La foto muestra a empleados trabajando en una línea de producción de gelatina en una fábrica de alimentos en Suqian, en la provincia oriental china de Jiangsu. (STRINGER / AFP)

Cerficación ISO

El precio de la calidad

Cuáles son los gastos para poder certificarse en una norma ISO y la ecuación costo-beneficio en marcha.

Certificarse en una norma ISO es un paso crucial para las organizaciones que buscan alinear sus operaciones con estándares internacionales. Este proceso, aunque valioso, tiene costos que varían dependiendo de factores como el tamaño de la empresa, la complejidad de sus procesos y el tipo de norma que se quiera implementar. A continuación, exploramos los elementos que influyen en estos costos y cómo entenderlos puede ayudar a tomar decisiones informadas.

Según el último informe de la Organización Internacional de Normalización (ISO), en 2024 se emitieron más de 1,5 millón de certificados a nivel mundial, lo que representa un incremento del 5% respecto al año anterior. Este crecimiento refleja la creciente adopción de estándares internacionales por parte de empresas que buscan mejorar su competitividad y cumplir con regulaciones más estrictas.

El tamaño de una empresa es un factor clave. Una organización pequeña con procesos sencillos enfrentará costos más bajos, mientras que una empresa grande, con operaciones diversificadas o en varias ubicaciones, necesitará auditorías más extensas y, por ende, un presupuesto mayor. Por ejemplo, el gasto para pequeñas empresas puede oscilar entre US$5,000 y US$15,000, mientras que para empresas medianas o grandes los costos pueden superar los US$40.000, dependiendo de la cantidad de empleados y complejidad operativa.

El tipo de norma ISO también juega un rol importante. Certificaciones como la ISO 9001, enfocada en la gestión de la calidad, son más accesibles debido a su amplia adopción global. De hecho, la ISO 9001 sigue siendo la norma más implementada, con más de 1 millón de certificados emitidos en 2024. Por otro lado, normas técnicas y especializadas, como la ISO 27001, relacionada con la seguridad de la información, suelen requerir inversiones mayores debido a sus exigencias en infraestructura y auditorías más rigurosas. En 2024, se registraron más de 70.000 certificados ISO 27001, evidenciando una creciente preocupación por la seguridad de la información.

La contratación de consultores es otro aspecto relevante. Muchas empresas recurren a expertos externos para preparar la documentación, capacitar al personal y realizar auditorías internas antes de la certificación. Este servicio, aunque valioso, representa un costo adicional que puede variar según la experiencia del consultor y el tiempo necesario para adaptar los procesos a los estándares exigidos por la norma.

Otro punto que no debe pasarse por alto son las auditorías de certificación, que representan una parte significativa del costo total. Estas auditorías, realizadas por organismos certificadores, incluyen una evaluación inicial para otorgar la certificación y auditorías de seguimiento anuales para mantenerla. Adicionalmente, factores como la ubicación geográfica de la empresa también influyen en el presupuesto. En países con economías desarrolladas, los costos suelen ser más altos, mientras que en regiones como América Latina pueden ser más accesibles.

Más allá de los costos iniciales, es importante considerar las inversiones a largo plazo. Mantener una certificación ISO requiere auditorías periódicas y actualizaciones constantes de los procesos, lo que asegura que la empresa no solo cumpla con los estándares, sino que también se mantenga en un proceso de mejora continua. Este mantenimiento puede costar entre US$1.000 y US$5.000 anuales, dependiendo del tamaño y las características de la organización.

Aunque puede parecer una inversión considerable, los beneficios de certificarse en una norma ISO son significativos. Desde acceder a nuevos mercados hasta mejorar la confianza del cliente y fomentar la eficiencia operativa, la certificación representa mucho más que un cumplimiento regulatorio: es una herramienta estratégica que impulsa el crecimiento y la competitividad.

Por ejemplo, empresas certificadas en ISO 9001 reportan una mejora del 20% en la satisfacción del cliente y una reducción del 15% en costos operativos debido a procesos más eficientes. Además, la certificación en ISO 14001, relacionada con la gestión ambiental, ha permitido a las empresas reducir sus emisiones en un 10% y mejorar su imagen corporativa frente a consumidores conscientes del medio ambiente.

Entender estos costos y los factores asociados no es simplemente una cuestión económica, sino una forma de evaluar cómo la certificación puede ser una inversión que transforme positivamente a la organización. Este texto busca ofrecer una mirada clara y objetiva, dejando de lado enfoques comerciales, para que cada empresa pueda tomar decisiones informadas y estratégicas.

*Fernando Arrieta, director regional de G-CERTI Global Certification

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