Demian Reidel (Cedoc)

Demian Reidel: quién es uno de los cerebros de Milei en la economía

Milei fantasea que ganará el premio Nobel con él. Historia desconocida de un millonario que cautivó al Presidente. Tensión con Caputo y paso fallido por el BCRA. Pasado junto a Sturzenegger.

Hubo dos días, sobre el final de noviembre del 2023, en los que Demian Reidel andaba muy preocupado. Levantaba el teléfono, se juntaba con conocidos y estaba que rebotaba por las paredes. El gran tema que lo atareaba era conseguir un traje: en breve iba a jurar como el nuevo presidente del Banco Central y sentía que no tenía la indumentaria adecuada para la ocasión, producto de que gran parte de su vida la había pasado viviendo en Estados Unidos y que el grueso de su guardarropas seguía estando allá.

Por suerte para el costado coqueto de Reidel, esa inquietud le duró bastante poco. Luis “Toto” Caputo, con el que arrastraba roces desde el macrismo, se puso muy duro. Esa entidad iría para alguien de su riñón, alguien que no pensara, como Reibel, que había que salir lo más rapido posible del cepo cambiario, o Milei debería buscar a otro ministro de Economía. Reidel fue presidente del BCRA sólo por dos días, y luego se quedó sin el puesto y sin el traje. Pero, seis meses después, está claro que se quedó con la torta.

Hoy es uno de los tres economistas que tienen serio peso en la cabeza del Presidente. Pero, a diferencia de Caputo y de Federico Sturzenegger, Reidel, jefe de asesores, es el único que lo acompaña a los recurrentes viajes presidenciales en el exterior. El único que está escribiendo con Milei un libro, trabajo que para el libertario terminará en un premio Nobel de Economía. Es el único que, también, decodificó el código para pertenecer al ecosistema mileista: para llevarse bien con el mandatario hay que estar bien con Karina y hay que mantener una obscuente adulación con el líder. Hoy Reidel, a pesar de que es totalmente desconocido para el público, ocupa un lugar central dentro del Gobierno. Y pide pista para más.

VIP. Reidel tiene renombre en el ambiente acádemico por su extenso currículum y por el fondo que creó en Estados Unidos y que luego terminó vendiendo en una cifra millonaria. Pero también se hizo fama por su otro costado. “Satanás”, lo llaman, por la fluida relación que tiene con el ambiente festivo de la noche, que incluye anécdotas pintorescas como salir del búnker de La Libertad Avanza el día de la victoria en el ballotage para irse a festejar al boliche Tequila hasta altas horas de la madrugada.

Sin embargo, a pesar de que siempre tuvo ese costado excéntrico presente, los que lo conocieron en el pasado dicen que ahora está incluso más exacerbado que antes. Como si el rayo de las fuerzas del cielo lo hubiera atravesado, idea que también algunos aplican para explicar el presente combativo y mediático de Caputo. Reidel quedó cautivado con Milei.

“Tuve una entrada al evento más exclusivo del planeta, pude ver algo maravilloso”, le dijo al periodista Roberto García en una entrevista reciente en Canal 26. “Es que pude ver a un titán, ver como el titán pone a la Argentina en el camino de los países desarrollados. Argentina volvió al mundo gracias a Milei”. Es una idea que repitió en las tres entrevistas que dio desde que arrancó esta gestión. “Nunca vi algo así, creo que no hay líder parecido en el mundo, es un genio”, sostuvo en TN, mientras que en LN+ dijo que la sociedad argentina debería “agradecer” a Milei los continuos viajes que hace por el mundo (lleva diez en lo que va de mandato), ya que es “como un CEO” que va a mostrar su “producto” para venderlo.

Esa “fascinación”, palabras que usan varios que mantienen diálogo fluído con Reidel, viene acompañada con un acceso VIP al mandatario. Visitas a la Quinta de Olivos, largas charlas en la Rosada (el miércoles 26, un día antes del cierre de esta edición, fue su último encuentro en la casa de Gobierno), conversaciones telefónicas y hasta compañía en los viajes. Y no sólo tiene sintonía fina con él. También logró la simpatía de la siempre difícil Karina, cumpliendo la regla de oro en ese mundo: la que manda es ella y nada se le discute. “Acá 'el jefe' me está poniendo los puntos”, decía Reidel en una foto que subió junto a ella, en clave irónica.

En esta última terna es en donde Reidel se destacó ante los ojos de Milei y donde terminó de comprar su aprobación. Es que desde los primeros días en que asumió el nuevo gobierno el economista venía desempolvado sus contactos en Estados Unidos. Fue clave en la organización de los encuentros de Milei con los popes de Silicon Valley, como Elon Musk o Marck Zuckerberg. Esos cónclaves, los cuales Reidel estuvo armando durante meses, terminaron de validarlo ante los ojos del Presidente.

Hoy es quien se encarga, más allá de la compañía día a día de Milei y de endiosarlo en público, en llevarle propuestas a largo plazo. La reforma del Estado realizada por Google es una de las ideas que le acercó, a tono con la fascinación que arrastra desde hace décadas con la inteligencia artificial y con el fin del dinero físico. En el Gobierno hay algunos miran con recelo esta película: sostienen que son muy lindas para la teoría o para algún foro en Estados Unidos, pero que en esta Argentina atravesada por una fenomenal crisis económica las prioridades son otras. Quizás sea eso, o quizás lo que esté generando recelo es la cercanía con el Presidente. Pueden ser ambas, y ahí Reidel debería tomar nota de lo que sucede con los que se acercan demasiado a Milei. Como el cuento de Ícaro, los grandes amigos del libertario suelen ser descartados por él y luego humillados en público, una lista muy larga que tiene como última víctima al ex jefe de Gabinete Nicolás Posse.

Identikit. Aunque comparten el hastío que les produce la rosca política, a simple vista parecería que por la historia de Reidel y la de Milei ambos estarían destinados a no conectar. Mientras que el segundo tuvo una vida acádemica gris (por no decir oscura, entre artículos y libros con decenas de páginas plagiadas y la autoadjudicación de titulos que no existen), el caso de Reidel es bien distinto.

Cuando el hombre tenía tres años sus padres empezaron a sospechar que no era un crío más. El entonces infante Reidel leía los carteles que había se cruzaba en la calle, aún antes de que le hubieran enseñado a leer. De su Quilmes natal logró entrar al Instituto Balseiro en Bariloche, un organismo de alto nivel universitario que es muy exigente a la hora de aceptar nuevos alumnos. Ahí se recibió como físico en 1994 y su tesis doctoral (“redes neuronales: almacenamiento de secuencias y propiedades estadísticas”) exploraba, ya en aquel momento, las posibilidades que podía llegar a ofrecer la inteligencia artificial. Luego hizo las valijas y se mudó a Estados Unidos, donde vivió la mayor parte de su vida. Ahí realizó un máster en matemática financiera en la universidad de Chicago y un doctorado en Economía en la Universidad de Harvard. Acá conoció a Sturzenegger, al que tenía de profesor. El ex funcionario de De la Rúa y de Macri sigue diciendo, hasta el día de hoy, que Reidel fue el mejor alumno que alguna vez tuvo.

Los que conocen al protagonista de esta nota lo califican como “brillante” en lo suyo, no sólo por su currículum y por el hecho de que habla varios idiomas -entre ellos el chino-, sino porque realizó un salto que no suele ser usual entre los acádemicos. Incursionó en el mundo de las finanzas. En 1998 empezó a trabajar para JP Morgan, investigando mercados emergentes. En 2001 pasó a Goldman Sachs, un gigante de las finanzas que, para desagrado del anarcocapitalista Milei, sería rescatado por el gobierno estadounidense luego de la crisis del 2008.

En el 2007, ya viviendo en Nueva York, Reidel fundó QFR Capital Management, junto al chileno José Luis Daza -hoy viceministro de Economía de Caputo- y David Sekiguchi, otro hombre del mundo de las finanzas que terminó en el Banco Central en la gestión Sturzenegger y que el año pasado orbitó en la campaña de Patricia Bullrich. Años después Reidel terminaría vendiendo su parte en el fondo -por una cifra que se desconoce pero los que trataron con él estiman en millonaria-, y tomandose un tiempo para una “vida sabática”, que incluyó paseos por todo el mundo, algunos de los cuales se pueden ver en su cuenta en Instagram y cuyas fotos ilustran esta nota.

Salto. En 2015 le llegó un llamado que cambiaría sus planes. Del otro lado del teléfono estaba su antiguo profesor, que lo invitaba a sumarse a su equipo en el BCRA y desembarcar por primera vez en política. Así se convirtió en vicepresidente segundo de esa entidad, bajo el mando de Sturzenegger. Durante esos años Reidel fue uno de los que timoneó la estratégica mesa de dinero del Central y estuvo también en el equipo que comandó la salida del cepo cambiario.

De aquella época a Reidel le quedaron tres marcas. Una es una distancia con el macrismo, que se cocinó con los roces que la Jefatura de Gabinete de Marcos Peña solía tener con Sturzenegger y su equipo. “Había una tensión tremenda. Y a Federico lo echaron, es mentira cuando dicen que él renunció”, le contó en una entrevista al periodista Guillermo Laborda. Hay en este episodio otro capítulo, que tiene aún más actualidad. Sturzenegger acusa, hasta el día de hoy, a Caputo por haber forzado su salida del BCRA, guerra fría que terminó con “Toto” al frente de esa entidad y que generó algo parecido al odio entre ambos.

La otra cicatriz que se llevó Reidel de esa experiencia es un antikirchnerismo rabioso. “El kirchnerismo es un cáncer para el país”, “Grabois es un pedazo de delincuente”, “la izquierda apoya al terorrismo”, son algunos de los comentarios que hace en redes el jefe de asesores, donde además comparte los posteos de los trolls más agresivos del universo libertario. Por último, en esos años fue que llegó por primera vez a las notas de todos los medios nacionales, pero no por un mérito económico sino por la relación que mantuvo con la mediática Berbie Simons (ver recuadro).

Cuatro años después del final de aquel gobierno que dejó endeudado al país durante varias generaciones, Reidel volvió a la carga. Hay dos historias sobre cómo conoció a Milei. En el diario Página 12, el periodista Leandro Renou relata que ambos se cruzaron por primera vez en una charla TED que dió Reidel a fines del 2017 sobre “el fin del dinero”, una idea que a Milei, un obsesionado por el déficit fiscal y por la emisión monetaria, seguramente le debe haber gustado. Cerca del jefe de asesores, en cambio, sostienen que se conocieron en los días en que Milei visitaba con su entonces socio y mejor amigo Diego Giacomini a Sturzenegger en el Central, una leyenda -Milei jura haber sido asesor del BCRA durante aquella época- que los que trabajaron en esa entidad durante el macrismo desmienten.

Sea la versión que sea, lo cierto es que hasta el final del 2023 Reidel no era parte del círculo chico de La Libertad Avanza. Su aparición en el búnker en el Hotel Libertador el día del triunfo en el ballotage fue, de hecho, la primera vez que se mostró en público con este espacio.

Futuro. Ahora Reidel prepara un libro con Milei. El Presidente lo anunció el día de su show en el Luna Park, a fines de mayo. “Mi próximo libro lo voy a escribir con el genio de Demian Reidel”, dijo aquella noche. Lo curioso es que en esa ocasión contó ambos habían solucionado un problema que arrastabra la academía desde 1960 -cómo explicar correctamente el crecimiento económico- pero ahora, en Praga, sostuvo que les darían a ambos el premio Nobel por otra razón: “Estamos reescribiendo gran parte de la teoría económica, para poder derivar optimalidad de Pareto, tanto estática como intertemporal, teniendo funciones de producción no convexas”. No deja de ser llamativo como el máximo líder de la libertad mundial puede lidiar con todos los problemas que esa exigente condición trae a la vez que preside un país difícil y reescribe en varios sentidos todo lo que se ha pensado y escrito sobre economía desde principios de los tiempos. Es algo sorprendente en especial teniendo en cuenta que hasta su último libro, como contó NOTICIAS, Milei mantenía la condición de ser un plagiador serial, que roba en cada texto que hace trabajo ajeno. Quizás de la mano de Reidel le llegó al libertario, finalmente, los rudimentos del correcto trabajo académico.

¿Qué sigue después del Nobel para Reidel? Los que lo han tratado dicen que es alguien arrojado, y que si está convencido puede ir a fondo. Comparte, con Milei, el hecho de ser soltero, de no tener hijos y de haberle puesto a su mascota el nombre de un personaje de ficción (Conan el del libertario y Thor el del economista). ¿Puede haber un puesto a futuro para el jefe de asesores? ¿Lo ambiciona? Todo puede pasar en el extraño mundo libertario, en el que Reidel se está acercando al sol. Como le pasó a tantos ya, se puede quemar, aunque por ahora el economista disfruta de ese calor.

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