Thursday 25 de April, 2024

OPINIóN | 29-02-2020 13:34

Grupos de Padres en WhatsApp: Cuando la intervención invade espacios.

Comienzan las clases. Paralelamente, se activan los grupos de padres del WhatsApp los que, durante las vacaciones, también se tomaron su merecido descanso

Comienzan las clases. Paralelamente, se activan los grupos de padres del WhatsApp los que, durante las vacaciones, también se tomaron su merecido descanso. Si nos remitimos al origen, su creación estuvo en función de agilizar la comunicación para evitar que ninguno de los miembros que lo conformaba previamente en la no virtualidad, quede fuera del contenido de información escolar de último momento. Es así que un participante asume el rol de administrador inicial, creándolo, “añadiendo” al resto de los integrantes y asignándole un nombre, que irá mutando en función a la evolución temporal.

Al comienzo de su implementación, se evidenciaba un intento por limitar el contenido de los mensajes a fin de que sólo sean inherentes a temáticas del Colegio, pero progresivamente fueron olvidando su esencia y se comenzaron a infiltrar cuestiones no compartidas por todos los integrantes. Otras protagonistas que también entraron en escena, fueron las habituales controversias que, en lo virtual, asumen un carácter desmedido en su forma y fondo. Las opciones que nos quedaron ante esto fueron:  tomar distancia y mantenerse como un espectador pasivo, al margen y sin prestarse al otro como un partener dispuesto a la discusión, participar de la polémica, o solicitar, con un costo que no es bajo y sin garantía alguna, que se respete la idea inicial. Estas situaciones de enfrentamientos, siempre terminan restando, ya que muchos de los miembros se distancian de la lectura de los mensajes alegando que, ante tantos desencuentros, pierden lo esencial de lo que se quiere transmitir y otros, se involucran tanto en el conflicto, que pierden de vista el objetivo inicial del grupo. Conclusión: a la larga, todos terminan perdiendo.

En los grupos en general los participantes asumen diferentes roles que se conjugan para darle su dinámica y funcionalidad. El problema comienza cuando se dejan ver en los participantes, características personales que obstaculizan esta dinámica, y si la rivalidad, la competencia, la imposición de ideas y disputa de roles, se imponen, el grupo pasa a ser un campo de enfrentamientos y malentendidos, llegando con frecuencia a la agresividad porque en el caso que hoy nos convoca de la virtualidad, detrás de la pantalla, despojados de sus filtros, los participantes se animan a transmitir cosas que, frente al otro, cara a cara, serían incapaces de decir.

Pero otra cuestión más preocupante aun es que el grupo de padres está tomando una entidad tan desmedida, que llega a traspasar su propio límite y arrasar con las responsabilidades y la propiedad de la vida social de los chicos. Estas miradas paternas que no pierden nada, que los escrutan, que los sancionan, que los alientan a los chicos permanentemente, los transforma en padres omnipresentes que “lo saben todo” y “solucionan todo”. Para darles un ejemplo muy simple y muy concreto: un niño falta al colegio por una razón menor. El adulto responsable, participante del grupo de padres del grado de este niño, a fin de facilitarle/se la cuestión, solicita una “foto” de la tarea al grupo, la que es enviada instantáneamente. Práctico, sin dudas, pero ese adulto en este mismo acto está olvidando que, más allá de la tarea en sí misma, lo que el niño debería capitalizar de esa experiencia es ejercitar el desarrollo de su independencia, solucionando como pueda la situación. Ya sé que lejano puede resultar, pero recuerden tan solo cómo hacían ustedes cuando eran niños, antes de que la inmediatez de las respuestas, nos haga olvidar cómo tolerar la frustración.

Innegable es que, gracias a los grupos de la aplicación de WhatsApp, la información circula más rápidamente que cuando se carecía de éstos y llegaba a los padres a través del cuaderno de comunicados y/o transmisión verbal. Pero la recomendación a los padres es que, en esto y en la vida en general, puedan limitar su intervención, acompañando sí, pero respetando a su vez la individualidad de sus hijos.

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Paula Martino

Paula Martino

Psicoanalista.

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