El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dirige a la nación desde el jardín de rosas de la Casa Blanca en Washington, DC, después de que Donald Trump ganara las elecciones presidenciales. Biden instó el jueves a los estadounidenses a bajar la temperatura política después de la victoria electoral aplastante de Donald Trump, diciendo que garantizaría una transición "pacífica y ordenada" hacia el Partido Republicano. (SAUL LOEB / AFP)

Cómo la chocó Biden: el regreso de Donald Trump

Con importantes logros legislativos, pero marcado por la desconexión y desafíos inmediatos, el demócrata deja un legado opaco.

Joe Biden comenzó su mandato como presidente de Estados Unidos con una promesa clara: restaurar la democracia y el alma de la nación tras los turbulentos años de Donald Trump. El 20 de enero de 2021, al jurar su cargo en un Capitolio todavía marcado por la insurrección de dos semanas antes, Biden declaró: “La democracia ha prevalecido”. Su discurso inaugural fue optimista, cargado de esperanza y de la voluntad de abordar las cuatro crisis que identificó como prioritarias: la pandemia de coronavirus, el cambio climático, la economía y la justicia racial. Tres años después, ese optimismo se desmoronó, y Biden terminó su mandato con una combinación de logros legislativos significativos y una incapacidad para prevenir el regreso de su predecesor.

Un comienzo prometedor

Aunque no lo parezca, el gobierno de Biden tuvo sus logros. En sus primeros meses, lanzó un paquete de ayuda pandémica de 1,9 billones de dólares que ayudó a reducir a la mitad la pobreza infantil, aceleró las tasas de vacunación y generó millones de empleos. También firmó la Ley de Infraestructura Bipartidista, un plan de 1,2 billones de dólares que modernizó carreteras, puentes y sistemas de agua, mejoró el acceso a internet y preparó comunidades para enfrentar la crisis climática. Adicionalmente, aprobó la Ley de Chips y Ciencia, que destinó 52.000 millones de dólares para revitalizar la fabricación de semiconductores en Estados Unidos, y la Ley de Reducción de la Inflación, considerada la mayor legislación climática en la historia del país.

Sin embargo, aunque estas iniciativas prometieron beneficios a largo plazo, el impacto inmediato fue menos evidente para el ciudadano común. La inflación aumentó a niveles no vistos en décadas, erosionando los ingresos de las familias. Mientras tanto, la inmigración ilegal en la frontera sur continuó siendo un tema candente, amplificado por los medios conservadores, y la administración Biden pareció desconectada de las preocupaciones cotidianas de los votantes.

Política exterior y liderazgo

El manejo de la retirada militar de Afganistán en 2021 fue un punto de inflexión negativo. La caótica evacuación, que dejó al Talibán de nuevo en el poder y resultó en la muerte de 13 soldados estadounidenses, minó la confianza pública en el liderazgo de Biden. Aunque su administración logró movilizar a la OTAN para apoyar a Ucrania frente a la invasión rusa y mantuvo un apoyo firme a Israel tras el ataque de Hamás en octubre de 2023, estas acciones también generaron divisiones dentro de su propio partido, especialmente entre los progresistas que agitaron las banderas palestinas.

En el plano interno, Biden también enfrentó críticas por no cumplir con algunas de sus promesas clave, como la protección de los derechos de voto y la cancelación de deudas estudiantiles. Además de los reveses en el aborto tras el fallo de una Corte Suprema que además bloqueó algunos de sus esfuerzos, la percepción de ineficacia y falta de rumbo empañó su imagen.

El impacto de la edad 

A medida que avanzaba su mandato, la edad de Biden se convirtió en un tema cada vez más difícil de ignorar. A los 81 años, Biden proyectaba una imagen de agotamiento que fue especialmente evidente durante el primer debate presidencial de 2024 contra Trump. Su desempeño, marcado por errores y una aparente desconexión, desató el pánico entre los demócratas. Figuras como Barack Obama y Nancy Pelosi presionaron para que no buscara la reelección, pero la decisión llegó demasiado tarde.

En julio de 2024, Biden anunció que no buscaría un segundo mandato y respaldó a su vicepresidenta, Kamala Harris, como la candidata del partido. Sin embargo, Harris enfrentó una campaña cuesta arriba y perdió tanto el voto popular como el del colegio electoral frente a Trump. Este resultado consolidó la narrativa de que Biden no solo falló en proteger su legado, sino que facilitó el regreso de su mayor adversario.

Reflexiones sobre su legado

El mandato de Biden quedará marcado por una paradoja dolorosa: aunque logró avances legislativos importantes, su incapacidad para comunicar esos éxitos y abordar de manera efectiva las preocupaciones inmediatas de los votantes lo condenó. Algunos de sus aliados, como el congresista James Clyburn, defendieron su administración argumentando que los historiadores reconocerán su impacto positivo a largo plazo. Sin embargo, críticos como el analista Larry Sabato consideraron que su insistencia en buscar la reelección fue un error fatal.

El episodio final de su presidencia también fue empañado por su decisión de indultar a su hijo Hunter Biden, acusado de delitos federales. Aunque algunos lo justificaron como un acto de protección paterna, otros vieron en ello una traición a su promesa de transparencia y rectitud.

Una lección para los progres

El regreso de Trump a la presidencia representa un punto de inflexión para la democracia estadounidense y una lección amarga para el Partido Demócrata. La incapacidad de actuar a tiempo ante las preocupaciones sobre la edad y el liderazgo de Biden dejó al partido vulnerable en un momento crítico. Mientras Biden deja la Casa Blanca, su legado será recordado como una mezcla de logros tangibles y oportunidades desperdiciadas. El alivio que muchos sintieron al derrotar a Trump en 2020 ha sido reemplazado por una inquietante sensación de déjà vu.

El mandato de Biden subraya la importancia de reconocer el momento político y actuar con audacia. Para los demócratas, el desafío ahora no es solo reflexionar sobre cómo llegaron aquí, sino también encontrar un camino para reconstruir la confianza y enfrentar los próximos cuatro años bajo el liderazgo de Donald Trump.

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