Cómo Maduro consolidó una dictadura sin maquillajes
El régimen venezolano se aferra al poder con represión y el colapso de la democracia. Los lugartenientes y las cajas que lo sostienen.
Venezuela atraviesa una nueva y más dura fase de su autoritarismo bajo el mando de Nicolás Maduro, quien está listo para extender su gobierno de 12 años a pesar de las certezas de que fraguó los resultados de las elecciones presidenciales del año pasado. Quien verdaderamente ganó esos comicios, el diplomático retirado Edmundo González, huyó del país para escapar de una drástica represión postelectoral, pero regresará a Venezuela para desafiar la inauguración de Maduro este viernes.
El temido ministro del Interior, Diosdado Cabello, advirtió que González será arrestado si intenta volver. “¡Ven! ¡Te estamos esperando!”, dijo Cabello de manera desafiante. Además, aseguró que el inicio del tercer mandato de Maduro no será interrumpido y rechazó cualquier insinuación de que las fuerzas armadas podrían cambiar de bando, algo que la oposición está pidiendo desesperadamente. “Los cuarteles están tranquilos”, afirmó Cabello, mientras ordenaba un despliegue masivo de fuerzas de seguridad para sofocar cualquier disidencia.
La inauguración de Maduro, boicoteada por la mayoría de los líderes de gobiernos democráticos, marca un doloroso hito en el colapso de la que alguna vez fuese una de las democracias más grandes de Sudamérica. Según John Polga-Hecimovich, coeditor del libro Consolidación Autoritaria en Tiempos de Crisis: Venezuela bajo Nicolás Maduro, el fraude electoral del año pasado expuso cómo los sectores más duros del chavismo han derrotado a los moderados que favorecían admitir la derrota ante González. “Ya ni siquiera existe el pretexto de negociar o construir consensos con la oposición. Es un rechazo total a la democracia”, comentó.
El robo de las elecciones de 2024, que según datos publicados por la oposición Maduro perdió de manera contundente, llevó al gobierno de ser un autoritarismo electoral a convertirse en un régimen hegemónico cerrado. Ya no hay "dictablanda".
“Es una dictadura”, sentenció Polga-Hecimovich. Además, señaló que Maduro ha mostrado su verdadera naturaleza al mundo: “Es un dictador brutal que encarcela a quienes piensan diferente, supervisó el mayor colapso económico en la historia moderna de América Latina y es responsable del mayor éxodo migratorio en la historia del hemisferio”.
En la víspera de la ceremonia de inauguración en Caracas, activistas denunciaron que agentes de Maduro secuestraron a más de una docena de figuras vinculadas a la oposición, incluido el yerno de González, Rafael Tudares, el activista de derechos humanos Carlos Correa y el prominente político Enrique Márquez. “Una caza de brujas a gran escala está en marcha”, tuiteó Iván Briscoe, experto en América Latina del Crisis Group.
Sin embargo, hay quienes sostienen que, pese a todo, hay esperanza. Marcel Dirsus, autor del libro Cómo Caen los Tiranos y Cómo Sobreviven las Naciones, destacó que los regímenes dictatoriales a menudo caen de manera rápida e inesperada, como sucedió en Siria con Bashar al-Ásad. “La estabilidad dictatorial es frecuentemente una ilusión. Maduro es mortal, y eventualmente caerá”, afirmó.
Aunque la oposición ha fracasado en repetidas ocasiones en su intento por desplazar a Maduro, los jóvenes creen que hay una nueva energía en las calles. María Corina Machado, líder opositora y principal respaldo de González, convocó a los venezolanos a movilizarse este jueves con “la fuerza de un río crecido”. Desde un lugar secreto, Machado declaró que el régimen de Maduro está fracturándose y que “soldados y policías están reflexionando sobre si quieren ser tiranos que reprimen o héroes que defienden a su pueblo”.
No obstante, la posibilidad de una rebelión militar sigue siendo incierta. Maduro ha blindado su régimen con una combinación estratégica de purgas, promociones y lealtad al ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, quien ocupa el cargo desde hace más de una década. “Es una batalla cuesta arriba para la oposición”, admitió Polga-Hecimovich.
El viernes, Maduro se preparará para un tercer mandato, posiblemente en medio de una ceremonia vacía de líderes internacionales. Presidentes como Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y Gustavo Petro de Colombia han rechazado los resultados electorales y no asistirán. Incluso Bolivia, aliada de Venezuela, ha excusado la ausencia de su presidente, Luis Arce. “Va a ser una inauguración patética”, vaticinó David Smilde, experto en Venezuela de la Universidad de Tulane.
Maduro se mantiene, pero su legado es el de un gobernante que hundió a su país en una crisis sin precedentes. Y la lucha de los venezolanos por la democracia y el fin de la dictadura está lejos de terminar.
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