La elección de los mejores eventos del año siempre puede ser materia opinable cuando se trata de la actividad cultural. En la elección pesan los gustos personales, el contexto, la repercusión. El libro que hoy pasamos por alto puede ser el clásico de mañana, y la exhibición que nadie vio, el contexto de lanzamiento de un artista aclamado en el futuro.
Hecha esta salvedad, aquí van sólo algunas de los muestras, obras de teatro y libros que se destacaron este año:
En el terreno de las Artes Visuales, dos muestras se llevaron toda la atención del público. Curiosamente, se trata de dos artistas argentinos de distintas generaciones, que triunfaron en el mundo. La primera es “Liminal”, de Leandro Erlich, que estuvo instalada varios meses en Malba con un éxito fenomenal. La otra, que en realidad fueron tres, fue la mega exhibición, retrospectiva, de Julio Le Parc en el CCK. Un gran homenaje al artista argentino, que paralelamente mostró sus primeros pasos en el Museo de Bellas artes y hasta una obra realizada especialmente para el Teatro Colón.
En materia de teatro, como siempre, una obra de Mauricio Kartun es noticia. Y este año, “La vis cómica”, su última obra; se dio el gusto de llenar sala desde su estreno en el Teatro San Martín. Por suerte continúa en verano. Para no perdérsela.
Uno de los fenómenos del “off” fue “Imprenteros”, la obra de la cual es directora, autora y protagonista Lorena Vega, una historia familiar sobre la imprenta de su padre (en cartel en Timbre 4). La actriz también brillo en “La vida extraordinaria”, otra obra imperdible dirigida por Mariano Tenconi Blanco, en el Teatro Cervantes; junto a Valeria Lois.
Y justamente, con referencia al Cervantes, por estos días se dirime el futuro del director, Alejandro Tantanián, muy defendido por actores y directores y con una gran gestión en uno de los principales teatro nacionales. Muchos desean su continuidad y Tristán Bauer, flamante ministro de Cultura, declaró estar analizando la cuestión.
En cuanto a los libros, este año se han editado grandes novelas, como “Terra Alta” de Javier Cercas (Planeta); revelaciones, como “Cometierra” de Dolores Reyes (Sigilo) y colecciones de cuentos de grandes autores, como “Breves amores eternos” de Pedro Mairal (Emecé). Pero no hubo un libro literario que convenciera a todos por igual y se ganara el derecho de ser el texto unánime del año.
Sí hubo un volumen que desafió todas las previsiones e hizo historia. Se trata de “Sinceramente” (Sudamericana), el libro de la hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que lleva vendidos alrededor de 350.000 ejemplares. Una cifra extraordinaria para los alicaídos números de la Argentina, con un sector editorial en crisis total.
“Sinceramente”, además, inauguró un modo particular de hacer campaña: aprovechar la presentación del texto, para girar por todo el país y entablar con el público un diálogo cercano. Según confesó la propia Cristina la idea fue de Alberto, con quien integró la fórmula ganadora en un año marcado por la política.
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