Muchos lo sintieron como una traición: los gobernadores, que acompañaron en la Ley Bases y el Pacto de Mayo, se sorprendieron al encontrarse señalados por el Presidente en su presentación del Presupuesto 2025. Porque serán ellos los que deban hacer un monumental ajuste para el siguiente año, según les pidió Javier Milei. Y reaccionaron.
Fue tal el enojo de los mandatarios provinciales que debió iniciarse un operativo contención: los ministros Guillermo Francos y Luis Caputo los citaron para una reunión virtual y escucharon pacientemente los reclamos por obras paralizadas y deudas de Nación. Y el diputado José Luis Espert rectificó el anuncio presidencial: la poda no deberá ser por 60 mil millones de dólares, sino por 20 mil millones. En cuestión de horas, el reclamo de Milei bajó a un tercio, pero sigue molestando.
Los desafíos del año electoral.
El recorte que el Presidente exige tiene un doble filo. Los gobernadores protestan porque no consideran que deban ser las provincias las que tengan que sostener el plan económico de Milei. Sus equipos de trabajo miran otra cuestión: el 2025 es un año de elecciones y ningún oficialismo puede perder. Hacer un fuerte ajuste ante el plebiscito de medio término sería pegarse un tiro en los pies.
El primero en reaccionar fue el gobernador santafesino, Maximiliano Pullaro, quien protestó: “No corresponde que nosotros hagamos más esfuerzo”. Nación mantiene una holgada deuda con la Caja de Jubilaciones provincial y el radical quiere que le paguen, antes de que le sigan exigiendo.
De hecho, en Santa Fe admiten que el Presupuesto 2025 de Milei les trastocó los planes locales. “Nos desorientó un poco con nuestro propio presupuesto”, confesó Pullaro. Y agregó: “Hubo que ponerse a reformular variables”.
El gobernador de Chubut se sumó al reclamo: “El Presidente mintió diciendo que las provincias son las responsables del descalabro fiscal”, dijo el joven dirigente del PRO. Pero aclaró: “Por suerte en la reunión con Francos, desmintió el ajuste de los 60 mil millones de dólares”.
Con sutileza, en la Casa Rosada intentaron explicar que el monto al que hizo referencia el Presidente en su discurso “es a largo plazo, no para el año que viene”. Lo importante, argumentaban los ministros, no era la cifra sino el mensaje: todos deben ir hacia el déficit cero. De hecho, Espert se animó a hacer la corrección en público: “Tienen que hacer el recorte que deberá ser de 20 mil millones de dólares”, dijo en una entrevista en Radio Rivadavia.
La convergencia de los gobernadores.
“Todos coincidimos con el equilibrio fiscal”, aseguró el gobernador tucumano, Osvaldo Jaldo. “Si hay equilibrio fiscal y hay superávit, creemos que podemos proyectar una gestión de gobierno”, dijo el dirigente peronista que tiene buena sintonía con el Gobierno. El mensaje, condescendiente con la Rosada, esconde el problema de los recursos que Milei le cortó en su primer año de gestión y que las provincias debieron absorber.
“No se puede dejar de lado que Nación cerró la canilla de muchos planes nacionales. Y planea endurecer eso para el 2025”, dice un dirigente del interior que intentó infructuosamente conseguir fondos para su provincia. En esa línea, el gobernador de Jujuy, Carlos Sadir, agregó: “No nos olvidemos de la eliminación de subsidios al transporte, del Fondo Nacional de Incentivo Docente, de las transferencias discrecionales y el recorte de algunos programas de salud. Eso obligó a las provincias a que reconfiguren sus gastos”.
El anuncio de Milei funcionó en otro sentido, poco conveniente para la construcción de poder libertaria. Aunó reclamos de peronistas, radicales, PRO y autónomos. En el PJ, incluso, generó coincidencias entre los gobernadores dialoguistas y el ala dura que conforman Axel Kicillof, Gustavo Melella y Gildo Insfrán.
“El presupuesto nacional no reconoce a las provincias las deudas. Y si Milei no se hace cargo de las obligaciones que le corresponden, esto es más ajuste”, indicó el pampeano Sergio Ziliotto, que le reclama a Nación 61 mil millones de pesos. Entre los acreedores del gobierno central hay provincias de distintos colores políticos.
Tras el zoom del lunes 16, donde los gobernadores escucharon en conjunto los pormenores del Presupuesto 2025, cada uno empezó a buscar un acuerdo particular. Por las deudas de Nación o por obras públicas. Algo que les garantice un año electoral sin sobresaltos.
Milei ya aprendió cuánto tirar de la cuerda con los legisladores: después de insultar a todos por igual, debió acordar con un grupo de diputados, llamarlos “héroes” e invitarlos a comer un asado. Ahora está probando cuál es el límite de los gobernadores: los acusó y recibió una fuerte respuesta. Ahora es momento de negociar.
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