Leonardo Cifelli: el buchón oficial
El ministro de Cultura de Nación le pasa data a Milei sobre sus detractores. El caso Roth y su pasado larretista.
La cultura es un poderoso agente de influencia que todos los gobiernos buscan domar desde el inicio de su gestión. Desde promover a artistas amigos hasta castigar a celebridades díscolas, todo está permitido en la batalla cultural que cada administración busca dar, sobre todo porque desde la trinchera de la cultura es desde donde se puede traducir mejor el clima de época y consolidar cualquier mensaje político. Lo mismo puede pasar al revés: desde la cultura también puede nacer el principal reducto de resistencia. El humor, la música, el teatro, el cine o cualquier expresión artística puede sintetizar un mensaje que celebre o demuela a un gobierno. Es por esto que administrar el vínculo con la cultura es una tarea difícil y compleja que puede crear aliados o enemigos, pero algo es claro: nadie es indiferente.
En la administración de Javier Milei, quien debe gestionar este campo es Leonardo Cifelli, un conocido productor teatral que asumió como secretario de Cultura y que responde a la ministra Sandra Pettovello. En la última de las peleas públicas del Presidente tuvo un rol secundario, pero no por eso menos importante, porque es tal vez el mejor ejemplo de lo que un buen alumno debe hacer si quiere ser aplaudido por sus profesores.
Resulta que la actriz Cecilia Roth habló sobre el gobierno de Milei en la agencia de noticias española Efeminista y dijo: “Yo creo que el Gobierno está censurando. Lo sé, lo veo, lo siento, lo conozco. No se puede hablar sobre la dictadura cívico-militar, no se puede hablar de género en cine, no se puede hablar de cambio climático y no puede haber ninguna película en la que aparezca Lali Espósito. En ningún lugar público se pueden pasar películas que tengan estas cuatro cuestiones. Censuran, literalmente”. Milei recogió el guante y aquí entra en juego el rol de Cifelli. “Estoy con Leo Cifelli -lo arrobó en un tuit- y me cuenta que la gran actriz Cecilia Roth sólo vende 600 entradas por semana. Por lo tanto, hay que explicarle que no tiene demanda porque no la quieren, no por censura. Obviamente es más fácil llorar censura, antes que aceptar su fracaso”.
Sobre este punto es importante aclarar que la obra de teatro “La Madre”, protagonizada por Roth, se exhibe cuatro veces por semana en el Teatro Picadero, que tiene capacidad para 260 personas. Es decir que Roth está vendiendo el 60 por ciento de las entradas. Este nivel de ocupación, según la Asociación Argentina de Empresarios/as Teatrales y Musicales (AADET), la ubica en el top ten de las obras teatrales más vistas de la Ciudad de Buenos Aires. A esto se le suma que, por las críticas que lanzó Milei a instancias de la información que diligentemente le acercó Cifelli, la obra de teatro de Roth vendió todas las entradas en la última semana, por lo que probablemente suba en el ranking.
Para terminar con la venta de entradas, el actor Gustavo Garzón, que comparte obra con Roth, en una entrevista con La Nación contó la importancia de ella en la boletería. “Yo sé que, más o menos, treinta entradas vendo por función. No más que eso. Lo comprobé en los pueblos, en las giras que hago. Tengo un pequeño público, pero no lleno una sala. Nosotros dependemos de Cecilia, que es una figura convocante y ella sí vende toda la platea. Somos el sostén para que ella pueda desplegar su talento. Ella es internacional y yo soy de cabotaje. Es la realidad. El espectáculo es ella. Está todo el tiempo en escena y recurre a todo tipo de recursos actorales para llevar a su personaje lo más arriba posible. Es admirable lo que hace”, dijo.
Pasado
Leonardo Cifelli, como la mayoría de los responsables de la Cultura a nivel nacional, llega con la premisa de optimizar los recursos y transformar la gestión pública en un motor de desarrollo para las industrias culturales argentinas. El ministro es conocido en ese mundillo porque se desempeñó dentro de la industria del teatro y la música desde los 18 años, donde dice haber trabajado en más de 100 producciones de teatro.
Fue productor de obras icónicas como “Drácula”, dirigida en el país por Ángel Mahler, y también colaboró con artistas como Valeria Lynch. Este vínculo con Mahler y Lynch tuvo un capítulo en la función pública en el 2016, cuando el primero era ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires durante la primera gestión de Horacio Rodríguez Larreta. Cifelli fue el jefe de Gabinete de Mahler en la gestión porteña y por aquellos años las críticas que recibía era que contrataban artistas amigos como Valeria Lynch. Incluso la comparación con el kirchnerismo era que, así como el Gobierno nacional tenía artistas favoritos como Fito Páez, la Ciudad también tenía los suyos como, por ejemplo, Raúl Lavié.
Ahora, con Javier Milei, la historia es distinta, ya no hay tanto dinero para gastar y parte de su gestión consiste en racionalizar el dinero e incluso reducir gastos. En una entrevista con Eduardo Feinmann, Cifelli dijo que logró reducir los costos de Tecnópolis, que ascendían a 1.600 millones de pesos anuales. Otra medida fue que haya espacios culturales que generen ingresos propios a través del alquiler de instalaciones para eventos privados, para garantizar su autosustentabilidad.
Otro recorte que implementó Cifelli fue la reducción de subsidios en el cine, con el argumento de que antes se financiaban producciones de escasa relevancia. Roth, por su lado, diplomática, no quiso cargar las tintas contra Cifelli y prefirió decir: “Me sorprende que el Secretario de Cultura participe en este tipo de ataques. Pareciera que su rol es acercar información para alimentar estas críticas, en lugar de defender la cultura como un espacio de libertad y diversidad”.
Cifelli en sus redes sociales comparte no solo contenidos institucionales, sino también posteos de influencers y cuentas troll que potencian el discurso oficial. Uno de los últimos posteos en la red social X (ex Twitter), al cierre de esta edición, era una sentida despedida a la actriz Alejandra Darín tras su fallecimiento. Ella, sin embargo, no tenía las mejores opiniones sobre el Gobierno en materia de gestión cultural. “Lo de este gobierno es un ataque a la cultura porque es un ataque a todo, y tiene que ver, me parece a mí, con el dominio. Nos hemos convertido de ciudadanos en víctimas de políticas devastadoras, donde la mentira es la moneda corriente. La única salida es respetarnos y hacer valer nuestros derechos”, dijo Darín en una entrevista con Página/12 en noviembre pasado.
Un gobierno que busca dar pelea en la batalla cultural tiene en Cifelli a uno de sus mejores referentes, no por su poder de fuego, sino por su notable capacidad de alineamiento.
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