Con empanadas, pizzas y sandwichitos, la tropa de Elisa Carrió llegó a cenar el lunes 28 de octubre a su casa de Capilla del Señor, donde la anfitriona y su hijo Nacho (25) los esperaban para la despedida. Cuando todos se sentaron a la mesa, “Lilita” habló: “Yo tuve una lucha solitaria llevando la bandera de la República y ahora hay 10 millones de argentinos llevándola, así que mi lucha está concluida”. Entonces reinó la emoción, pero también la desconfianza.
Carrió anunció su retiro de la política varias veces desde 2015. Y aunque esta vez se lo comunicó a Mauricio Macri en Casa Rosada y presentó la renuncia formal a su banca de diputada, sus allegados no terminan de creerle. Desde su entorno, dicen a NOTICIAS: “La renuncia es desde marzo de 2020, pero veremos si se retira efectivamente”.
Otra persona que estuvo en la “última cena” asegura que “Lilita” tiene “la piel y la energía renovadas” gracias al tratamiento ortomolecular que se realiza y que ya piensa en su nueva agenda de trabajo: migración. populismos, humanismo y Medio Oriente. Su plan es viajar y liderar una organización o fundación nueva.
Al lado de la nueva Carrió, algunos confirman a Mario Quintana, el ex vicejefe de Gabinete de Macri y dueño de Farmacity. Un allegado a Carrió cuenta que “con Mario hablan de temas filosóficos y tienen una gran afinidad” y asegura que “él ya dijo que no quiere cargos y la va a acompañar”.
Relax. “¡Gracias a todos por todo! Ya estoy de parranda”, tuiteó Carrió a dos días de la derrota electoral. El domingo 27, no fue al búnker oficialista y aprovechó los micrófonos que la esperaban en la escuela donde votó para disparar contra el juez Rodolfo Canicoba Corral, quien investiga si funcionarios “lilitos” retiraron información sin permiso del sistema interno de la AFIP. "Hay una operación, hay un juez coimeado por un imputado en un delito que está queriendo detenerme", disparó la fundadora de la Coalición Cívica. Al magistrado lo llamó "'Canicoima' Corral.
¿Carrió tiene miedo de ir presa? “No, está tranquila por cómo se manejó, pero sabe que se viene una Justicia K”, responde a NOTICIAS un hombre de su círculo íntimo. “Siempre repite que si la meten presa sería bárbaro. Es lo único que le falta a su personaje político”, dice la misma fuente y asegura que “para entregarse”, su única condición es “tener un aire acondicionado en la celda”.
Otra baja. A menos de 48 horas de su derrota como candidato a vice, Miguel Ángel Pichetto también anunció su intención de dejar la política al aire de radio Mitre: “Es probable que vuelva a la actividad privada, no estoy pensando en ir a un cargo público. No soy una hoja que vuela en el viento, tengo posiciones y las voy a mantener. Dejo el Parlamento”.
Su mandato de senador vence el 10 de diciembre, por lo que no tendrá que cruzarse a la tropa K en los pasillos del Congreso. Carrió también los quiso evitar, por eso su renuncia es desde marzo, cuando asumirán los nuevos legisladores. Para Pichetto la situación es peor: desde que saltó al macrismo, los peronistas le pronosticaron un final infeliz. El periodista Jorge Asís contó en junio que un gobernador le reprochó: “¿Pero qué hiciste, Miguelito? Después de 45 años de peronismo ¿vas a hacerte velar en un local del PRO?".
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