Ya no quedan lugares seguros. Ni siquiera el barrio más exclusivo de la ciudad de Buenos Aires: Puerto Madero. Porque allí el lunes por la mañana, a plena luz del día y en la calle, le robaron la bicicleta al canillita de Alberto Fernández.
El repartidor de diarios la había dejado a un costado de su puesto, en Juana Manso y Azucena Maizani, pero cuando fue a buscarla encontró solo la cadena rota.
Rápidamente se acercaron efectivos de Prefectura para tomarle la denuncia al canillita Guido Miranda que, aún sorprendido, decía que no podía creer que se hayan llevado uno de sus instrumentos de trabajo en uno de los lugares más seguros de la capital.
Guido tiene 49 años y desde hace 15 se dedica a entregar los diarios en Puerto Madero. Desde que Alberto se mudó al barrio, es el encargado de acercarle las noticias. Con Fernández como candidato a presidente, el vínculo se afianzó: el canillita le dio una bandera argentina y se sacaron varias selfies. Incluso llegó a hacerse estampar una remera con la foto de ambos y el hashtag #elcanillitadeAlberto.
La comunicación entre ambos es fluida, sobre todo a través de WhatsApp. Por esa red social, Alberto le indicaba lo que requería o algún agregado que hacía Fabiola Yáñez, además de sus lecturas obligatorias.
El canillita se decía en campaña que era una suerte de cábala de Alberto. Al actual presidente le fue muy bien, porque ganó con comodidad las elecciones, pero a Guido no tanto, porque ahora tendrá que repartir los diarios caminando.
por Carlos Claá - Rodis Recalt
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