Funcionarios chinos están analizando una posible estrategia que implicaría la venta de las operaciones estadounidenses de TikTok a Elon Musk, en caso de que la compañía no logre evitar una prohibición inminente de la aplicación, según fuentes cercanas al asunto.
Pese a esta opción, las autoridades de Pekín prefieren que TikTok siga bajo el control de su matriz, ByteDance Ltd., que actualmente está apelando la prohibición ante la Corte Suprema de Estados Unidos. Sin embargo, durante las audiencias del 10 de enero, los jueces parecieron inclinarse hacia la confirmación de la normativa. Mientras tanto, altos funcionarios chinos han comenzado a debatir planes de contingencia para TikTok, dentro de un contexto más amplio de negociaciones con la administración de Donald Trump, según las mismas fuentes.
Elon Musk, ¿una solución estratégica?
Entre las propuestas que han surgido, se encuentra la posibilidad de que Musk adquiera TikTok a través de su empresa X (anteriormente conocida como Twitter), consolidando así ambas plataformas bajo una misma dirección. Esta fusión podría ofrecer ventajas comerciales significativas, como el acceso a los datos de los más de 170 millones de usuarios estadounidenses de TikTok, fortaleciendo tanto la presencia publicitaria de X como las capacidades de inteligencia artificial de la compañía xAI, también fundada por Musk.
Sin embargo, aún no existe consenso en Pekín sobre cómo proceder. No está claro si TikTok o ByteDance han participado en estas deliberaciones, o si ha habido conversaciones directas entre Musk y las partes involucradas. De momento, el propio Musk ha expresado públicamente su rechazo a la prohibición de TikTok, argumentando que una medida de ese tipo iría en contra de la libertad de expresión.
Obstáculos políticos y económicos
La potencial venta de TikTok presenta múltiples desafíos. Por un lado, la ley china prohíbe la venta de algoritmos tecnológicos clave, como el que utiliza TikTok para su sistema de recomendaciones, lo que otorga a Pekín una influencia considerable en cualquier negociación. Además, ByteDance tendría que enfrentar complejas cuestiones legales y operativas para separar sus operaciones estadounidenses del resto de la compañía.
Por otro lado, una venta de esta magnitud—valorada entre 40.000 y 50.000 millones de dólares, según estimaciones de Bloomberg Intelligence—representaría un reto financiero incluso para Musk, quien ya afronta deudas relacionadas con la compra de Twitter en 2022 por 44.000 millones de dólares.
Una jugada diplomática
La posible venta también tiene implicaciones políticas. Algunos funcionarios chinos ven el acuerdo con Musk, un aliado cercano de Trump, como una oportunidad para suavizar las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos. Sin embargo, esta relación podría alimentar preocupaciones en Washington sobre un posible conflicto de intereses, considerando que las empresas de Musk mantienen importantes contratos gubernamentales.
Mientras tanto, ByteDance insiste en priorizar su batalla legal contra la legislación estadounidense, argumentando que la prohibición viola los derechos de libertad de expresión garantizados por la Constitución. Sin embargo, la Corte Suprema podría dar mayor peso a las preocupaciones de seguridad nacional planteadas por el gobierno estadounidense.
La situación deja a TikTok en un terreno incierto. Mientras los plazos legales se acortan, las posibilidades de una solución que evite la prohibición total parecen reducirse, poniendo en juego no solo el futuro de la plataforma en Estados Unidos, sino también su papel en la compleja relación entre China y Estados Unidos.
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