Thursday 19 de September, 2024

MUNDO | Hoy 09:42

Golpe a Hezbollah: las acciones del Mossad en alza

La explosión de miles de pagers revalida a la inteligencia israelí pero escala el conflicto con Irán, al límite de una guerra que puede tener consecuencias devastadoras.

En un ataque coordinado en todo el Líbano y partes de Siria, cientos de buscapersonas utilizados por el grupo militante libanés Hezbollah explotaron simultáneamente, matando a más de una docena de personas e hiriendo a miles más. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad, pero el culpable, de manera abrumadoramente probable, es Israel.

La guerra en múltiples frente de Israel se ha ampliado, incluyendo no sólo a Hamás en Gaza, sino también a Irán y su Eje de Resistencia, un conjunto de grupos terroristas que incluye a Hezbollah. La pregunta ahora es: ¿tiene un significado más amplio el momento del ataque? Israel ha dicho que prevenir los ataques de Hezbollah está entre sus objetivos de guerra, a pesar de las advertencias de Estados Unidos contra una operación más amplia que podría conducir a una guerra regional total.

El ataque del buscapersonas bien podría ser la salva inicial de una prolongada campaña militar israelí contra Hezbollah en el Líbano, o podría ser simplemente la última operación clandestina en la larga guerra en la sombra entre Israel y los representantes de Irán. Aunque también es posible que los israelíes desencadenaran la operación porque había un límite de tiempo sobre cuánto más podría continuar sin ser descubierta.

El Mossad habría detonado los beepers de Hezbollah

Para el Mossad, el servicio de inteligencia de Israel, el ataque puede contribuir en gran medida a pulir una reputación gravemente empañada por los fracasos en torno al ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. La operación del buscapersonas en sí parece sacada de una novela de espías. Circulan innumerables hipótesis sobre cómo el Mossad podría haber llevado a cabo un ataque tan grande y tan dramático. Y se desconoce si las bombas se implantaron en la etapa de fabricación, o si la cadena de suministro se vio comprometida en otra fase del proceso. Otros han especulado que el malware inyectado en los dispositivos podría haber provocado que las baterías se sobrecalentaran y, en última instancia, que los dispositivos explotaran. Sin dudas, el ataque fue organizado: se concibió con una planificación meticulosa y atención al detalle.

Hezbollah dependía de medios de comunicación anticuados posiblemente creyendo que estaban fuera del alcance de los ciberguerreros de Israel: tras el ataque del 7 de octubre, el ejército terrorista intentó en gran medida evitar el uso de teléfonos móviles, y el líder del grupo, Hassan Nasrallah, instó a los combatientes a utilizar métodos alternativos.

El Mossad habría detonado los beepers de Hezbollah

Aparte del impacto inmediato del ataque, las capacidades demostradas por Israel harán que Hezbollah esté cada vez más paranoico e inseguro sobre qué podría lograr exactamente el Mossad en su próxima jugada. Hezbollah está obligado a frenar sus operaciones y realizar una revisión integral de su aparato de seguridad interna. E incluso podría haber una purga interna, cacería que podría conducir a un derramamiento de sangre dentro del grupo, una ventaja extra para los espías de Israel.

El Mossad está decidido a renovar su marca, como ocurrió con el asesinato del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán a finales de julio. Antes del ataque del 7 de octubre, la inteligencia israelí disfrutaba de una reputación de omnipotencia, y sus hazañas se contaban en películas de espías como “Munich”, de Steven Spielberg, y la exitosa serie de Netflix, “Fauda”. Pero quedado empeñada al no poder predecir la incursión de Hamás y ramas de ISIS en octubre. Algo que buscó revertir con la campaña de asesinatos selectivos, eliminando al líder político adjunto de Hamás, Saleh al-Arouri, en Beirut en enero, y al alto comandante de Hezbolá, Fuad Shukr, también en Beirut a finales de julio.

El Mossad habría detonado los beepers de Hezbollah

A la par, las operaciones encubiertas del Mossad tienen un efecto más práctico que las del ejército israelí: son quirúrgicas y estratégicas. Es probable que el mando y control de Hezbollah hayan quedado destrozados, con problemas de comunicación en el corto plazo. Además, el ataque hirió a cientos de combatientes de Hezbolá, algunos de los cuales sin duda quedarán mutilados, provocando una baja considerable en sus pelotones.

A la par, los hutíes en Yemen, los grupos de milicias en Irak y Siria, y otras franquicias iraníes, comenzarán seguramente a tomar mayores precauciones, lo que a su vez podría afectar la coordinación y dilatar próximos ataques. El impacto se sentirá mucho más allá del Líbano, donde otros grupos ilícitos en todo el mundo (terroristas, delincuentes y piratas informáticos) cuestionarán la seguridad de sus dispositivos de comunicación personales.

El Mossad habría detonado los beepers de Hezbollah

 Hezbollah ya ha declarado que tomará represalias, resta por ver qué forma tomarán. El grupo tiene una enorme capacidad militar no sólo para bombardear el norte de Israel con drones y misiles, sino también para atacar otras partes del Estado judío, incluidas ciudades densamente pobladas como Tel Aviv: Hezbolá ya demostró esta capacidad en su guerra de 2006 con Israel, que duró 34 días, durante los cuales murieron 165 israelíes (121 soldados de las FDI y 44 civiles), y la economía y la industria turística del país sufrieron daños notables.

Hoy, un nuevo ataque de Hezbollah contra las ciudades de Israel podría provocar las bajas civiles, que den Israel un pretexto adicional para perseguir su objetivo de larga data: destruir a Hezbollah y castigar a su principal patrocinador, la República Islámica de Irán. Un conflicto más amplio en el que Estados Unidos está comprometido a defender a Israel, mientras que Irán apoyara a Hezbolá sin dudas.  

El Mossad habría detonado los beepers de Hezbollah

El Estado chiíta no se mantendrá al margen: Hezbollah es una pieza central del paradigma de seguridad nacional y regional del régimen. Teherán ha invertido mucho en el grupo, junto con otros afiliados regionales: las milicias iraquíes, los hutíes yemeníes y el régimen sirio de Bashar al-Assad, en particular. El objetivo de este “eje de resistencia” ha sido construir un fuerte elemento de disuasión contra Israel y Estados Unidos.

Desde su fundación hace 45 años, el régimen iraní ha visto a Israel y a su principal patrocinador, Estados Unidos, como una amenaza existencial (Israel ha visto a Irán de la misma manera). Para ello, el régimen ha reorientado sus relaciones exteriores hacia los principales adversarios de Estados Unidos, especialmente Rusia y China. De hecho, la cooperación militar ruso-iraní se ha fortalecido tanto que Moscú no dudará en respaldar a Irán, con el fantasma de una escalada nuclear.

 

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Maximiliano Sardi

Maximiliano Sardi

Editor de Internacionales.

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