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RESTAURANTES | 16-04-2014 18:56

“La Flaca”, la honestidad de la buena carne

Av. Liniers 2025, Acceso Tigre. 1097-4055. Parrilla. Lunes a domingos de 12:30 a 15 y de 20:30 al cierre. Reservas. Principales tarjetas. Menú ejecutivo (martes a viernes mediodía): $89. Menú infantil: $ 60. Precio promedio (noche): $ 140.

Una buena parrilla no tiene muchas vueltas: buena carne, bien cocida. En estas épocas de marketing selectivo y nichos de consumo, el rubro se ha diversificado de mil maneras (por ubicación, por precio, por acompañamientos y “toppings”, por moda, por tradición), pero la realidad es que a la hora de comer no importa más que la calidad y la cocción de la carne.

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Por suerte en la Argentina siempre es posible encontrar una buena parrilla, gauchita y cumplidora, en el rincón más inesperado. Y así encontramos “La Flaca”.

Ubicada en la zona sin río del Tigre y rodeada de barrios cerrados, “La Flaca” se ha ganado una clientela de la zona que siempre vuelve en busca de una cocina familiar y accesible. El ambiente es acogedor y la atención es cálida; y además de una materia prima de excelente calidad, el asador merece un aplauso. Hoy en día comer unos riñoncitos perfectamente cocidos (es muy fácil que se pase el punto, ¡hay que estar muy pendiente!) es casi una tarea imposible.

En “La Flaca” lo logran. A cargo de las brasas están los parrilleros Luis Carabajal y Roberto Valenzuela, y ambos saben que una mala cocción arruina la experiencia. A pesar de que los argentinos suelen preferir la carne recocinada, aquí los puntos se respetan. Y póngale la firma: un ojo de bife a punto, tostado por fuera y rojo por dentro, es diez veces más sabroso que uno bien cocido. Así lo sacan en “La Flaca”, y nosotros agradecidos. La misma suerte corren todos los cortes de carne y achuras: buena calidad, buena cocción y en porciones generosas, para compartir.

Otros puntos clave de una buena parrilla son las papas fritas, las ensaladas y el vino. En “La Flaca” las papas fritas son crocantes y sequitas (también hay papas españolas); las ensaladas son frescas y sin nombres rebuscados (las arma usted mismo a gusto y piacere y llegan bien condimentadas a la mesa); y entre los vinos hay una buena variedad de bodegas y cepas, a buenos precios. También hay algunas guarniciones sorpresa: papas revueltas con huevo (casi un gramajo), verduras salteadas, morrones con huevo y muzzarella, y dos provoletas especiales: la “Mora”, con rúcula y aceitunas, y la “Isa”, con tomate y albahaca. A la hora de los postres: excelente tiramisú; panqueques y helados (puede agregarles salsas de frambuesa, chocolate y dulce de leche) y la copa matadora, el infiernillo de chocolate, celestial.

A pesar de que el fuerte es la parrilla, “La Flaca” también tiene algunas pastas y minutas. La idea aquí es que nadie se quede afuera. No cierran nunca, tienen descuentos para grupos de mujeres los jueves, descuentos para cumpleañeros, música en vivo una vez al mes, y juegos para niños a resguardo de la calle pero a una distancia considerable, para comer en paz y armonía.

Si el clima lo acompaña es lindo sentarse afuera: a pesar de estar lejos del río, el espíritu costero está presente. En invierno, son célebres sus pucheros de los miércoles. En “La Flaca”, como con esas mujeres que nunca se olvidan, siempre encontrará un refugio.

por Cayetana Vidal Buzzi

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