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POLíTICA | 19-10-2018 12:01

¿Marcelo Tinelli 2019?: Macri lo quiere de ministro y el PJ, de gobernador

El conductor de ShowMatch se prepara para el 2019 en medio de la tormenta. Curso exprés de Ciencias Políticas y equipo millennial.

Mauricio Macri traga saliva. No está convencido de lo que va a hacer, pero no le queda otra. Mira a su interlocutor y se manda:

—Marcelo, antes de ir por todo en política tenés que probar.

Tinelli, el conductor de televisión más popular de las últimas décadas, se divierte escuchando al Presidente. Lo deja hablar.

—Tenés que ver si esto es lo que de verdad te gusta. Deberías arrancar por un ministerio o una secretaría. Yo te ofrezco la de Deportes —lo tienta Macri.

—No, Mauricio, te agradezco. ¿Qué te pensás, que soy el “Colorado” Mac Allister? —retruca Tinelli.

—Bueno, vemos qué otro ministerio puede ser. Pero si te decidís a jugar, que sea con nosotros —se esfuerza Macri, antes de recibir la negativa.

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La charla sucedió en la última cena íntima que tuvieron el Presidente y el conductor de TV, en julio, cuando en Cambiemos supieron que Tinelli había prendido todos los motores para prepararse para una eventual candidatura. En el oficialismo nadie lo toma demasiado en serio, creen que es un capricho más de los tantos que ha tenido el showman en su vida. Pero a la vez temen que su irrupción en la política produzca algún tipo de sismo inesperado.

En el peronismo, en cambio, ya no se toman tan a la ligera que Tinelli se lance. Todos le hablan, lo endulzan. Y hasta le tienen un lugar preparado, antes de que el mismo conductor lo pida.

Tinelli es un envase vacío, al menos por ahora. Un cúmulo de buenas intenciones. Su candidatura sería la evidencia tajante del fracaso de la política tradicional. Y que el oficialismo y la oposición le ofrezcan lugares de privilegio, la muestra de que nadie está seguro de lo que puede deparar el 2019.

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Mientras tanto, en silencio, uno de los hombres más populares del país prepara su desembarco. Especula. Y se divierte con las conjeturas que le llegan a sus oídos. Se junta con todos: escucha promesas. No le da un no rotundo a nada ni a nadie.

Se prepara cual alumno con profesores de la Universidad Di Tella en una especie de carrera exprés enfocada en las Ciencias Políticas. Desde hace un año se sienta tres veces por semana, en módulos de dos horas, con cuatro profesores que le enseñan de la realidad social, económica y cultural de Argentina y Latinoamérica. Aunque ahora, además, trabaja con reportes diarios donde tocan todos los temas de actualidad. Surge la negociación con el Fondo Monetario Internacional y le acercan un informe al respecto. Va a visitar un comedor al conurbano, pero previamente le hablan del narcotráfico, de las “Madres contra el Paco” y del desempleo. Antes de ir a conocer una Pyme le enseñan conceptos básicos de precarización laboral y de las dificultades de crecimiento en el país. Todo en el más absoluto bajo perfil. Sin fotos.

Eso sí, hay una curiosidad. El “profe” que coordina su carrera es uno de los pocos de sintonía kirchnerista dentro de una casa de estudios donde casi todos son macristas. De hecho, el gabinete del Presidente está conformado por muchos ex alumnos de la Di Tella.

No son los únicos profesionales trabajando para Tinelli: tiene ocho empleados en una oficina de Recoleta, a pocas cuadras de su departamento, que hacen labores dentro del marco de su fundación, que ahora cambió de nombre y se llama LaFlia. Son chicos jóvenes, millennials de menos de 30 años, que se ocupan de diferentes tareas sociales.

Mientras tanto, todo ese ruido se escucha en la Casa Rosada y en cada búnker peronista. Y cuando el río suena, agua trae.

Gustavo Waldmann, el desconocido consultor que Tinelli contrató en abril y que casualmente (o no tanto) comparte con Miguel Ángel Pichetto, también se divierte con las sorpresas que genera el conductor de "Showmatch". Sabe que un outsider como él puede alterar la escena, sobre todo en este momento de crisis y descreimiento de los políticos. El flamante asesor es tajante ante la pregunta de NOTICIAS: “Todos hablan de Tinelli, menos él”.

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La bienvenida. La irrupción del conductor de "Showmatch" en la política podría acomodar algunas piezas del rompecabezas peronista. Al menos así lo ven y lo confiesan algunos de los armadores del nuevo PJ, el moderado. “Si quiere ser gobernador de la Provincia de Buenos Aires, nos resuelve el problema”, dicen. Y completan: “Llenaría ese casillero que hoy está vacío”.

Tinelli captó los mensajes que venían desde diferentes lugares. Y se terminó de percatar de la movida leyendo los diarios, el último fin de semana. Levantó la vista y allí estaba Guillermina Valdes, su mujer. “¿Vos sabés que estos me quieren de candidato frente a Vidal para pelearse todos por la Presidencia? Es una falta de respeto”, le dijo visiblemente enojado. Si hay algo que no le gusta al conductor son las imposiciones.

Para disputarle el lugar a la candidata que más mide en Cambiemos, la gobernadora María Eugenia Vidal, algunos justicialistas imaginaban a Sergio Massa. Pero el de Tigre puso un freno de mano a la idea: candidato a Presidente o nada. Tinelli podría ir por el mismo camino.

A pesar de esa rispidez, el showman tiene buena relación con los cuatro armadores del nuevo justicialismo. Con Massa se reúnen frecuentemente y chatean más seguido.

Con el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, solían hacerlo. Aunque hace varios meses no se ven. Compartían, además, al consultor español Antonio Sola. Pero Tinelli lo dejó y los salteños lo ven menos: una vez cada dos meses.

Pasa algo extraño con el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. En su entorno íntimo dicen que no hablan con Tinelli. Que como él no manifestó públicamente sus intenciones, no lo tienen en cuenta. Sin embargo, si se escarba se encuentra la verdad. El conductor de TV y el gobernador chatean muy seguido. El tema predilecto, además de la política, es el fútbol. Y se llenan de chicanas, porque el mandatario provincial es hincha de Racing de Córdoba y de River. El fanático de San Lorenzo suele entrarles por el lado del deporte más popular a todos.

Pero con quien tiene la relación más cercana es con el senador Miguel Ángel Pichetto. De hecho, una importante fuente del peronismo, amigo de ambos actores, asegura que fue él quien le acercó al consultor que acompaña a Marcelo. Aunque Waldmann tenga una versión un tanto idílica del asunto: “Fue en abril: un día levanto el teléfono y me dice el interlocutor que era Tinelli y que quería que nos juntemos. Al principio no lo creía. Pegamos onda y empezamos”, le cuenta a NOTICIAS. Pero cuando se le consulta acerca de su trabajo con Pichetto es un tanto más impreciso: “Soy muy reservado. Trato de no dar nombres, porque la estrella es el cliente, no el consultor”. En el entorno de Tinelli, por su parte, dicen que lo conoció en el Sur, donde el conductor tiene campos.

Waldmann es de Cinco Saltos, una pequeña ciudad de Río Negro, pegada a Neuquén. Diferentes versiones de una misma historia.

Sin embargo, no todo es color de rosa para los peronistas. Porque algunos efectos colaterales del fenómeno Tinelli molestan. “Te hacen una entrevista de 20 minutos. Hablás de todo: la situación del país, los errores del Gobierno y por ahí te preguntan por Tinelli. Al otro día, lo único que rebota en los medios es lo que dijiste sobre él. Del resto, nada”, se quejan en el entorno de uno de los cuatro armadores del nuevo PJ.

El conductor de televisión les da una mano a los que especulan con su desembarco en la Provincia. Sus últimas bajadas fueron al conurbano, a las villas Puerta de Hierro e Itatí. Y con su fundación ya preparan las próximas recorridas. Irá a un centro asistencial de Laferrere y conocerá algunas Pymes. Pero una visita será rutilante y traerá cola: porque estará en el comedor de Margarita Barrientos, un espacio tomado por el PRO.

Además, prepara el maratón de Bolívar que será el 3 de noviembre, una movida gigante en la que invitó hasta a la gobernadora María Eugenia Vidal. Mientras sigue trabajando, aunque con perfil más bajo, en San Lorenzo. “Ahí donó la reconstrucción de la sala de prensa, los vestuarios y dos canchas de césped sintético”, enumeran en su entorno. Pero no le quita los ojos al país. Y tiene la excusa perfecta: con su programa de baile están realizando castings por Rosario, Córdoba, Mendoza y Jujuy. Luego saldrá en vivo desde Santiago del Estero y probablemente desde San Juan, aunque todavía no definió si habrá más provincias.

En su entorno lo ven entusiasmado con el juego de la política. “Si no se desilusiona en los próximos meses, cuéntenlo adentro en el 2019”, dice un amigo del conductor.

Desde adentro. Cuando se nombra a Tinelli en la Casa Rosada hay una sensación doble. En Cambiemos por un lado lo toman con humor. No creen que el conductor de TV que todas las noches bastonea las peleas entre bailarines, actores y jurados pueda transformarse en un candidato potable. Pero por el otro, saben que la carrera al 2019 estará llena de obstáculos. Y un flamante político que arranca con el nivel máximo de conocimiento (sólo comparable con el del presidente Macri) puede terminar de desarmar las esperanzas oficialistas de la reelección.

“Cambiemos no tiene demasiado que ofrecerle. Lo único que le puede dar es una entrada ordenada a la política. Un cargo ejecutivo, como un ministerio, que le dé la posibilidad de crecer hacia el 2023”, confiesa un consultor cercano al Presidente.

Nadie en el Gobierno es ajeno a los recelos que Macri mantiene con el conductor, desde que el último decidió que Daniel Scioli cerrara la campaña del 2015 en su programa. La relación se fue recomponiendo con el tiempo, pero los dos son demasiado parecidos en ese aspecto: “Son como chicos. Rencorosos. En la política hay que saber perdonar y dejar pasar. Ellos no lo hacen, son 'tanos', sanguíneos”, dice un ex funcionario que conoce a los dos.

En el entorno de Tinelli reniegan de las críticas: “Mauricio se olvida de que Marcelo le prestó muchas veces su programa. Una vez fue a cantar los hits de Queen ahí, debería ser más agradecido”. Nadie quiere ceder.

En el estudio de Jaime Durán Barba, el consultor estrella de Cambiemos, ya tienen números sobre su candidatura. Eso lleva tranquilidad al despacho presidencial. “No tiene mucho lugar en Provincia, donde ya está muy polarizado el escenario. Sólo el 15% aparece dispuesto a votar a un nuevo actor. Y su imagen positiva es sólo de 35 puntos. Además es menor que su negativa, que es de 45”, dicen sobre los estudios privados que le muestran al Presidente.

Sin embargo, el conductor podría encender una alarma de la coalición gobernante. Pisa fuerte en el lugar que Cambiemos considera un bastión de su nueva política: las redes sociales. “En el 2019 habrá una campaña ‘no tradicional’”, analiza un conocido consultor político. Twitter, Facebook e Instagram serán tanto o más importantes que la televisión. Y Tinelli es el rey absoluto en todas esas plataformas: tiene 10,2 millones de seguidores en Twitter, mientras que en Argentina hay 11 millones de usuarios. Impresionante. En Instagram, la aplicación de moda, pasa algo similar.

El Presidente apenas puede empatarlo en Facebook, con 4,4 millones de amigos.

El analista político Rosendo Fraga cree que hay elementos para que un outsider entre a la política. Y Tinelli podría representar eso: “Sin embargo, la fiesta y la alegría que representa él por su imagen televisiva puede caer mal en este momento social donde el estado de ánimo no ayuda”, asegura. Por su parte, el politólogo Sergio Berensztein considera: “Argentina tiene una larga tradición de outsiders que ingresan a la política. Pero de una manera un tanto particular: siempre lo hacen a través de un partido tradicional y el peronismo es, generalmente, la puerta de entrada”. El conductor se va a tomar todo el tiempo que pueda para decidir qué hace. Sabe que la política no es fácil. Probó algo de esa medicina cuando quiso involucrarse en la AFA y todo terminó en escándalo y estrés. Va a medir cada paso antes de lanzarse al vacío.

“Marcelo aprendió de la experiencia fallida en el fútbol. Perdió ingenuidad. No se va a dejar usar como antes”, aseguran en su entorno.

El barro. Pero en el Gobierno consideran que un desembarco limpio, como el que el conductor imagina, no será posible. “Tinelli y los candidatos presidenciales del PJ están construyendo de arriba para abajo. Y no ven que habrá un choque natural con los dirigentes que piden pista”, analizan en la Casa Rosada. Y luego ejemplifican: “Qué le van a decir a Felipe Solá, que cree que su espacio estará en la Provincia. Cómo le van a explicar al presidente del PJ bonaerense, Gustavo Menéndez, que el lugar para enfrentar a Vidal ya está ocupado. Va a haber lucha en el barro, eso no lo están teniendo en cuenta”.

Y luego vendrá la tradicional campaña sucia, una insana costumbre de la política local. “Marcelo tiene mucho pasado, tiene ex socios muy cuestionados”, argumentan sus posibles adversarios políticos, en referencia a los empresarios Cristobal López y Fabián de Sousa. Pero creen que los carpetazos vendrán del peronismo, si es allí donde él decide jugar: “Los rivales internos son los que van a estar interesados en que se muestre quién era Tinelli”, completan.

Cerca del conductor creen que podrán transformar ese golpe bajo en una ventaja: “Marcelo hizo mucho por levantar la empresa que había quedado en el suelo. Y si este año hace el programa, es sólo para no dejar en banda a todos los empleados de lo que era Ideas del Sur. Si cuenta eso, les va a tapar la boca”.

Lo cierto es que su "Showmatch" no goza de buena salud en Canal 13. Lo agarra todos los días con un piso muy bajo de rating, de entre 6 y 7 puntos, y debe remar con peleas mediáticas y shows para levantarlo e intentar ganar la franja.

En los próximos días, un nuevo problema judicial va a estallarle al conductor. Él todavía no está al tanto. Enrique Blaksley, conocido como el “Madoff argentino”, podría declarar como arrepentido en una causa judicial por la que está detenido por estafas reiteradas. Y el nombre de Tinelli sería uno de los tantos que saltaría en esa declaración como uno de los que se habría beneficiado con el dinero del presunto delincuente. Otra mala noticia para el conductor.

Con los vaivenes propios de sus múltiples facetas, Tinelli no da el brazo a torcer y planea involucrarse en política. Uno de sus interlocutores de turno le reveló a NOTICIAS su diálogo con el conductor, días atrás: “¿Viste todo lo que pasó con el aumento del gas?”, le comentó Tinelli. Y siguió: “La gente está desilusionada. No le alcanza la plata, pero además está harta de la corrupción. A mí me piden mucho en la calle que me meta. Y no te voy a mentir, me tienta”.

La crisis que arrastra Cambiemos lo seduce. Mientras tanto, coquetea con todos, histeriquea y se prepara agazapado. Juega. Es lo que mejor sabe hacer.

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