Lilia Lemoine (CEDOC)

Lilia Lemoine, la bomba de tiempo de Milei

La cosplayer y diputada tiene en vilo al Gobierno con videos e información sensible. El operativo mordaza y cómo la utiliza Karina contra sus enemigos. Su vínculo tóxico con el Presidente.

Hay mucha gente que piensa que Lilia Lemoine sabe, vio o grabó algo que puede dañar seriamente a Javier Milei. Hubo un grupo que le puso precio a los secretos de Lemoine. Y no fue, para nada, un ejercicio teórico. En el arranque del 2023 una mujer se le acercó vía mail para ofrecerle un trabajo en el exterior. Tuvieron una reunión por Zoom en inglés, quedaron en contacto y unos meses después le ofreció un pasaje a Londres, la ciudad más cara del mundo, con alojamiento y viáticos incluidos. La propuesta incluía que ella se convirtiera en la cara de un torneo de cosplay -su trabajo anterior a la política- que iba a empezar a hacerse en Argentina y en otros países. Eso nunca sucedió.

En cambio, lo que si salió fue un video de ella hablando en inglés en un local de sushi en el centro de Londres, lo que en criollo se conoce como una cámara oculta. En el clip se puede apreciar a Lemoine en toda su dimensión: su sinceridad, su ingenuidad y también cierta incontinencia verbal, quizá reforzada por los tragos de sake que se llegan a ver. Ahí fue la primera vez que se blanqueó algo que quienes tenían alguna injerencia en La Libertad Avanza sabían desde hace tiempo -“con Javier estamos en una especie de relación”- y se puede ver algo parecido a la inocencia.

Es que cuando su interlocutora intentó sacarle algún dato pecaminoso del espacio, probablemente la razón por la cual se había tomado tanta molestia, Lemoine le confesó casi en un susurro algo que consideraba de alto voltaje: que Milei cobraba 2000 dólares por charlas privadas a empresarios, ingresos que no se declaraban ante el fisco. A pesar de que la voz de la mujer que protagonizó la operación se escucha deformada como en las películas, su decepción se llega a apreciar. “Pero eso es muy poca plata”, le dijo, e intentó buscar algo más. No lo consiguió, tal vez porque para aquel momento la cúpula del mileísmo había considerado que Lemoine era un peligro y la había corrido no sólo de cualquier lugar de decisión sino también de la campaña, algo que la cosplayer no había tomado para nada bien.

El clip se guardó durante meses y vio la luz 15 días antes de las elecciones generales. Algún lector podría llegar a este punto y pensar que esta historia fue exagerada por la propia Lemoine y que no hubo algo así como un megaoperativo millonario que la llevó a la otra parte del mundo sólo para extraerle información. Pero se equivocaría: junto a la cámara oculta a Lilia salió también una de Diego Giacomini -economista que fue muy cercano al libertario en el pasado- en Londres, y otra de Mariano Gerván -figura central en el armado del espacio- en Estados Unidos. Ambos habían sido embaucados por la misma mujer que se acercó a Lemoine, aunque se les había presentado con otro nombre.

Desde entonces pasó un año, el misterioso grupo de tareas desapareció sin que se supiera jamás quién estaba detrás, pero algunas cosas no cambiaron. Muchos siguen pensando que Lemoine sabe algo explosivo o que es ella misma, por su don natural de meterse en escándalos, el gran problema. Y quien más le teme a esa dinamita es el propio Presidente, que confiesa en la intimidad que “no la

puede controlar”, mientras mira con pánico cómo ahora Lemoine pasó a convertirse en una de las herramientas preferidas de su hermana a la hora de hacer daño. Por donde se lo mire es una bomba de tiempo. Y el reloj ya está corriendo.

Explosiva

Milei estaba semidesnudo, mientras que los tres guardias de seguridad en traje relojeaban con cara de sueño y pocos amigos la torta que Lemoine llevaba en sus manos. Era algo más que un postre: era la coartada con la que ella se había colado por una entrada de servicio al coqueto Hotel Albatros. Eso fue en Ushuaia, en el fin de una jornada de recorrida electoral en abril del 2023. Lemoine y el resto del equipo de Milei habían sido alojados en un hotel más económico, mientras que a los hermanos les había tocado el premium.

Pero a la cosplayer le gusta definirse como “la soldado Cabral de Milei”: cuando se pone un objetivo, como un militar, es imposible detenerla. Esa noche su misión era dormir con el economista, a pesar de que por las reglas del Albatros no podía pernoctar sin ser huésped. Esa desinteligencia no había sido un accidente: Karina, Nicolás Posse y Santiago Caputo se habían hartado de la artista y separarla del líder era casi un asunto de Estado.

Eso era, en parte, por los escándalos que Lemoine y Milei solían protagonizar. El caso de Ushuaia lo volvió a poner de manifiesto. Lemoine se coló por atrás, pero Milei, quizá por estar cansado o porque esa noche no quería compañía, se negó a abrirle la puerta de su habitación.

A su entonces “especie de relación” no le gustó para nada, y arrancó con gritos y golpes en la puerta, lo que, en plena madrugada, levantó a todo el hotel. Ante la denuncia de varios huéspedes, a Lemoine la invitaron a retirarse los guardias -aunque ella juraba que había entrado porque a Milei se le había antojado una torta-, mientras que una cabellera tupida seguía la escena asomándose desde su cuarto. Esta es, apenas, una de las decenas de anécdotas que ilustran un vínculo que todas las tribus de La Libertad Avanza no dudan en definir como “tóxico”. Y que prueba que, en el espacio libertario, todo lo personal es político.

Lemoine tiene otra versión. Si le pusieran el suero de la verdad diría que durante todo el 2022 y el arranque del 2023 tuvo una relación estable y “buena” con Milei. Que él la escuchaba y tomaba en cuenta sus opiniones -en algunas de ellas habría denunciado “curros” dentro del espacio-, y que el problema no fueron los escándalos sino todo lo contrario. Y que entre todos los que no podían tolerar que ese vínculo fluyera y que ella ganara peso por eso dentro del armado se destacaba una: Karina, que sabe que su capital político depende del monopolio emocional que siempre tuvo sobre su hermano mayor. De manera increíble, esa misma razón que hizo que la hermana diera la orden de correrla fue luego lo mismo que la llevaría a indultarla.

Es que cuando Milei blanqueó su romance con Fátima Florez, una se mana después de las PASO, ardió Troya. Lemoine se enteró por los medios, y a Karina la noticia le cayó casi igual de mal: durante tres semanas se borró de la campaña. Lilia, en cambio, tenía otros planes. Tres fuentes confirman a NOTICIAS la siguiente escena: la ahora diputada esperó a un bailarín de Fátima después de un ensayo para dejarle una carpeta que contenía un dossier envenenado, con foto y biografía de cada mujer de La Libertad Avanza con la que Milei había estado. Según este relato, Florez entró en una crisis de celos y le juró una guerra a muerte a Lemoine.

Las fechas coinciden. Es que fue después del anuncio del romance con Florez que Lilia volvió al círculo de la hermana. Karina, que tiene como gran virtud política su instintivo olfato filoso, vio una amiga en la enemiga de su enemiga. El primero en estar convencido de esta artimaña fue el propio Javier. Y en la noche del cierre de campaña en el Movistar Arena, en octubre, la situación explotó por los aires.

Milei, quizá con Fátima respirándole en la nuca, no quería a Lemoine arriba del escenario.“Vos la trajiste acá, es culpa tuya, me la sacás ya”, le gritó durante un largo rato a su hermana, mientras se negaba a subir hasta que no la retiraran del lugar. El acto arrancó una hora tarde, algo que todas las crónicas recogieron como parte de una demora ordenada por el espacio para esperar a que llegara más gente.

Santiago Caputo terminó convenciendo al libertario de subirse igual, con la promesa de que una vez arriba podría ignorarla. Dicho y hecho: cuando terminó de hablar, Milei saludó uno por uno a la decena de candidatos presentes. Salvo a Lemoine, que en ese mismo momento tomó una decisión drástica: se fue del escenario a las corridas, directo al estudio de Baby Etchecopar, para dar una entrevista antológica en la que lloró, se habló del "pene" de Milei y también de su proyecto para que los hombres puedan “renunciar a la paternidad”. Cuando en el Gobierno temen a la explosión de la bomba de tiempo que es Lemoine, recuerdan estanoche. Y algunos se imaginan cosas aún peores.

Promesas

El Somit es un inductor de sueño que produce un adormecimiento casi instantáneo en quien lo tome. Milei lo ingiere, según él mismo ha contado, de una manera bastante particular: lo baja con Monster Mango Loco, una bebida energizante y extremadamente azucarada a la que además le agrega dos sobres de azúcar.

Dos fuentes juran a NOTICIAS que la propia Lemoine, durante todo el 2022 y parte del 2023 era quien se encargaba de administrarle el Somit a Milei, les mostró un video del libertario en estas condiciones. Sería una especie de trance sonámbulo donde prometía dolarizar todo lo que veía -“este control anda para la mierda porque no está dolarizado”-, y que terminaba en una comunicación mística con las fuerzas del cielo.

¿Será real? La propia Lemoine, que niega la existencia de un clip, le dijo en la intimidad a varias personas que ella está convencida de que Milei es una especie de elegido por una entidad superior, algo que el Presidente también cree y que viene siendo relatado por este medio. Una tercera fuente cuenta que Lemoine le relató los pormenores del video y le ofreció verlo. Pero el informante se negó temiendo que un día el tema pudiera escalar. No quería quedar involucrado en la historia.

Hasta que llegó el 30 de agosto. “Marche la pastilla psiquiátrica para Lemoine. Proyecta lo que ella hace: grabar videos y extorsionar a los que graba, cómo anda vociferando en todos lados sobre el material 'confidencial' que tiene. ¿O ustedes no se preguntan cómo tiene la impunidad que tiene?”, tuiteó la diputada Marcela Pagano, una de sus enemigas juradas, que ha dejado trascender que en el arranque de año su compañera de bancada la mandó a espiar, entre otros cruces que tuvieron. La publicación en las redes terminaba con Pagano diciendo que no le tenía miedo a ella ni a su verdadero “jefe”, el apodo de Karina.

Este es otro ejemplo de cómo lo personal se cruza con lo político en La Libertad Avanza. La hermana de Milei reintegró a Lemoine luego de lo de Fátima, una lógica de que es mejor mala conocida que buena por conocer, a la que acompañó con estratégicas demostraciones de amor como ser una de las cinco personas presentes en el cumpleaños de la cosplayer en noviembre. Después ejerció presión para mantenerla cerca de Milei, reinstaurándola, ya en el Gobierno, como su maquilladora y peluquera oficial.

Hoy es mucho más que eso. En el grueso del espacio ven la mano de Karina detrás de los enemigos que elige Lemoine para castigar en la arena pública, como Pagano, Lourdes Arrieta, José Luis Espert o Victoria Villarruel. Hay una realidad: a todos los que critica Lemoine son también resistidos por la hermana. Quizás sea casualidad. Pero si no lo es, se confirmarían los roces entre la secretaria general y Santiago Caputo. “Está magnificado el poder que supuestamente tiene, no es así. No es que está atornillado, y si se manda una cagada lo van a rajar”, dijo Lemoine sobre el asesor todoterreno en una entrevista reciente. Es algo parecido a lo que piensa la menor de los Milei en la intimidad: cualquiera que no comparta vínculo sanguíneo con el Presidente está a tiro de decreto.

Karina, de cualquier manera, está jugando con fuego. Hay muchos sorprendidos en el espacio con lo bien que se tomó Lemoine el nuevo romance de Milei con “Yuyito” González. Un colaborador de la hermana en la Casa Rosada y un diputado del espacio aportan una explicación: Karina le hizo creer a Lemoine que esa pareja es apenas una fachada para levantar la imagen del Presidente en medio de la crisis económica y contrastarlo a él, con una pareja oficial, con las amantes que Alberto Fernández tenía durante su gestión. Lemoine, de hecho, maquilló a Milei antes de que fuera al Teatro Colón con González, en lo que fue la presentación oficial.

Una de dos: o Lemoine de repente alcanzó la madurez emocional o la tesis del engaño es real. De cualquier manera, no es la única bomba de tiempo. Milei, cuando estaba con Lemoine, le prometió que cuando llegara a ser Presidente -algo que Dios le había prometido cuando se comunicó con él vía su fallecido perro a fines del 2020-, podría elegir el cargo que quisera. Ella no lo dudó: vocera, le dijo, a tono con lo que le gusta la exposición y la fama. Esa promesa incumplida sigue siendo una de las grandes heridas de la diputada.

Ahora hay varios que cuentan que Karina, para tenerla cerca y controlada, le prometió que ocuparía ese lugar una vez que Manuel Adorni lo abandonara para ser candidato en el 2025. Parece algo de difícil resolución. ¿Cómo logrará entonces la hermana evitar el estallido? Sin embargo, hay otra promesa que le hizo Milei que Lemoine no olvida. Es una que la llevó a congelar óvulos para ser madre, el gran deseo de toda su vida. Lilia todavía lo espera.

Culpables

El Presidente, que tuvo una vida violenta, solitaria y difícil, es el mejor reflejo de una sociedad que está tan cansada, enojada y rota como él, y que en parte por eso lo eligió. Lemoine es el mejor espejo del propio Milei: inestables, infantiles, sinceros pero ingenuos, con convicciones místicas y actitudes violentas, parecen tal para cual.

El libertario en algún momento debe haber pensado eso: que Lemoine haya sido candidata a diputada dependió exclusivamente de la decisión de Javier. Pero eso quedó en el pasado. En el Foro de Madrid pareció hablarle directamente a Lemoine, que en las últimas semanas protagonizó escándalos de todo tipo y hasta terminó yendo en vivo a C5N para dejar una carta documento a Jorge Rial. “Cualquiera que no comprenda la enorme responsabilidad de pertenecer a este espacio no tiene nada que hacer en La Libertad Avanza”, dijo en ese escenario, en los primeros días de septiembre, en un evento al que Lemoine arribó justo cuando Milei terminó de hablar.

Dos personas, un viejo conocido y una mujer de su equipo, cuentan que en la última semana hablaron con él para ver cómo llevaba el tema. “No la puedo controlar, me tienen que ayudar”, les dijo. El mandatario parece saber que tiene a una bomba de tiempo durmiendo bajo sus narices.

 

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