Dady Brieva fue uno de los militantes más osados del kirchnerismo, pero tras generar uno de los temas de debate de la campaña, con su idea de hacer una Conadep del periodismo, se había guardado.
Ni siquiera estuvo en el búnker de Chacarita, donde dirigentes y militantes celebraron la victoria del Frente de Todos sobre Juntos por el Cambio. El humorista, integrante del trío Midachi, prefirió juntarse a comer con amigos y celebrar en la intimidad de un departamento mientras su deseo se hacía realidad: Mauricio Macri le tendrá que ceder el sillón de Rivadavia a un peronista.
En el departamento de Jorge “Topo” Devoto, en Puerto Madero un personaje fundamental en el entorno de Cristina Kirchner, hubo festejos entre Brieva y su mujer, Mariela Anchipi; el actor Darío Grandinetti y su esposa española Pastora Vega; y los artistas Pedro Saborido y Diego Capusotto. La selfie del integrante de Midachi dejó inmortalizado el momento.
Pero tras la primera sensación de felicidad, Dady Brieva sintió un sabor agridulce con la victoria de Alberto Fernández. “Pensé que íbamos a ganar 6 a 0", dijo en el programa de Ernesto Tenembaum de Radio Con Vos.
"Es el día después de cuatro años, de haber pasado algo importante en la vida para mí. Todavía tengo un cúmulo de sensaciones, no sé cómo encaminarlas", explicó Brieva. Y completó: “Tengo la misma sensación que tuvo Boca en la Libertadores: ganó pero no entró. Siento que tendría que haber sido más contundente por cómo está el país. No alcanzó”.
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