Gerardo Grieco: "el Colón es la marca de Buenos Aires más reconocida"
El Coliseo porteño celebra un siglo de sus cuerpos estables con una ambiciosa temporada de ópera, ballet y conciertos.
Como cada año nuestro magnífico teatro Colón llevará adelante una intensa, variada y fascinante suma de actividades. Aunque los movimientos dentro de nuestro Primer Coliseo comenzaron en febrero pasado con el espectáculo “Disney en concierto: un recorrido sinfónico”, la temporada anual de ópera, ballet y conciertos arrancó formalmente con una función de la Orquesta Estable del Teatro Colón. Así, el 18 de febrero, empezaron las celebraciones del centenario de los cuerpos estables, cien años, nada menos, de historia y excelencia.
Los comienzos
A principios del Siglo XIX, la ciudad de Buenos Aires era considerada la París de América, y no fue ajena al entretenimiento más popular de la época: la ópera. No se puede eludir el hecho de que gran parte de la inmigración llegada al país provenía de Italia, por lo que también los que venían a estas prósperas tierras traían consigo sus propias tradiciones culturales. Era indispensable, entonces, contar con un teatro que estuviera a la altura de las grandes salas del Viejo Mundo y albergara estas expresiones con los detalles técnicos y acústicos más avanzados del momento. Se estima la construcción del Teatro Colón tuvo un costo aproximado de dos millones de dólares de aquellos tiempos. y el proceso concluyó con su inauguración el 25 de mayo de 1908, y la representación de la ópera “Aída”, de Giuseppe Verdi.
En sus orígenes, la Municipalidad, a través de una Comisión Administradora a cargo del Intendente, cedía la concesión a empresarios particulares que se encargaban de organizar la temporada y reclutar a los artistas y las compañías, generalmente provenientes de Europa. Los cantantes, los músicos, bailarines y técnicos venían contratados del extranjero y se establecían aquí durante varios meses. Con el paso del tiempo se crearon los cuerpos estables, los talleres escenotécnicos (vestuario, escultura, escenografía, peluquería, zapatería, etc.) y el Coliseo porteño adquirió así su prestigio propio, que lo colocó entre los mejores teatros líricos de todo el mundo.
Nueva gestión
A fines del año pasado, hubo un recambio de autoridades y se hizo cargo de las riendas del Teatro Colón, el gestor uruguayo Gerardo Grieco. Precedido por su gestión al frente del Auditorio del Sodre, su misión en el Teatro Solís y la creación de la Sala Zitarrosa en Montevideo, está acompañado por el reconocido bailarín Julio Bocca, como Director del Ballet, el chileno Andrés Rodríguez como Director de Ópera, y el exdirector del CCK, Gustavo Mozzi, como Director de Música. Un cuerpo que tiene la misión, ni más ni menos, de reposicionar al Colón y resignificar el sueño de sus fundadores.
“Buscamos lograr un cambio de modelo de gestión que genere un upgrade de la cultura de trabajo de un teatro lírico del siglo XXI. Es decir, volver a la esencia del Teatro Colón, que es un teatro de producción, de ópera, ballet y conciertos. Estamos cumpliendo y celebrando los cien años de los elencos estables que fueron creados por aquella generación de líderes excepcionales de la Argentina. Intelectuales y políticos que tuvieron la visión de hacer una inversión estratégica. Primero en este edificio increíble. Inmediatamente después se dieron cuenta que importan sus contenidos, que sea un teatro vivo. El ladrillo, solamente, no colocaba a Buenos Aires entre las tres o cinco grandes capitales del mundo. Por eso le daban continuidad a una producción artística de calidad absoluta. Ese sueño y esa visión se consolidó. Salieron de acá, Julio Bocca, Maximiliano Guerra, Paloma Herrera, Maríanela Núñez, músicos, cantantes, directores de escena…”, enumera Grieco.
Nuevos sueños
“Hoy, después de muchas capas geológicas, de muchas décadas, el desafío es resignificar ese mismo sueño. El Colón es la marca de Buenos Aires más reconocida. Tal vez la más prestigiosa. Y un poco cuando nos convoca la Ministra de Cultura (Gabriela Ricardes) y el Jefe de Gobierno (Jorge Macri), de esas primeras conversaciones, surge generar un cambio de modelo de gestión que retome ese sueño y lo proyecte hacia el siglo XXI. Ese es el propósito con el que nos venimos manejando e implica algunos cambios en los usos y costumbres. En lo que se hace, lo que no se hace y en el cómo se hace. Creo que la programación que logramos proponer para este 2025 también es una interpretación de eso que queremos hacer. Celebrar los cien años de los elencos, ponerlos en valor, volver a ponerlos de cara a esa búsqueda constante de la excelencia artística y máximo esplendor”, agrega el nuevo Director del Colón.
La programación de la temporada de ópera incluye siete títulos que comenzaron con “Aída” de Giuseppe Verdi; continuará con “Il trittico” de Giacomo Puccini, integrado por las obras breves “Il Tabarro, Suor Angélica y Gianni Schicchi”; seguirá el estreno en Argentina de “Billy Budd” de Benjamin Britten; la nueva producción de “Wether” de Jules Massenet; la versión de concierto de “I puritani” de Vincenzo Bellini; la espléndida “Salomé” de Richard Strauss; y culminará con “La Traviata” de Giuseppe Verdi, uno de los títulos más requeridos por el público melómano. El nuevo director de Ópera, Andrés Rodríguez, declaró: “Me honra infinitamente poder aportar cuanto me sea posible a esta inmensa obra colectiva que con justicia enorgullece a la Argentina. Pondré al servicio del Teatro Colón toda la experiencia recogida a lo largo de mis 34 años de gestión en el Teatro Municipal de Santiago”.
Títulos conocidos
Habrá además dieciocho conciertos de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, cuya directora principal es la reconocida directora griega Zoe Zeniodi. Y se incluirán entre otras, obras de Shostakovich, Haydn, Bruckner, Elgar, Wagner, Mozart, Berio, Beethoven, Mahler, Ravel, Villa-Lobos, Strauss, Ginastera y Stravinsky.
En cuanto al ballet, se podrá disfrutar de cinco títulos: “Carmen” de Georges Bizet; un “Programa mixto” (“Paquita”, “Por vos muero” y “Chacona”); “Don Quijote” de Ludwing Minkus; “Onegin” de Piotr Illich Tchaikovsky; y para el cierre del año será el turno del tradicional “El Cascanueces”, también de Tchaikovsky. “Para mí fue, es y va a ser un desafío, tengo mucho que devolverle al teatro, y el teatro tiene mucho que devolverme a mí. Mi idea es que el ballet viaje por nuestro país y el mundo, que sea una de las mejores compañías, de las diez primeras a nivel mundial”, sentenció en tal sentido Julio Bocca.
“Cuando me llamó la me dio un poco de vértigo. Es un teatro imponente, lleno de gente sabia, que tiene mucho knowhow. Estamos haciendo un diagnóstico general del edificio, del mantenimiento y algunas intervenciones que estuvieron mal planificadas. Hace 15 años, este teatro tuvo una intervención, una inversión estratégica también muy importante, que le devolvió la belleza. Restauró la sala y el patrimonio. Hay que mantener eso en este ámbito de belleza inusitada. Estamos trabajando fuertemente en ello, sin derrochar, ahorrando hasta en el terrón de azúcar, pero no sacrificando la calidad. Siempre hay que estar buscando la excelencia. Si bien es un poco una utopía, es algo que todas las personas involucradas estamos tratando de hacer, dar lo mejor que tenemos para lograrlo”, sostiene Grieco en el inicio de un ciclo que celebra un siglo de arte.
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