Cómo funcionan las pistolas Taser que usará la policía en el Subte

La Policía de la Ciudad comenzará a utilizar pistolas Taser en las líneas del subte como parte de un plan para mejorar la seguridad en espacios concurridos. Estas armas de baja letalidad están diseñadas para neutralizar a un agresor sin poner en riesgo la vida de otras personas, lo que las convierte en una herramienta adecuada para entornos cerrados y altamente transitados como el subterráneo, que transporta a 900 mil pasajeros diariamente.

Las Taser son dispositivos electrónicos que disparan sondas conectadas por cables a la pistola. Estas sondas se clavan en la ropa o la piel del potencial agresor y generan una descarga eléctrica de 400 voltios durante cinco segundos, lo que inmoviliza a la persona durante uno o dos minutos. Las pistolas tienen un alcance de 10 metros y una velocidad de disparo de 175 km/h. Cada dispositivo cuenta con cinco cartuchos y graba la secuencia del disparo en audio e imágenes, lo que permite una revisión posterior de las condiciones de uso.

El jefe de Gobierno, Jorge Macri, explicó la importancia de esta medida: “El subte es un lugar cerrado y si hay un delincuente es muy difícil para el policía utilizar un arma de fuego. La Taser nos permite actuar de manera eficaz, rápida, reducir al delincuente, sin poner en riesgo la vida ni del policía ni de ninguno de los vecinos que esté utilizando el subte”.

El programa de implementación de las Taser comenzará en las estaciones con mayor afluencia y en las cabeceras de cada línea, con un despliegue gradual hasta fin de año. Actualmente, la Policía porteña cuenta con 90 pistolas Taser y planea adquirir otras 100 antes de 2025. Un total de 235 agentes han sido capacitados para su uso en el Instituto Superior de Seguridad Pública.

Jorge Macri destacó que la incorporación de las Taser es "un paso más para darle seguridad y orden a esta Ciudad, cuidándolos a todos". Según el funcionario, se tratará de una medida dinámica, ajustada al mapa del delito y orientada a una acción preventiva.

Además de las Taser, la Policía porteña ha incorporado recientemente 500 pistolas Byrna, también clasificadas como armas de baja letalidad. Estas funcionan con aire comprimido y permiten desactivar amenazas a una mayor distancia, hasta 20 metros, lo que las hace adecuadas para intervenciones en situaciones callejeras.

La incorporación de estas herramientas busca ofrecer a los agentes medios alternativos al uso de armas de fuego, especialmente en situaciones donde el agresor no porta un arma letal, sino objetos como cuchillos, palos o incluso botellas rotas. También son recomendadas para intervenir en casos de brotes psicóticos o intentos de suicidio.

La implementación de las Taser refuerza la estrategia de seguridad de la Ciudad, con el objetivo de proteger tanto a los ciudadanos como a los agentes en un entorno tan complejo como el subte.