Cristina Kirchner - Isabel Perón (Montaje)

Como Cristina Kirchner, Isabel Perón también cobra doble jubilación

Hoy a sus 90 años, “Isabelita” es la más longeva de los expresidentes en percibir una jubilación, que en su caso es doble como sucede con CFK.

Hoy con 90 años, María Estela Martínez, más conocida como Isabel Perón o “Isabelita”, es la más longeva de los expresidentes en percibir una jubilación como mandataria, que en su caso, como en el de Cristina Kirchner, es doble: cobra, desde abril de 1987 una renta vitalicia; y se suma a sus haberes jubilatorios una pensión otorgada por el Instituto de Ayuda Financiera del Ejército (el IAF, creado en 1946 bajo la presidencia de Edelmiro Farrel), que cobra desde 1974, con la muerte de su marido, Juan Domingo Perón.

Y si bien la ley de jubilaciones y pensiones impide el cobro de la asignación si el ex presidente o vice reside en el exterior, en el caso de Isabel Perón, que vive en España, logra percibir el pago porque ese beneficio se le otorgó bajo la ley 16.989 (actualmente derogada por la ley 23.966), previa a la actual normativa. Entre ambos beneficios, la ex presidenta recibe una suma cercana a los 2500 euros.

Claro que Isabel Perón no depende de sus jubilaciones como ex presidenta para solventar sus gastos madrileños, si no de la herencia de que recibió a la muerte de Perón: 5 millones de dólares en una cuenta en Suiza que fue vaciada por su abogado de confianza, mientras estuvo encarcelada en Argentina entre 1976 y 1981. A eso se sumaron los bienes incautados por la dictadura a la viuda que el gobierno de Raúl Alfonsín le restituyó. Y una porción de la venta de Puerta de Hierro, la quinta que Perón poseía en las afueras de Madrid, y que fue su refugio en el exilio.

De la venta de esa propiedad, Isabel tuvo que darle una suma cercana a los 2 millones de dólares a la familia de Eva Duarte, reclamó de la herencia del general, a pesar de que Evita había cedido en su momento todos los derechos sobre ella a su marido. Juana Ibarguren de Duarte, madre de Evita, tenía derechos de herencia sobre su hija, que a su muerte pasaron a sus otras hijas vivas, Blanca Duarte y Erminda Luján Duarte, quienes llevaron a juicio a Isabel Perón por la herencia recobrada y no repartida.

La herencia del matrimonio Perón-Evita se definió judicialmente a mediados de los 80 con la restauración de la democracia. Isabelita recobró entonces las pensiones atrasadas de viudedad, sus propias pensiones como ex presidenta de la República, y los intereses por la herencia no percibidos durante los siete años que fue rehén de la dictadura. Esa fortuna ya tiene testamento según los diarios españoles, y será repartida a su muerte un 90% de entre distintas asociaciones benéficas, y la ex presidenta donará lo restante a sus empleados y sobrinas, incluido el chalet en el que vive hoy, en un suburbio a 17 kilómetros de Madrid. 

En el caso de Cristina Kirchner, la disputa con el Estado argentino se originó en 2016, cuando la entonces ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, dictó una resolución que prohibía el doble cobro de la pensión (se justificó con un apartado de la ley 24.018). En noviembre de 2016 se le suspendió el pago de la pensión vitalicia como ex presidenta y se le requirió que elija entre cobrar la pensión de su fallecido esposo Néstor Kirchner o la que le correspondía a ella. Como respuesta, Cristina presentó una demanda que finalmente le devolvió el beneficio a fines de 2020.

Ezequiel Pérez Nami, juez federal en Seguridad Social, hizo lugar al pedido de Cristina Fernández y autorizó el cobro su pensión como exmandataria más la de su marido, Néstor Kirchner, sin pagar el impuesto a las ganancias y cobrando además los intereses retroactivos, una cifra que podría superar los 100 millones de pesos, motivo por el cual, en el límite de la fecha, el ANSES decidió apelar hoy el fallo.