Sunday 12 de January, 2025

MUNDO | Hoy 08:43

Escenario chino: ¿se frena el gigante asiático?

China enfrentará un 2025 complicado, donde hasta el propio Xi Jinping advierte ya, se profundizará su crisis.

China enfrenta un panorama extraordinariamente complejo en 2025, una realidad que el propio Xi Jinping ha comenzado a reconocer públicamente en sus discursos más recientes. Durante su tradicional mensaje de fin de año, el presidente chino enfatizó la importancia de respaldar a los sectores más vulnerables de la sociedad, particularmente a los jóvenes y los adultos mayores. Estas declaraciones no solo reflejan un intento por reforzar su narrativa de estabilidad y compromiso social, sino también la magnitud de las tensiones económicas y sociales que aquejan al país más poblado del mundo.

Freno

Desde hace al menos cuatro años, los planificadores económicos chinos han enfrentado crecientes dificultades para restaurar la confianza del consumidor y mitigar el aumento del desempleo juvenil. El estancamiento del crecimiento salarial también ha alimentado un ambiente de incertidumbre que permea a diversos sectores.

En su discurso, Xi reafirmó que temas como el empleo, el crecimiento de ingresos, la educación, el cuidado de los adultos mayores y la atención sanitaria son prioridades constantes de su gobierno. Sin embargo, las estadísticas económicas muestran un panorama desalentador: durante los primeros nueve meses de 2024, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) alcanzó solo un 4.8%, por debajo de la meta oficial del 5%, un indicador que subraya la debilidad estructural de la economía en medio de presiones deflacionarias y una crisis prolongada en el sector inmobiliario.

China

El modelo económico que impulsó el ascenso de China como una potencia global durante las últimas décadas parece estar enfrentando un punto de inflexión. La estrategia tradicional basada en inversiones masivas en infraestructura y exportaciones ha perdido dinamismo. En su lugar, el gobierno de Xi ha apostado por una reorientación hacia la autosuficiencia tecnológica y el fortalecimiento del consumo interno. Las inversiones en sectores como los vehículos eléctricos, semiconductores e inteligencia artificial han cobrado protagonismo. Sin embargo, estas políticas también enfrentan limitaciones significativas debido a las restricciones impuestas por Estados Unidos en el acceso a chips avanzados y otras tecnologías críticas.

Versus

El enfrentamiento tecnológico entre China y Estados Unidos es solo una de las dimensiones de una relación bilateral marcada por tensiones crecientes. Bajo la administración de Joe Biden, Washington ha intensificado las sanciones contra empresas chinas, restringido sus inversiones en territorio estadounidense, y reforzado el cerco tecnológico. Además, el apoyo de Beijing a Moscú tras la invasión de Ucrania ha agudizado el distanciamiento con Occidente, dificultando las posibilidades de un alivio en las relaciones diplomáticas. En este contexto, Xi Jinping ha buscado consolidar alianzas alternativas y la "coordinación estratégica" con Rusia, senda que no basta para compensar las pérdidas en otros frentes.

Donald Trump

Más allá del ámbito internacional, las tensiones sociales internas también plantean retos. Episodios recientes de violencia, como el atropello masivo en Zhuhai que dejó al menos 35 muertos, han sido interpretados por algunos analistas como síntomas de un tejido social desgastado por las crecientes desigualdades económicas y la falta de oportunidades. Este incidente, el más grave en una década, subraya el impacto de las tensiones sociales en un país que tradicionalmente ha priorizado la estabilidad como base de su narrativa política.

Ante este panorama, el gobierno chino ha implementado medidas paliativas como el apoyo financiero a familias en situación vulnerable y la promoción de paquetes de estímulo para el mercado inmobiliario. Aunque estas políticas buscan reactivar el consumo interno, su impacto ha sido limitado. El Banco Mundial, en una revisión reciente, ajustó al alza su pronóstico de crecimiento para China en 2025, ubicándolo en 4.5%. Sin embargo, esta cifra está lejos de los niveles que definieron a China en décadas pasadas, lo que refleja un nuevo paradigma de menor dinamismo económico.

China

Conflictos

Otro foco de tensión es Taiwán. Xi Jinping ha reiterado que la "reunificación nacional" es una prioridad histórica y que ningún obstáculo externo podrá detener este proceso. Aunque el lenguaje utilizado en sus discursos busca proyectar una imagen de inevitabilidad, la situación en el Estrecho de Taiwán sigue siendo una fuente de inestabilidad regional y un potencial punto de fricción con potencias extranjeras, particularmente Estados Unidos.

La estrategia de Xi también enfrenta un delicado equilibrio entre priorizar el crecimiento económico y mantener la estabilidad social. Las promesas de "vidas felices" para todos los ciudadanos, una constante en su retórica, podrían chocar con las limitaciones reales de una economía que ya no cuenta con los mismos motores de crecimiento. Además, el endurecimiento del control del Partido Comunista sobre diversos sectores económicos ha generado preocupaciones sobre la capacidad del sector privado para impulsar la innovación y el dinamismo necesarios para una recuperación sostenible.

China

En un contexto global marcado por incertidumbres, el camino de China hacia 2025 estará lleno de retos. La necesidad de equilibrar sus ambiciones geopolíticas con la gestión de problemas económicos y sociales internos plantea una tarea monumental para Xi Jinping y su gobierno. A medida que el país se adentra en un periodo de transición, las decisiones que tome en los próximos años determinarán no solo su futuro económico, sino también su posición en el escenario global.

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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