Valentina Moisés, creadora de Vibra. (Vibra)

Entrevista

Quién es Valentina Moisés y cómo nació VIBRA, el movimiento de bienestar que crece en el mundo hispano

Desde Jujuy al mundo, Valentina Moisés creó VIBRA en plena pandemia y hoy acompaña a miles de mujeres con un método que integra música, neurociencias, espiritualidad y soberanía personal.

Nacido en plena pandemia en Jujuy, VIBRA comenzó como un impulso personal de Valentina Moisés y terminó convirtiéndose en un movimiento internacional de bienestar femenino. A través de un método que integra música, neurociencias, espiritualidad y prácticas cotidianas, Moisés acompaña a miles de mujeres a recuperar su energía, su soberanía personal y una conexión profunda entre cuerpo y emoción.

-VIBRA nació en plena pandemia, desde Jujuy. ¿Cuándo sentiste que ese impulso  íntimo empezó a convertirse en un movimiento internacional? 

-Los seres humanos tenemos una tendencia natural: cuando algo nos hace bien, queremos  compartirlo. Somos sociales por naturaleza. Compartimos alegrías, aprendizajes y también heridas y  dolores. 

En la Pandemia, mientras el mundo entraba en crisis, yo viví algo distinto: estaba bien.  Pude verla como una oportunidad para volver al eje y replantear todo. Llegué a ese momento con  muchos años de trabajo interno, de años de incorporar recursos para gestionar la ansiedad  permanente en la que vivía, de herramientas espirituales y creativas para “surfear la ola”. Y lo que  me sostenía a mí… quería ofrecerlo también a los demás.  

Venía de diez años trabajando en TV, temporadas de Teatro y muchos escenarios compartiendo mi  Música. Había compuesto decenas de canciones, llenado teatros, producido 5 discos con mis  composiciones y necesitaba integrar todo eso. Y ahí llega la Pandemia y el impulso de crear VIBRA nació al ver a tantas personas pasándola mal y  sentir: ‘Tengo una caja de herramientas que puede ayudarlas’. Reuní mi música, mis formaciones  holísticas y mi experiencia acompañando a mujeres y las puse en un solo espacio.  Lo que comparto son prácticas simples, aplicables en lo cotidiano. Y el deseo de estar bien es  universal. Todos queremos “estar bien” 

Creo que por eso VIBRA creció sin fronteras: porque no nació como un proyecto, sino como un  acto instintivo de compartir las herramientas que me ayudaron a mi. VIBRA son recursos simples y para aplicar en lo cotidiano. Y el impulso a querer estar bien es  Universal… y creo que por eso se expandió sin fronteras a todo el mundo de habla hispana.  En Instagram la comunidad es inmensa… somos más de 210 mil (@soyvibra).

-¿Qué momento personal te llevó a crear un espacio que mezclara cuerpo, emoción y  espiritualidad en plena crisis global?  

-La coherencia es el verdadero milagro. Lo que me llevó a crear un espacio que integrara cuerpo,  emoción y espiritualidad fue un momento de absoluta honestidad conmigo misma. Me di cuenta  que, cuando lo que “pensás, sentís, decís y hacés” se alinean, aparece la coherencia. Es como si  todos los planetas internos se acomodan solos. 

Antes de eso, vivía con ansiedad, miedos, desórdenes alimentarios, vínculos complejos. Hasta que  tuve el coraje de hacer el trabajo interno y dedicarme tiempo de verdad. Ahí descubrí que la vida no  ‘me pasa a mí’: simplemente sucede. Y yo tengo el poder de elegir cómo me afecta. Ese fue mi quiebre: entender que la felicidad no es casualidad, es una disciplina espiritual.  De ahí nació el lema de VIBRA: ‘viniste a ser feliz, no te distraigas’.  

Y no es solo una frase linda. Es una filosofía de supervivencia. Yo soy optimista. Necesito serlo para sobrevivir. Y mi instinto de supervivencia me lleva a  buscar como estar bien más allá de lo que me toque vivir. Viví situaciones complejas, no lo hablo  desde la ingenuidad. Sé lo que es caer… y pude aprender también cómo volver a pararme y seguir  adelante. 

Puedo salir del camino, pero sé como volver porque me entreno para eso. En Neurociencias le  llamamos “el circuito neuronal”, que cuando venís trabajándolo en bienestar es ese “Camino de  vuelta a la armonía”.  En mi caso fue mi música la que siempre me salvó. Fue la guía que me trajo de regreso y es hoy la  que abre la puerta a miles de personas.  

-Tu método integra música, medicina, meditación y neurociencias. ¿Cómo impacta ese  enfoque en una mujer que llega agotada o desconectada?  

-La Gran Desconexión tiene que ver con la energía femenina.  En los seres humanos coexisten dos fuerzas: la energía femenina y la energía masculina.  La masculina es acción, dirección, estructura, foco.  La femenina es receptividad, intuición, creatividad, emoción, presencia, disfrute.  Las dos son necesarias. Las dos son sagradas. Pero culturalmente, desde hace siglos, se sobrevalora la energía masculina: la exigencia, la  productividad, el hacer sin pausa, el “dar para cumplir”.  Y la energía femenina quedó relegada, reprimida, ridiculizada o asociada a debilidad.  En la mitología lo asociamos a la era de “la Caída de la Diosa”.  

Por eso tantas mujeres llegan agotadas: viven en un modo hiper productivo que no respeta su  naturaleza. 

La energía femenina está apagada porque dejamos de escuchar el cuerpo, la intuición y el ritmo  interno. Y cuando esa parte se desconecta, aparece el cansancio, la ansiedad, la desconexión con el  placer, la falta de dirección y la sensación de vacío. Mi método en VIBRA integra música, medicina, meditación y neurociencias justamente para eso:  para volver a encender la energía femenina sin perder la masculina. Equilibrando ambas,  potenciando ambas.  

La música abre el sistema nervioso, la meditación ordena el campo emocional y las neurociencias  dan herramientas prácticas para sostener el bienestar. Cuando una Mujer vuelve a su energía femenina, sin perder su dirección masculina, recupera  presencia, claridad, vitalidad y poder.  Pero ésto no es metafórico: es fisiológico, emocional y espiritual. Ahí empieza la verdadera  transformación. Ese despertar es lo que hoy está sucediendo a escala colectiva.  

Pero el objetivo no es solo sentir paz en una meditación, un retiro o un evento, es llevarlo a lo  cotidiano, a la vida real, a la de todos los días. Por eso creamos el concepto de “La Diosa cotidiana”  para hacerlo simple, fácil de aplicar y así, cotidiano. 

-Afirmás que VIBRA es un puente entre mente y corazón. ¿Creés que el boom del  bienestar quedó atrapado en frases vacías?  

-Sí, absolutamente. Y tiene que ver también con la desconexión de la energía Femenina. 

En realidad, cuando hablamos de “mente” hablamos de información; cuando hablamos de  “corazón”, hablamos de experimentación. El verdadero puente es entre información y  experimentación: bajar de la mente al cuerpo, del pensar al sentir. 

El Sagrado Femenino pide volver a los sentidos, a la intuición, a encarnar la experiencia. En  VIBRA usamos mucho la frase “pasalo por el cuerpo” porque ahí está la diferencia entre saber  algo… y transformarte con eso. Muchas corrientes lo muestran desde sus lenguajes: la biodescodificación busca el sentido del  síntoma en lo que el cuerpo expresa; las constelaciones revelan lo que se mueve en lo sistémico. El  mensaje es el mismo: la verdad está en el cuerpo. Yo me pasé la vida estudiando. Incorporé toneladas de información. Pero nada, absolutamente nada,  cambió hasta que aprendí a pasarlo por el cuerpo, a convertir conocimiento en experiencia.  Esa es la diferencia entre bienestar superficial… y transformación real.  

-Después de trabajar con mujeres en violencia de género y atravesar pérdidas y  tratamientos, ¿cómo transformaste ese dolor en un motor sin caer en lugares comunes?  

-Cuando atravesé situaciones realmente desafiantes como las pérdidas de embarazos, tratamientos de  fertilidad y el trabajo con mujeres en violencia de género, descubrí algo muy doloroso: no  encontraba un terapeuta que pudiera ver lo que yo necesitaba. Yo buscaba una mirada integral, que  uniera cuerpo, emoción, espiritualidad y ciencia. Y no lo encontraba. 

Entonces hice lo único que podía hacer: formarme en cada una de las herramientas que hubiese  querido recibir. Fue un acto de supervivencia, no de inspiración. Era literalmente encontrar un  camino para no quebrarme. Con el tiempo entendí algo fundamental: no necesitaba “superar” el dolor; necesitaba  transformarlo. Darle un sentido, una dirección, una voz, la mía propia. Y ahí se convirtió en ese  motor. 

Hoy puedo acompañar a miles de Mujeres porque conozco la herida desde adentro, desde la  experiencia. Sé lo que es caer… y también sé lo que es levantarse con una fuerza que no sabías que  tenías. No romantizo el dolor. Reconozco su poder transformador cuando es atravesado con consciencia y  también la necesidad de soltarlo, de salir de ahí una vez trabajado.  Eso es lo que hoy comparto: el camino real, humano y profundo… y el entusiasmo de ver lo que  hay del otro lado del proceso: Vida.  

-La idea de “soberanía personal” aparece como eje central. ¿Cómo se recupera,  concretamente, esa soberanía?  

-Creo que la Soberanía Personal es el poder de elegir. La capacidad de tomar decisiones propias.  Es el primer paso que transitamos en “El Camino de la Diosa”, el programa insignia de VIBRA.  Esos 6 meses de procesos inician con recuperar el poder que fuiste entregando afuera durante años:  a personas, trabajos, vínculos, cosas, responsabilidades que te fueron drenando la esencia sin que te  dieras cuenta. 

La Soberanía se recupera tomando decisiones. Haciéndote cargo de eso que sabés que tenés que  hacer pero dilatás y eso va apagándote de a poco. Éste Camino de auto-conocimiento te lleva a poder identificar esos espacios y tomar acción en  consecuencia.  Ahí aparece esa frase tan escuchada hoy, pero tan cierta cuándo podés verlo: “si tenés miedo,  hacelo con miedo”. Porque en realidad nada va a cambiar hasta que muevas alguna de las fichas de  tu tablero de ajedrez interno. Y si, cuando tomás decisiones, pasan cosas. 

Después viene el gran desafío: poner límites. Esa es la primera consecuencia natural de recuperar tu soberanía, cuando tomás consciencia de cuánto te estuviste drenando.  La soberanía personal no es un concepto lindo para Instagram. Es recuperar tu vida.  Y cuando una mujer vuelve a su soberanía… todo cambia desde su metro cuadrado, es un cambio  que impacta en toda la sociedad. 

-Tus viajes por Francia, Italia y Egipto se convirtieron en experiencias únicas. ¿Qué  ocurre allí que no puede pasar detrás de una pantalla?  

-Hice el Camino de Santiago de Compostela hace 10 años. Estaba en mi punto máximo de crisis  existencial y decidí agarrar mi mochila e irme sola a las montañas. Antes de comenzar la  peregrinación me encontré con una amiga muy sabia que me dio el leitmotiv de esa aventura:  “cuando peregrinás, te caminás por dentro…” y en ese instante supe que a eso es a lo que iba, a  caminarme por dentro.  

Unos años después llegaba al Sur de Francia haciendo investigaciones para mi libro sobre María  Magdalena y, perdida en las montañas de los Pirineos Franceses en pleno invierno, una familia me  recibió en su casa. Nos hicimos muy amigos y compartieron secretos sobre el Pueblo Cátaro  (seguidores de María Magdalena) que jamás había encontrado en libros!  

Conocí gente divina en toda la región. Estaba tan agradecida que prometí volver y hacer algo con  mi música para agradecerles. A los 6 meses estaba de regreso haciendo un Concierto para 400  personas que fue un antes y después en la región.  Desde ese momento, cada año con la Comuna de Esperaza organizamos un Concierto grande en la  Plaza del Pueblo al que llegan personas de toda la Occitanie a cantar mis canciones y a compartir  música… y para mi también es una bendición. 

Mi libro “EL CAMINO DE LA DIOSA. El Plan de tu Alma, Tu Soberanía Personal y el Secreto de  María Magdalena” (Editorial Kier) fue declarado en Francia de interés cultural por la comuna de  Esperaza.  En el Sur de Francia tengo mi familia. Voy 2 o 3 veces al año y no organizo viajes sino  Peregrinaciones o Retiros que no tienen que ver con lo turístico sino con ese mismo proceso de  desarrollo personal que propongo en los Programas de VIBRA, pero en vez de en una pantalla es en  el territorio.  

Eso no solo sucede en Francia, sino en Italia, Egipto y también en Jujuy que es mi casa y donde  hacemos VIBRA FEST (El festival holístico y congreso experiencial - el próximo es 21 Marzo  2026). No importa donde, es cómo, es con quien, es el proceso, es la experiencia, es El Camino…

-La alianza con Kathleen McGowan abre una nueva dimensión para VIBRA. ¿Qué  buscás transmitir a quienes miran con desconfianza la espiritualidad femenina? 

-Kathleen llegó a mi vida hace 20 años. Fue ella la primera que tuvo el coraje de hablar de lo que  nadie se animaba. Traía la figura de María Magdalena a un mundo que no estaba tal vez tan  preparado para recibirla. Y lo hizo con mucho coraje. Fue amenazada de muerte y perseguida  durante mucho tiempo y, lejos de detenerse, profundizó sus investigaciones en Tierra Santa, Egipto,  Francia e Inglaterra.  

En Mayo de éste año, el día de la presentación de mi libro en el Sur de Francia, aparece Kathleen en  el evento. Casi me desmayo de la emoción, era verdaderamente un honor, fue como recibir a la  RockStar de la Magdalena!  Ese encuentro fue épico. Las dos supimos en ese instante que algo grande iba a suceder.  Trabajamos en lo mismo pero de diferentes maneras. Ella más con la información y la  investigación, yo más con la experimentación y la activación en lo cotidiano.  Esa combinación abre una nueva dimensión para VIBRA.

Así creamos LA AUTÉNTICA MARÍA MAGDALENA que es un programa único en el mundo.  Por primera vez va a compartirse información que jamás vio la luz antes, producto de una  investigación de más de 30 años de Kathleen y la única manera para transformar lo cotidiano que  tenemos en VIBRA. Estamos muy felices con éste nuevo desafío.  

La Espiritualidad Femenina no es esoterismo, es historia, es símbolo, es cuerpo, es intuición y el  mundo está pidiendo a gritos llevar eso a lo cotidiano, a lo simple. No estamos inventando nada:  estamos recuperando una parte de la humanidad que fue silenciada durante siglos. Lo que hacemos solo se puede hacer bien. Encarnar la espiritualidad, traer la historia a lo cotidiano,  recordar el poder de ser Mujer es abrir una puerta para devolverle a la espiritualidad su dimensión  más humana, más profunda y más real. Desde ese lugar traemos las enseñanzas ancestrales de María Magdalena, como Maestra, líder, y  Mujer soberana.  

Siempre bajo el lema: “viniste a ser feliz, no te distraigas!”  

Y creo que a la Humanidad no le viene mal más gente feliz…

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