple vista de qué es que se recibieron. El resultado de esta costumbre es que cada colación de grado se convierte en un desfile de diseños, uno más creativo que el otro, a través del cual los nuevos arquitectos muestran parte de lo que aprendieron en todos esos años de estudio.

Con miles de estudiantes en su campus y siendo una de las universidades más prestigiosas y antiguas del mundo (fue creada en 1222), la Universidad de Padua, en Italia se pone bastante menos solemne a la hora de celebrar una nueva graduación y precisamente por eso quienes acceden a su título deben prepararse para recibir bromas y “cargadas” de todo tipo, tanto de colegas como de familiares. Al más puro estilo italiano, siempre se celebra entre risas y los nuevos profesionales deben estar listos para atravesar las situaciones más desopilantes. Un clásico de ese momento es organizar una cena con el flamante graduado y, después de la comida, desaparecer para que el nuevo abogado o ingeniero agrónomo se haga cargo de la cuenta. ¿Qué tal?
El mundo es grande, y el ingenio de los alumnos para tener una graduación inolvidable es aún mayor. El esfuerzo siempre tiene recompensa, y a veces, también tiene festejos muy alocados y vestidos más que exóticos
Comentarios