El streaming no aprende: desbocados y arrepentidos
El caso Elial Moldavsky y su anécdota con Lali Espósito reabren el debate sobre los límites en los canales de streaming.
El streaming en vivo impuso una nueva dinámica en los medios. La falta de edición, la presión por generar contenido y la inmediatez de generar situaciones que en otros formatos serían imposibles. Los protagonistas de estos canales quedan expuestos sin filtro y las repercusiones pueden ser inmediatas. El caso de Eial Moldavsky en el canal OLGA es un ejemplo de los riesgos de este sistema.
Moldavsky contó al aire detalles de un supuesto romance con Lali Espósito, ventilando intimidades que finalmente resultaron ser falsas ya que el episodio relatado no existió.
La declaración se viralizó en minutos y generó un rechazo masivo en redes sociales. La reacción del público obligó al humorista a pedir disculpas. Dijo que había cometido un error y reconoció la gravedad del asunto. Migue Granados, fundador de OLGA, también intervino. Llamó a Espósito para disculparse y expresó su malestar. Afirmó que lo sucedido le generó vergüenza y que su compañero se había equivocado. La cantante no mencionó a Moldavsky, pero en una entrevista habló sobre la cultura digital y la gestión de las disculpas públicas. Diferenció entre el arrepentimiento genuino y la necesidad de frenar la reacción negativa.
No es la primera vez que el canal OLGA enfrenta este tipo de episodios. En otra transmisión, Tomás “Toto” Kirzner, hijo de Adrián Suar y Araceli González, realizó un sketch sobre un pesebre viviente. La parodia generó críticas y acusaciones de falta de respeto a símbolos religiosos. Kirzner defendió su decisión y sostuvo que era humor. Admitió que sabía que habría reacciones adversas. La discusión volvió a poner en evidencia la falta de regulación en el streaming y la ausencia de filtros en los contenidos en vivo.
El canal Neura también enfrentó una polémica. En su programa "Neura Delayed Knight", se emitió un chiste de humor negro sobre cáncer y pedofilia. La reacción fue inmediata. El conductor, Sergio "Tronco" Figliulo, pidió disculpas y el programa fue cancelado. Alejandro Fantino, socio de la plataforma, tomó medidas para evitar nuevos episodios similares.
El formato de streaming exige contenido constante. La presión por mantener la atención del público lleva a los conductores a exponer situaciones personales y opiniones sin filtro. Un episodio similar pasó con el periodista Ari Paluch, quien en la radio Rock and Pop dijo que le daría "burundaga" a la locutora del programa, "para aprovecharse de ella". La radio también se transmite por streaming, lo que hizo que se viralizara el corte de video. Este es un problema nuevo para las radios, que tienen mayor viralización que antes.
Otro problema es la exposición de terceros sin su consentimiento. En el caso de Moldavsky, el conflicto fue que inventó una historia. Las disculpas no siempre logran revertir el daño. En los medios tradicionales, los errores pueden corregirse antes de salir al aire. En el streaming, las declaraciones quedan registradas y se viralizan en segundos. Pedir disculpas se vuelve un paso obligado, pero no garantiza que el público lo acepte.
El modelo de negocio del streaming se basa en la interacción con la audiencia. Los comentarios en vivo, las reacciones instantáneas y el nivel de engagement generan una dinámica distinta. La necesidad de mantener la atención lleva a los creadores de contenido a buscar la polémica. En muchos casos, los límites se cruzan con la intención de generar repercusión. El escándalo se convierte en una herramienta de marketing, lo que refuerza la lógica de la inmediatez y la falta de control.
La viralización de contenido sin filtro genera situaciones que afectan tanto a los creadores como a los involucrados. Los errores quedan expuestos sin posibilidad de corrección y las disculpas no alcanzan. Las audiencias también juegan un papel clave en la difusión de contenido, ya que son ellas las que determinan qué temas se viralizan y cuáles quedan en el olvido. El desafío es encontrar un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad de quienes producen contenido para un público masivo. La falta de filtros seguirá siendo una característica central del formato straming, pero el costo de los errores puede ser cada vez mayor. Los creadores de contenido seguirán buscando diferenciarse en un ecosistema donde la polémica es un recurso constante y la viralización inmediata impone nuevas reglas del juego.
También te puede interesar
-
Cómo se prepara Bahía Blanca para el día después del agua
-
Nahir Galarza: las pericias claves del caso bajo grave sospecha
-
Andrea Gamarnik, la tía de Pablo Grillo, criticó a Patricia Bullrich
-
Artistas solidarios por Bahía Blanca
-
El libro que le regalaron a Milei: liderazgos cuestionables y estafas piramidales
-
Prometen “tolerancia cero con los violentos” tras los incidentes
-
VIDEO: Así herían en la cabeza al reportero gráfico Pablo Grillo
-
Humoristas argentinos for export
-
Yao Cabrera en prisión: ciberataques y nuevas denuncias