Karina Milei, Guillermo Francos y Santiago Caputo (CEDOC)

El giro de Guillermo Francos tras una semana negra

El jefe de Gabinete atravesó días de diferencias con Santiago Caputo y problemas de salud. Vuelta a escena y la foto de la tregua.

La última actividad pública de Guillermo Francos había sido el sábado 7 por la tarde, cuando dio una entrevista telefónica en el programa de radio Super Mitre Deportivo, que conduce Gabriel Anello. Luego de eso sufrió un cuadro gastrointestinal agudo, que derivó en una lipotimia que asustó a sus familiares porque el jefe de Gabinete tiene 74 años y antecedentes de ACV.

A partir de ese episodio de salud comenzaron las especulaciones, ya que Francos venía de vivir un viernes intenso luego de haber ido a la Cámara de Diputados a exponer sobre la marcha de la gestión, como lo obliga la Constitución. En esa presentación, el jefe de Gabinete dijo que el Gobierno podría analizar cualquier sugerencia que se haga sobre el decreto presidencial para restringir los temas privados de los funcionarios cuando se hacen pedidos de acceso a la información pública. Ese decreto trajo mucha controversia y había surgido como una solución ante la insistente demanda de información sobre los perros del Presidente.

En la entrevista con el periodista deportivo Anello, le preguntaron si había discutido con Santiago Caputo, el asesor estrella de Milei. Y Francos, lejos de negarlo, sostuvo que no había sido una discusión sino un “intercambio de opiniones”

Para despejar rumores, desde el Gobierno distribuyeron un tuit de una cuenta de X (ex Twitter) atribuida a Caputo en el que se lee un fuerte respaldo a Francos. “Mensaje a los operadores mediáticos al servicio de intereses políticos disfrazados de periodistas: si creen que se van a llevar puesto al jefe de Gabinete permítanme decirles que les va a fallar el operativo”, escribió el usuario @bprearg atribuido a Caputo.

El trato entre Caputo y Francos es respetuoso y correcto. Francos respeta el rol de Caputo, al que suele referirse de manera casi irónica como “el estratega”, aunque detrás de esa descripción también desliza un dejo de resignación por no poder modificar el curso de las decisiones. “Lo dijo el estratega...”, dice.

La salud de Francos es un asunto que se mira con detenimiento dentro del Gobierno por ser uno de los funcionarios más importantes y también uno de los más longevos. En las redes sociales libertarias suelen hacer notar el tamaño de sus pupilas dilatadas a toda hora del día. Producto de alguna medicación, seguramente.

El retorno a la actividad pública comenzó de manera paulatina luego del alta médica con algunas pocas horas por día. El miércoles 11 fue su primer día en la Casa Rosada, el jueves mantuvo algunas reuniones más y al cierre de esta edición pretendía continuar ampliando las horas de trabajo. En su equipo sostuvieron que fue un tema menor, que estaba mal del estómago, se deshidrató y le bajó la presión. 

El rol de Francos está regulado por la Constitución Nacional y sus decisiones pueden tener consecuencias judiciales porque es el responsable de la administración general del país. Caputo, como asesor, no tiene perjuicios y, por el contrario, su voz se escucha mucho más por ser parte del “triángulo de hierro”, como le dice al presidente a la mesa de trabajo que componen él, el consultor y su hermana Karina. Francos está un escalón más abajo.

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